El tenista español Rafael Nadal superó la madrugada del viernes una accidentada segunda ronda del Abierto de Estados Unidos ante el italiano Fabio Fognini, en la que se sobrepuso a un set en contra y a un fuerte raquetazo que él mismo se dio en la nariz.

Aunque mareado y adolorido, Nadal logró completar otra de sus épicas remontadas por 2-6, 6-4, 6-2 y 6-1 sobre la pista central de Flushing Meadows (Nueva York).

El español, que en 2015 sufrió una impactante eliminación ante Fognini en este Grand Slam, tuvo que ser atendido de un sangrado en la nariz en el último set, después de que su raqueta le golpeara en el rostro tras rebotar en la pista.

“Estuve un poco mareado al principio, un poco doloroso. Esto solo me había pasado con un palo de golf, no con una raqueta”, dijo después Nadal con una sonrisa y un esparadrapo cubriéndole la nariz.

“Al principio pensé que me había roto la nariz porque fue un shock, muy doloroso. Fue como perder un poco la sensación en la cabeza”, describió en la conferencia de prensa. “Parece que no está rota, pero no estoy seguro todavía”.

Este insólito incidente fue el último obstáculo que tuvo que afrontar Nadal en un duelo de pesadilla que terminó pasada la medianoche de Nueva York.

A su revancha ante Fognini, de 35 años, Nadal compareció con una versión irreconocible, sin chispa en las piernas ni precisión en la muñeca, y se metió en un laberinto aún peor que en el estreno frente al debutante Rinky Hijikata.

Rafael Nadal tras el desafortunado accidente. | Foto: AP

“Es uno de mis peores inicios, pero tienes que ser humilde, aceptar la situación. Sé que esto puede pasar, pero seguir vivo después de un partido como este significa mucho”, recalcó.

“Estoy con mucha ansiedad”

En pleno bloqueo de juego, Nadal llegó a ver cómo Fognini servía para avanzarse 3-5 en la segunda manga. Buscando respuestas con su equipo en la grada, el español les advirtió que estaba “con mucha ansiedad”.

“Es una forma de hablar”, dijo después. “El ritmo cardíaco era mucho más elevado de lo que es habitualmente sin hacer puntos largos. Me notaba muy acelerado y eso no me permitía ni pensar con claridad ni actuar de una forma lógica para mis estándares de juego. Pero fue una consecuencia de hacer las cosas demasiado mal durante mucho rato”.

“También llevamos unos meses difíciles en muchas cosas que hemos manejado de la forma en que hemos podido”, apuntó.

Además de las numerosas lesiones que le han perseguido todo el año, el tenista mencionó situaciones a nivel personal como el estado de su esposa, Mery Perelló, embarazada del primer hijo de la pareja.

Con Nadal ya en Estados Unidos, medios españoles reportaron que Perelló había sido ingresada en una clínica como medida de precaución.

“Mi mujer está bien, pero al final son situaciones que son más difíciles de gestionar cuando estás fuera de casa”, afirmó Nadal.

El fantasma de 2015

Tras una hora y media sin respuestas, en la central de Nueva York sobrevolaba el fantasma de la derrota de Nadal ante Fognini en la tercera ronda de 2015, cuando el español desperdició dos sets de ventaja.

Esta vez, sin embargo, Nadal supo reconectarse justo a tiempo.

“Intenté jugar un poco mejor, porque peor era difícil”, admitió. “Por suerte, Fabio cometió algunos errores y yo pude empezar a meter algunas pelotas y terminar el partido jugando mucho mejor”.

El susto final llegó cuando ya tenía una ventaja de 2-1 y estaba encarrilando el cuarto set por 3-0 ante un Fognini errático y exhausto.

Nadal se golpeó con la raqueta al devolver una pelota baja desde el fondo de la pista.

Tras unos segundos de desconcierto, Nadal mantuvo la calma, caminó hacia su silla y se tumbó boca arriba para que le frenaran el sangrado.

El público de la Arthur Ashe le brindó una atronadora ovación cuando se puso en pie y volvió a la pista.

Fognini lanzó entonces su último ataque, rompió el servicio de Nadal y tuvo dos pelotas de quiebre, pero el español mantuvo la serenidad para zanjar el partido y conservar su imbatibilidad (21-0) en torneos de Grand Slam este año.

Su siguiente rival será otro veterano, el francés Richard Gasquet, a quien ha derrotado en todos sus 17 enfrentamientos anteriores.

El español, campeón del pasado Abierto de Australia y Roland Garros en 2022, aspira en Nueva York alzar su 23º título de Grand Slam, con el que ganaría terreno en la carrera con el ausente Novak Djokovic (21).

A sus 36 años, el balear también es el mejor posicionado para desbancar al ruso Daniil Medvedev del número uno del ranking de la ATP.

Con información de AFP