Veinte años después de dirigir su primer partido oficial como árbitro en el fútbol colombiano, el antioqueño Wilmar Roldán habló por primera vez de la posibilidad de ‘colgar el silbato’ y retirarse de las canchas.
En entrevista con Win Sports, canal que transmite el fútbol colombiano en Colombia, Roldán habló de los episodios más difíciles que ha vivido en su carrera, las críticas y lo que piensa hacer una vez decida dejar el camino a las nuevas generaciones del arbitraje nacional.
“De todos los errores se aprende y son detonantes para poder mejorar; el error hace parte de nuestro crecimiento y fortaleza mental”, indicó al respecto de las veces en las que se ha visto envuelto en polémica.
A pesar de los insultos, que hacen parte de la vida diaria de los árbitros, el antioqueño agradece por el reconocimiento que le ha dado su profesión a lo largo de los años, llegando a ser considerado uno de los mejores del continente. “Yo amo lo que hago, soy apasionado por el arbitraje. Creo que el final está cerca, todo tiene un comienzo y un final”, indicó.
Aunque no dio una fecha tentativa a su retiro, sí deslizó que puede ser en un futuro cercano, teniendo en cuenta que hace poco cumplió 43 años de edad. Trataré de disfrutar estos momentos que me pueda dejar el arbitraje e iré paso a paso. Cuando llegue mi retiro puedo ir a seguir enseñando, porque soy docente titulado”, agregó.
Un 2023 con protagonismo
A lo largo de las dos décadas que lleva como árbitro de primera división, el oriundo de Remedios (Antioquia) ha tenido que lidiar con varias decisiones polémicas y el 2023 no ha sido la excepción. El pasado 12 de febrero fue designado como juez central del duelo entre Tolima y Millonarios en Ibagué, que acabó siendo suspendido por la agresión contra Daniel Cataño.
Roldán fue el encargado de mediar entre los dos clubes y escuchar la posición de los jugadores del cuadro embajador, que decidieron volver al vestuario en señal de apoyo para su compañero. Luego de gestionar el posible inicio del partido, coincidió en que no existían garantías y pasó el informe al comité disciplinario de la Dimayor, que optó por reagendar el compromiso para este 29 de marzo.
“Uno trata de hacer un buen trabajo, pero no es fácil porque debemos administrar pasiones, y en medio de esas pasiones vienen las críticas. Independientemente de las decisiones que tomemos, para unos va a ser y para otros no va a ser y esa crítica siempre la vamos a tener presente”, dijo al respecto de la situación actual del arbitraje en la Liga Betplay.
Roldán considera que la justicia quedará en buenas manos luego de su despedida. “En Colombia hay un cambio generacional que se suscita en cualquier profesión y vienen árbitros con buena proyección. El fútbol colombiano es competitivo y todos quieren ganar; aquí no hay márgenes donde los campeones siempre son 2 o 3 equipos y todos quieren que las cosas se hagan perfectas”, dijo.
Entre los retos a superar está el impacto de la tecnología, que, según su experiencia, ha puesto las cosas más difíciles para los colegiados. “Hoy es más difícil dirigir; cuando comencé a pitar hace 20 años solo transmitían un partido por televisión y hoy es más complejo. El fútbol es más dinámico, tecnológico y los jugadores son atletas, por eso también debemos prepararnos para aplicar las reglas del juego”, explicó.
Su más reciente partido como árbitro fue el pasado sábado en Barranquilla, en el duelo entre Junior y Santa Fe, donde, curiosamente, perdió las tarjetas. “Junior iba con su uniforme habitual, Santa Fe de gris y nosotros de negro. Luego, vimos que Santa Fe iba de negro y como pude cambié la camisa a amarilla y en ese afán de salir rápido, las tarjetas se me quedaron en la otra camisa”, explicó al respecto del gracioso suceso que protagonizó en el Metropolitano y que se volvió tendencia en redes durante todo el fin de semana.