En marzo de 2019, justo en el mes de la mujer y acompañadas por la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales, Acolfutpro, las futbolistas colombianas demostraron con pruebas vetos, malos manejos y la poca dignificación de los dirigentes de la Federación colombiana a su profesión.
13 jugadoras citaron a una rueda de prensa y Natalia Gaitán, para entonces capitana de la tricolor femenina, tomó la vocería junto a referentes de este deporte como Isabella Echeverri o Vanessa Córdoba.
Juntas, dieron a conocer un audio de 2016 en el que el presidente de la Difútbol, División Aficionada del Fútbol, Álvaro González Alzate, hablaba que Daniela Montoya fuera vetada del máximo equipo por exigir los premios a los que se habían comprometido los dirigentes. La volante no fue llamada durante año y medio a las convocatorias.
También entregaron comprobantes de pago de tiquetes aéreos para asistir a las convocatorias, demostraron la deficiencia en la indumentaria, los pocos viáticos, los pésimos equipos médicos de rehabilitación, terapias y entrenamiento y consignaciones para supuestas convocatorias.
“Fui parte de una convocatoria paralela en una sub 20, tengo un recibo que le doy al entrenador Felipe Taborda -a su cuenta personal- por mi estadía, alimentación y transporte, sin saber qué estaba pasando”, denunció Isabella Echeverri.
Fue la única forma para que las escucharan, pues 7 años atrás ya habían enviado una carta con tres puntos básicos 1. Entrenamiento dirigido, individual y como equipo; 2. Fogueos internacionales; 3. Un mejor apoyo económico.
Después de esas denuncias, Colombia femenina de mayores logró el título panamericano, segundo lugar en la Copa América con cupo al Mundial de Nueva Zelanda y Australia 2023, a los olímpicos, cuartos de final en el mundial sub 20 de Costa Rica y la primera final de un torneo Fifa con la sub 17. Más partidos de preparación y dejaron de tener un técnico para todas las categorías. Carlos Paniagua es el de las juveniles y Nelson Abadía, de las mayores.
Jugadoras españolas y su lucha actual
Tras la Eurocopa 2022, 15 jugadoras de la Roja renunciaron a ser convocadas. Todo porque desde la federación española no se les escuchó sus inconformidades sobre el técnico Jorge Vilda.
“Queremos una apuesta decidida por un proyecto profesional en el que se cuiden todos los aspectos para sacar el mejor rendimiento a un grupo de jugadoras con las que consideramos que se pueden conseguir más y mejores objetivos. Deseamos lo mejor para la RFEF, para la Selección Femenina y para nosotras en particular, sin entrar en guerras públicas”, decía la carta envida a la dirigencia.
Ellas consideraban que los entrenamientos que prepara el staff de la selección son monótonos y repetitivos, poca empatía con las futbolistas, irrespeto al tiempo de las lesiones, mal manejo del camerino.
“No somos rebeldes. Es agotador tener que estar reclamando mejoras constantemente para rendir mejor. No creo que haya que poner adjetivos de este tipo. Es un problema entre las jugadoras y la Federación. Se han filtrado conversaciones privadas y esta situación no beneficia a nadie”, dijo Alexia Putellas a beIN Sports Francia, argumentando que ella y sus compañeras deberían enfocarse en su rendimiento deportivo.
Para explicar su lucha, la jugadora escogida como The Best Fifa y ganadora de dos balones de oro puso de ejemplo a Colombia,
“Acabamos de verlo en las jugadoras de Canadá. Anteriormente, jugadoras de Colombia también lo vivieron, en su momento Estados Unidos. Al final es un tema que vemos se está repitiendo mucho de que las jugadoras no pueden centrar su energía total simplemente en rendir, sino que tienen que estar pendientes de otras cosas. Algunas selecciones lo consiguieron antes y otras más tarde, pero la cuestión es la misma”, dijo Putellas