Remco Evenepoel (Quickstep), vigente campeón de la Vuelta a España, protagoniza la noticia del día en el duro camino hacia el mítico Col du Tourmalet.
Lo que se esperaba fuera una batalla mano a mano por el liderato de Sepp Kuss (Jumbo-Visma), terminó siendo un monólogo del Jumbo al que Evenepoel no fue invitado especial.
Mientras ascendían el Col d’Aubisque, segundo puerto de montaña del día (categoría especial), el corredor belga empezó a flaquear inesperadamente y permitió que los otros favoritos de la clasificación general le sacaran una diferencia irremediable que fue creciendo con el paso de los kilómetros.
El Soudal Quickstep activó entonces la operación de emergencia para llevarlo de regreso a la cola del pelotón, sin embargo, Remco no dio respuesta y para colmo de sus males, la ruta no daba tregua, pues, inmediatamente después de coronar el puerto iniciaba el descenso hacia el siguiente, de primera categoría, en el Col de Spandelles.
Kuss, acompañado de Jonas Vingegaard y Primoz Roglic, apretó el acelerador al ver caído a su máximo rival y provocó un revolcón en el grupo de cabeza. Los únicos que pudieron responder al ataque del Jumbo fueron Damiano Caruso y Mikel Landa, ambos del Bahrain Victorious, que salieron a la rueda pensando en lograr su victoria de etapa.
Ese ‘arranconazo’ fue neutralizado más adelante por el grupo perseguidor, en el que también había interesados en arrebatarle el tercer puesto de la general a Evenepoel.
Luego de superar Col de Spandelles, la diferencia entre el lote de Kuss y el de Evenepoel era de más de 7 minutos, lo que provocó que el líder del Quickstep tomara la decisión de aceptar su derrota y enseñar la bandera blanca.
Con esta sorprendente pérdida, a la que todavía le faltaba el paso por el Col du Tourmalet, Remco pierde todas sus posibilidades de defender el título y tendrá que cambiar de estrategia con la mirada puesta en alguna victoria de etapa, que servirá como bálsamo al duro batacazo que protagonizó este viernes en una etapa que se antojaba importante, pero no decisiva para la clasificación general.
Ahora el futuro de la carrera está en manos del Jumbo, que, al perder su máximo rival, ahora tendrá que decidir si siguen apostando por Kuss como líder o abre la pelea para que Primoz Roglic o Jonas Vingegaard se sumen.
En condiciones normales, el título de La Vuelta a España 2023 no debería salir de los tres capos del equipo neerlandés, sin embargo, la duda persisten ante el silencio de los propios protagonistas sobre quién es el verdadero líder en la presente edición.
De ese tridente, Kuss es el único que no ha ganado un título de grandes vueltas, razón de sobra para ilusionarse con un premio que se encontró en el camino arrancando la carrera como gregario de lujo.
El estadounidense, lejos de implorar a su equipo por el apoyo, ha dicho que no le importaría si tiene que ceder la camiseta roja a alguno de sus líderes. “Da igual con quien gane el equipo, conmigo, con Roglic o con Vingegaard”, declaró tras la etapa del jueves que ganó Juan Sebastián Molano (UAE Team Emirates).
“Ahora el líder soy yo y veremos hasta dónde puedo llegar en el objetivo de ganar la Vuelta, pero tengo confianza y lo intentaré. Roglic tiene más experiencia que yo en ganar vueltas, y para mí cada paso que doy es una experiencia diferente”, indicó.
Kuss anticipó que la carrera no se decidiría en el Col de Tourmalet, pero la situación sufrida por Evenepoel parece haber cambiado los planes. “Para mí, los puertos decisivos de esta Vuelta podrían ser el Angliru o la Cruz de Linares”, señaló.