A Germán Chaves y su papá, un camión les quitó la vida en la vía Tunja-Bogotá, a la altura de la unión entre Chocontá y Villapinzón, al parecer por un microsueño del conductor.
Salomé Chaves, de 8 años, es la hija del ciclista fallecido y quien, cansada de esperar que se hiciera justicia por su papá y los deportistas que salen día a día a pedalear por los caminos cafeteros, inició una campaña de sensibilización.
La idea se dio cuando recién murió Germán. Salomé tomó una hoja y muchos colores para hacer un dibujo representando el trágico accidente con una nota de respeto al ciclista. Con su mamá Sonia, sacaron varias fotocopias y las pegaron lugares estratégicos del municipio de Chocontá.
Además, constantemente y pese al dolor, hablaba de eso en el colegio. La niña no quería que otros compañeritos se quedaran sin sus papás por culpa de las imprudencias de los conductores.
“La vida para nosotras ha sido muy dura, para todos, pero en especial para mi hija. Salomé era una niña muy consentida por su papá. Su ilusión es ser ciclista profesional, correr las grandes de Colombia, e irse a Europa. Vestir el uniforme de los equipos que vistió su papá, seguir sus pasos”, dijo Sonia Villagrán, la mamá de la pequeña.
Salomé publicó recientemente un video en redes sociales en el que envía un contundente mensaje al mundo del deporte.
“El 4 de junio mi vida cambió por completo y hoy quiero hacer una campaña de sensibilización en nombre de mi papá y todos los ciclistas, te pedimos que nos ayudes a protegerlo y brindarles 1.5 metros de distancia en las carreteras”, dice la niña con un mural de su papá al fondo y agrega.
“Seamos amigos en la vía. En sus hogares los esperan, que mi papá no sea uno más, creemos conciencia. Hagamos llegar este mensaje a más personas”, finaliza retando a otros ciclistas para que ellos mismos graben un video en el que inviten a respetarles la vida en la vía.
Lo que quiere Salomé es que todos los ciclistas del mundo se unan a la campaña. Chaves hizo parte de las escuadras de Coldeportes-Zenú y EPM Scott y, en el momento del accidente, entrenaba con su progenitor preparando las carreras con el equipo Sistecrédito.
Es decir, la niña no solo tuvo que decirle adiós a su papá, también a su abuelo. Según relata su mamá Sonia, por muchos días la menor se preguntaba por qué no había quedado con vida al menos uno de los dos.
“Era su papá, su héroe, su complemento y su todo. En estas fechas es más duro para ella porque compartían mucho. Le cambió la vida”, concluyó su mamá.
Salomé era el nombre que llevaba tatuado Germán Chaves en el brazo derecho. Cuando ganaba una competencia o subía a un podio, su hija lo esperaba para, levantar los trofeos y hacer parte de los reconocimientos. De igual manera con su mamá Sonia, lo acompañaban en la línea de salida y de llegada de cada carrera.