Contra viento y marea el estadounidense Sepp Kuss (Jumbo-Visma) se quedó con la Vuelta a España 2023, la última grande del año y el triunfo más importante en su carrera hasta ahora.
Las capacidades de Kuss siempre han estado, pero a lo largo de su carrera ha destacado como un gregario de lujo, ayudando a Jonas Vingegaard y Primoz Roglic en sus peleas por títulos en el Giro de Italia, Tour de Francia y la propia Vuelta.
Pero esta vez no dio pie a que los demás se llevaran la gloria. El estadounidense consiguió el liderato de la ronda ibérica y por 13 días estuvo vestido de rojo, hasta que pasó por la meta en la etapa 21 en Madrid.
Durante esos 13 días la pregunta siempre fue si el Jumbo-Visma le respetaría el liderato, ya que no es normal que Vingegaard y Roglic sean gregarios.
Kuss vs. Vingegaard
El mayor peligro para Kuss era el bicampeón del Tour de Francia, que se veía más entero físicamente, pero este terminó cumpliendo su palabra y dejó que el gregario ahora fuera el campeón.
Pero ya el danés había dejado entrever en los primeros días de la competencia de la Vuelta que el Jumbo-Visma tenía tres líderes, aunque lo dijo en tono de broma.
“Sí, era un poco de broma, pero también ellos sabían que podía hacer diferencias en momentos importantes y ayudar en las etapas, pero tampoco era consciente de hasta dónde podía llegar. Antes mi rol era jugar en función de lo que hacían ellos, como hice en la sexta etapa camino de Javalambre (cuando ganó la camiseta roja)”, reveló Kuss en entrevista exclusiva con el Diario AS.
Además, el ciclista de 29 años aceptó que durante gran parte de la carrera se sintió como un tapado.
“Me sentía, como se dice en inglés, ‘underdog’ (que no era un gran candidato). Para mí fue una situación un poco rara porque estaba entre dos campeones liderando una gran vuelta y me costaba un poco creer en mí mismo y pensar que podía ganar esta carrera, pero después de cada etapa tenía más confianza. Tras cada momento duro, tenía un pensamiento mayor de que podía triunfar”, indicó.
Celebración del trofeo
Ya sobre la victoria en la general, el estadounidense apuntó que intentará no cambiar después del primer gran triunfo de su carrera.
“Pues a ver… primero tendré que pagar unas cervezas (entre risas). No sé, la verdad. Seguiré siendo yo, y eso es lo más importante. Seguramente cambiará mi carrera y mi palmarés, pero lo más valioso es que descubrí cosas de mis capacidades, física y mentalmente, que me ayudarán mucho en el futuro. Tampoco quiero cambiar radicalmente mi manera de hacer las cosas, tan solo quiero disfrutar de la bici, de los entrenamientos y no pensar tanto en los detalles, como hacen los líderes de las grandes vueltas continuamente”, apuntó.
Y destacó que cuando vuelva a Estados Unidos lo primero que hará es “comer un buen chuletón, beber una cerveza, estar con familia, amigos, mi mujer, porque estaba aquí, pero no la he visto mucho y era diferente, ya que cada etapa tenía que atender a la prensa y las prisas normales de la vida. Cuando acabas una etapa ya estás pensando en la próxima y es un poco raro. Quiero desconectar un poco”.
Antes de este título, la mejor presentación de Kuss había sido un octavo puesto en la Vuelta. En el Tour su mejor papel había sido la casilla 12 y en el Giro acabó 14, estos dos últimos resultados se dieron el 2023, ya que corrió las tres grandes.