Los cimientos del Giro de Italia 2023 llegaron a sacudirse esta primera semana por la doble caída que sufrió Remco Evenepoel (Quickstep), principal candidato al título y quien vistió la camiseta rosa durante tres días antes del repunte del noruego Andreas Leknessund (Team DSM).
En una quinta jornada caracterizada por la lluvia, el campeón del mundo cayó al suelo en dos ocasiones. La primera en el arranque de la etapa por culpa de un perro que se atravesó en el camino y la segunda en medio de una caída masiva en la que salió mal librado, aunque afortunadamente ya había superado el umbral de los últimos tres kilómetros.
Horas después, el equipo le realizó exámenes y determinó la gravedad de las lesiones que tenían en vilo a sus fanáticos. “De la segunda caída tenía mucho dolor en su lado derecho. Tiene un gran hematoma y una contracción muscular ahí, problemas con el sacro. Pero, afortunadamente, con un buen masaje, un tratamiento osteopático y una buena noche de descanso irá mejor”, aseguró el médico Toon Cruyt.
No obstante, si bien se admitió que seguirá en la competencia, el doctor aseguró que Remco puede pasar malos días por los dolores. “Tenemos que tomar unos días antes de que ese hematoma se vaya, pero esperamos que la contracción de los músculos desaparezca más rápido. De cualquier manera, mañana tendremos alguna dificultad”.
Este jueves, en la salida de la sexta etapa en Nápoles, todos los ojos apuntaban a Remco, buscando indicios de su situación física y lo que pudieran impactar las dos caídas en su rendimiento para mantenerse en la segunda casilla de la clasificación general.
Lo curioso es que, durante el control de firmas, al belga le lanzaron un balón de fútbol celeste, referencia al reciente título del Napoli en la Serie A de Italia. Evenepoel lo recibió y mostró su calidad dejando sorprendidos a varios de los asistentes al sitio de salida.
Ese momento alejó todas las dudas sobre su lesión y dejó claro que, aunque es un ciclista exitoso, todavía le corre por la sangre la afición por el fútbol, recordando que en su juventud fue jugador e incluso vistió la camiseta de las divisiones menores de la selección de Bélgica.
“Todo está bajo control”
Posterior a su ‘show’ con la pelota en los pies, el capo del Quickstep atendió a los medios de comunicación y dio un parte alentador de su situación física. “Tuve una buena noche de sueño y me cuidaron bien. Creemos que todo está bajo control. Esa caída fue frustrante. Hice todo lo que pude para entrar con seguridad en las últimas dos millas. Arkéa-Samsic pidió espacio. Miré a la izquierda y me moví a la derecha. Entonces Trek me pasó y en el segundo golpe me caí”, relató.
“Ayer fue un poco más duro por el dolor que tenía, pero anoche ya no tenía más dolor. También recibí un buen masaje, por lo que normalmente debería estar suelto ahora. Reconocí el recorrido de hoy, así que sé qué esperar. Espero más o menos el mismo escenario que ayer”, advirtió en declaraciones recogidas por Wielerflits.
Este jueves se espera que los esprinters y la fuga tomen en protagonismo que los favoritos se guardarán para el segundo final en alto de la carrera en la etapa 7. Allí habrá otra batalla entre los favoritos y presumiblemente Leknessund perderá la camiseta rosa que aspira a recuperar Evenepoel.
La gran amenaza para los intereses del Quickstep es el esloveno Primoz Roglic, habitual en la disputa de las grandes y que este año renunció al Tour de Francia con el único objetivo de vestirse de rosa.