Lo aconsejable para los estadounidenses será cuidarse del pánico escénico, que según dicen condicionó su actuación cuando sucumbieron 3-0 ante Brasil en la primera ronda del torneo.  Errores en marcación, una expulsión y excesivas libertades conspiraron en contra de los norteamericanos. "Salimos un poco tímidos", dijo el capitán estadounidense Carlos Bocanegra. "Les tuvimos demasiado respeto". Pero esa segunda derrota en el torneo, luego de un 3-1 ante Italia en el debut, terminó convirtiéndose en una bendición para Estados Unidos, que logró una milagrosa clasificación al vencer a Egipto (3-0) en la última fecha al combinarse con el triunfo por idéntico marcador de Brasil sobre los italianos. Estados Unidos se sacó sus inhibiciones y procedió a protagonizar la gran sorpresa cuando en las semifinales bajó de la nube a la todopoderosa España al ganarle 2-0 para romper el récord de 15 victorias sucesivas de la "Roja". "Nos espera un partido mucho más complicado", avisó Kaká, el referente de Brasil. "Intuyo que tratará de no repetir los fallos de la primera fase". "El fútbol no tiene pasado y futuro. Sólo está al presente", añadió el técnico Dunga. Estados Unidos tomó apunte con detenimiento del partido que Sudáfrica le hizo a Brasil en la otra semifinal, y en el que un tanto de tiro libre de Daniel Alves a dos minutos del final estableció el 1-0 definitivo ante la selección anfitriona. Sudáfrica anuló a los laterales brasileños Maicon y André Santos, mientras que sus marcadores centrales no permitieron que el tridente de ataque formado por Kaká, Robinho y Luis Fabiano lograse engranar. El técnico estadounidense Bob Bradley alabó la manera como Sudáfrica minimizó el espacio de maniobra entre la zaga y el mediocampo, lo a que su juicio "sacó de quicio" a Brasil. "Robinho y Kaká estuvieron desconectados y los balones no les llegaban", añadió. Asombrados por la forma como los estadounidenses subyugaron a España, todo Brasil está con los ojos abiertos. "No se entregaron durante los 90 minutos, se defendieron cuando tenían que defenderse y aprovecharon cuando tuvieron las oportunidades de contragolpe", advirtió el volante Gilberto Silva. "Trataremos a toda costa de evitar que se repita la sorpresa que sufrió España". El historial marca una desigual superioridad de Brasil, con 13 victorias en 14 compromisos. La única mancha fue una derrota 1-0 en las semifinales de la Copa de Oro de la CONCACAF en 1998, la que la "verdeamarela" disputó con un equipo sin sus principales estrellas. Los pentacampeones mundiales jugarán su cuarta final en la Copa Confederaciones, buscarán revalidar el título y sumar una tercera corona. Estados Unidos, en cambio, afronta una situación que se asemeja a un tabú. "Nuestra selección ha tenido varios resultados resonantes en su historia, pero nunca hemos ganados un torneo grande", reconoció Bradley. "Ganamos la Copa de Oro para ser los campeones de la CONCACAF y por eso estamos aquí, pero la posibilidad de alzarse con un torneo de gran magnitud frente a rivales como Brasil, España, Italia y Egipto es algo que no tiene comparación". No se avizoran variantes en el once titular brasileño, aunque quizás Dunga quiera poner a Alves por André Santos como lateral derecho. Luis Fabiano padece de una gripe, pero al atacante dijo que no se perderá la final. Estados Unidos acusa la baja obligada de su volante Michael Bradley, expulsado al final del partido ante España. Benny Feilhaber, quien nació en Brasil, tomará el lugar del hijo del técnico.  Posibles alineaciones: BRASIL: Julio César, Maicon, Lucio, Luisao, André Santos (Daniel Alves), Ramires, Kaká, Gilberto Silva, Felipe Melo, Robinho y Luis Fabiano. EEUU: Tim Howard, Carlos Bocanegra, Oguchi Onyewu, Jay Demerit, Jonathan Spector, Clint Dempsey, Benny Feilhaber, Landon Donovan, Ricardo Clark, Jozy Altidore y Charlie Davies. Arbitro: Martin Hansson (Suecia). Por ERIC NÚÑEZ JOHANESBURGO (AP)