Tatiana Calderón sintió por primera vez la adrenalina de manejar un carro de carreras cuando apenas tenía 9 años. Su hermana Paula la había invitado a correr con unos amigos. Pero ni en su sueño más remoto, Tatiana se imaginaba que iba a ser la mujer de su generación que iba a estar más cerca de llegar a una Formula 1. En 2019, la piloto bogotana se convirtió en la primera mujer en participar en la Formula 2, antesala de la gran carpa y donde casi todos los pilotos top hacen una pasantía para probar que tienen las condiciones para manejar un monoplaza en la máxima categoría. Sin embargo, la participación de la colombiana no ha sido la mejor. Problemas en la puesta a punto en los neumáticos y la mala suerte se han aparecido en los 11 circuitos en los que ha competido de la F2.
Pero el momento que marcó la temporada de la colombiana fue el trágico accidente de Anthoine Hubert, como lo demuestran las lágrimas que derramó en la rueda de prensa que tuvo en Bogotá en esta semana. El compañero de la bogotana murió en un espeluznante accidente en el circuito de Spa Francorchamps, que sirvió para recordar la fragilidad de los pilotos cuando se transita en un monoplaza a más de 330 kilómetros por hora. Basta un segundo de desconcentración o de mala fortuna, como fue el caso de Hubert, para tener un resultado trágico. En cuanto a lo deportivo, Tatiana llegó a un equipo que cambiaba de dueño por lo que las condiciones eran muy inciertas y apenas una semana antes del primer test le quitaron a su ingeniero de confianza, que es el principal apoyo del piloto para entender cómo está funcionando el auto. Los neumáticos fueron muy difíciles de entender lo que constituye un gran problema teniendo en cuenta que el desgaste del compuesto es fundamental para el rendimiento del vehículo en carrera. En esta categoría no se pueden hacer pruebas con el neumático de la clasificación, en la que solo se hace una vuelta. Para Tatiana era muy difícil mejorar las condiciones del auto y no quedaba bien en la grilla de partida de cara a las carreras.
A pesar de esta circunstancia Tatiana luchó y apostó por estrategias “locas”, según ella, para poder buscar puntos pero ahí volvió a aparecer la mala suerte y en las carreras en las que estaba bien ubicada pasaba algún incidente. No sumó un solo punto. Todas estas dificultades han probado la resiliencia de esta joven de 26 años, que sigue siendo subestimada por el machismo que existe en el deporte motor. “Por nada vaya a quedar detrás de Tatiana”, fue la frase de un padre a un rival que ella escuchó. En la tercera carrera del año, en el mítico circuito de Mónaco, Tatiana se chocó con Mick Schumacher, hijo de la leyenda del automovilismo. "No quería darle el puesto gratis y yo venía haciendo mi estrategia, mi ritmo y creo que realmente los lugares donde puedes adelantar eran mis sitios fuertes, entonces pues por eso la desesperación un poco”, dijo la colombiana después de la carrera. Y es que si hay alguna cualidad por la que Tatiana tiene altas probabilidades de alcanzar la Formula 1 es por su resiliencia. A pesar de todos los infortunios que ha afrontado, la bogotana sigue firme en su objetivo de convertirse en la primera mujer en llegar a la Formula 1 y espera tener otro año para demostrar su valía en la Formula 2. SEMANA habló con ella. SEMANA: ¿Cómo ha sido este año en la Formula 2? Tatiana Calderón: Este ha sido un año de muchos aprendizajes. Ser la primera mujer que compite en la Formula 2, la antesala a la Formula 1. Adaptarse a un equipo nuevo, carro nuevo, circuitos donde no había estado en anteriores ediciones. Entonces de mucho aprendizaje, no los resultados que yo quería, pero creo que he aprendido mucho y ojalá que todavía nos queda una carrera que podamos ponerlo todo junto y demostrar que estamos mucho más adelante de lo que muestran los papeles. SEMANA: ¿Por qué es más difícil manejar el carro de Formula 2 que el de Formula 1? T.C.: Pues yo creo que los carros más difíciles de manejar son los Formula 2 precisamente porque es la antesala a la Fórmula 1. Tienes muy poco tiempo en pista, solo 45 minutos de práctica. Luego de la calificación da solo una vuelta con un compuesto de neumáticos totalmente diferentes al de la práctica libre. Son carros donde tienes mucho menos, digamos que ingenieros trabajando para ti. Mucho menos información en vivo que sí tiene la Fórmula 1. Es un carro muy exigente físicamente, no tenemos dirección hidráulica como en Fórmula 1. No quiero decir que la Fórmula 1 sea fácil, pero creo que la Formula 2 es de los campeonatos más exigentes que hay a nivel mundial y que toma tiempo ajustarse y adaptarse a todas esas dificultades que conlleva estar ahí. SEMANA: ¿Cómo es el proceso de preparación para poder pilotear estos autos siendo mujer? T.C.: Para manejar un auto de Formula 2 hay muchísimo trabajo físico detrás, sobre todo por el hecho de ser mujer. Tener el 30 por ciento menos de masa muscular que un hombre quizás hace que además esa exigencia aún mayor.
Está uno siempre ahí sentado con la dirección que se pone durísima. El cuello me ha crecido 9 centímetros desde que sé que voy a conducir un auto de Fórmula 1 por las fuerzas G con las que tienes que soportar más de 40 kilos con la cabeza, con el cuello. Luego está siempre en 360 pulsaciones y 170 durante la hora de carrera. Es realmente muy exigente también mentalmente, la concentración es clave. Entonces hacemos mucho entrenamiento, también de coordinación, de reflejos, de multitasking, porque al final es lo que vas haciendo arriba del carro. Entonces es mucho el trabajo detrás de cámaras que no se ve tanto y que parece que es un poco más fácil, que llegas ahí, te montas y ya está. SEMANA: ¿Cuál ha sido la motivación en los momentos difíciles? T.C.: Este año hemos tenido que pasar por varios obstáculos y obviamente uno querría que los resultados se dieran instantáneamente. Pero al final siempre me pregunto y soy una afortunada de poder dedicarme a lo que más me gusta. Siempre he tenido en mente llegar a la Fórmula 1, nunca darme por vencida, trabajar duro y creo que las cosas cuando uno las desea tanto y realmente trabaja delicadamente llegan a su debido tiempo. Así que no hay que bajar los brazos. Uno nunca sabe cuándo se presenta la oportunidad y estaremos ahí listos para atraparla con las dos manos. SEMANA: ¿Qué se aprende de vivir experiencias como la muerte de un compañero? T.C.: Sí, este año ha sido muy duro en ese sentido de los accidentes. Al final sabes del riesgo, pero nunca te imaginas hasta que pasa algo tan desafortunado como perder a mi compañero de equipo, hace pocos meses. La verdad es que te replanteas muchas cosas, respetas muchísimo más y tratas de disfrutar cada día muchísimo más. Entonces, si algo he aprendido en estos meses es que uno tiene que hacer lo que más le gusta. Seguir soñando y obviamente, disfrutar del camino, porque uno no sabe hasta cuándo tiene la oportunidad. Obviamente, rodearse de la gente que cree en uno, y la familia es lo más importante, hay que seguir luchando por lo que uno quiere. SEMANA: También hubo momentos felices como cuando manejó por tercera vez el monoplaza de Formula 1 en el circuito Paul Ricard, ¿Cómo fue esa experiencia? T.C.: Este año ha sido muy especial también porque tuve la oportunidad de manejar nuevamente un auto de Fórmula 1 del equipo Alfa Romeo Racing. Fue en Paul Ricard en agosto, otra súper experiencia.
Tener la oportunidad de trabajar con gente que está hoy en día en el equipo de Fórmula Uno es invaluable. La verdad es que aprendí muchísimo, me ha ayudado también en la temporada. Que me den esas oportunidades quiere decir que estás haciendo algo bien. SEMANA: ¿Por qué es tan importante el apoyo para poder cumplir el sueño de llegar a la Formula 1? T.C.: El apoyo de Colombia, de Escudería Telmex Claro, del Ministerio del Deporte, ha sido clave en mi carrera. Y sí, hoy en día no es sólo el talento el que cuenta, desafortunadamente en este deporte se necesita de mucho apoyo económico y en esa búsqueda seguimos...por más apoyo a este proyecto de llegar a la Fórmula 1.