SEMANA: ¿Cómo nace la Fundación Saldarriaga Concha? SORAYA MONTOYA: En 1973 la creó la familia conformada por Alfredo Saldarriaga del Valle, Elvira Concha de Saldarriaga y su hijo Ignacio, quien nació con una discapacidad física. Los tres integrantes de la familia mueren -Ignacio en 1975, Elvira en 1986 y Alfredo en 1992- dejando buena parte de su fortuna a la fundación. A partir de ahí, unos estatutos con un gobierno corporativo estable y robusto han permitido que la fundación fortalezca su patrimonio y siga cumpliendo con su misión. SEMANA: ¿Cuál es esa misión? S.M.: La inclusión social y productiva de las personas con discapacidad y las personas mayores en Colombia. Al principio, la fundación entregaba donaciones a instituciones y organizaciones que atendían directamente a esos grupos, pero con el tiempo fue migrando a la cofinanciación de proyectos que ayudaran a la inclusión de estas poblaciones y actualmente busca la transformación social por medio de proyectos piloto que permitan descubrir alternativas de alto impacto que sean medibles. Puede leer: Cómo cuidar la salud mental en la vejez SEMANA: ¿Cómo han evolucionado en esa tarea? S.M.: En estos 45 años hemos apoyado a 300 organizaciones con donaciones por más de 83.000 millones de pesos (costo actual), hemos hecho proyectos que llegan a más de 720.000 personas con discapacidad y personas mayores. Pero nuestros principales aportes están dados en términos de política pública pues por medio de ellas hemos apoyado la generación de cambios sociales grandes en el país. Incluir social y productivamente a las personas con discapacidad y las personas mayores en Colombia es el propósito de la Fundación. SEMANA: ¿Como cuáles? S.M.: Podemos mencionar por ejemplo la tarea que significó estar presentes, desde 2010 hasta 2018, en el Fondo común con el Icetex y el Ministerio de Educación Nacional, con quienes entregamos 329 becas de pregrado para personas con discapacidad. O nuestra participación, en 2009, en la formación del Sistema Nacional de Discapacidad. El año pasado apoyamos al gobierno en la expedición del decreto 1421 sobre educación inclusiva, que abrió el camino para que personas con discapacidad tengan una educación que promueva su desarrollo en equidad con los demás estudiantes. SEMANA: El Dane reveló que hay 40,4 personas que superan los 60 años por cada 100 personas menores de 15 años, lo cual genera consecuencias económicas y sociales. Sin embargo usted afirma que envejecer puede ser una gran oportunidad para el país, ¿por qué? S.M.: Una persona después de los 50 años puede tener fácilmente 30 años más de vida activa y está llena de propósitos que la hacen productiva. Uno de los grandes estigmas es que las personas mayores son una carga económica para sus hogares. Sin embargo, la Misión Colombia Envejece encontró que el 61 por ciento de la población mayor de 60 años tiene a su cargo una o más personas y el 30 por ciento trabajan, la mayoría desde la informalidad y pese a los bajos ingresos que perciben, sus aportes económicos son cruciales en el presupuesto familiar. Un ejemplo de cómo incluirlos es una oportunidad para el crecimiento económico y social del país. Le sugerimos: "Los malos hábitos de vida pueden volverlo diabético" SEMANA: ¿Cuál es la mejor manera de integrar a la población con discapacidad a la sociedad? S.M.: Respetando y garantizando el goce efectivo de sus derechos. El país firmó la Convención Internacional de Derechos Humanos de las personas con discapacidad y ha avanzado en varios frentes a nivel legislativo para hacer cumplir esta convención, pero todavía queda mucho camino por delante. Por eso la fundación considera pertinente avanzar en la reglamentación de la Política de Discapacidad e Inclusión Social (Ley 1618) y fortalecer el Registro de Localización y Caracterización de las Personas con Discapacidad, ampliando su cobertura particularmente en zonas rurales. Así mismo, es necesario reglamentar la Ley de Salud Mental y el Sistema Nacional de Cuidado que cobija a las personas con discapacidad y delimita las funciones del sector salud. Uno de los grandes estigmas es que las personas mayores son una carga económica para sus hogares. SEMANA: ¿Qué tanto espacio tienen las personas mayores y las personas con discapacidad hoy en la sociedad colombiana? S.M.: La Fundación Saldarriaga Concha, con la firma Inclusión, Consultoría para el Desarrollo se apoyan en el Índice Multidimensional de Inclusión Social y Productiva para evidenciar cómo estos grupos de personas están más excluidas social y productivamente que el resto. El nivel de educación de las personas mayores es mucho más bajo que el del resto de la población, resaltando que el 16 por ciento de los viejos son analfabetos. Frente a esto, la Fundación hace un llamado a que el gobierno firme la Convención de Derechos de las Personas Mayores de la OEA como primer paso para lograr la inclusión de estas poblaciones. SEMANA: Expertos indican que el bono demográfico, es decir, la lógica según la cual los jóvenes deben ser el motor del desarrollo, se está perdiendo en el país. ¿Cómo analiza la situación? S.M.: En la fundación lo vemos desde dos ópticas. La primera tiene que ver con los efectos que el mediano plazo en esta situación tiene en términos de envejecimiento. Esta situación está directamente relacionada con los niveles de informalidad laboral que rondan el 48 por ciento. Esto implica que, en unos años, muchos colombianos llegarán a la vejez con muy bajos niveles de educación y sin ningún tipo de mecanismo de protección económica. Por otra parte, entre los ciudadanos que tienen entre 29 y l59 años, el 7 por ciento tiene alguna discapacidad y tan solo el 26,7 por ciento de estos realiza alguna actividad que le genera ingresos. Si bien el país tiene la mayoría de su población en edad de trabajar, esta población no está bien preparada, trabaja en la informalidad o no están aportando al crecimiento económico del país porque no logran conseguir un empleo. El nivel de educación de las personas mayores es mucho más bajo que el del resto de la población, resaltando que el 16 por ciento de los viejos son analfabetos. Le recomendamos: Obesidad, la mayor amenaza nutricional en América Latina SEMANA: ¿Cuál es el papel que hoy desempeña la fundación frente a esos desafíos? S.M.: Desde 2015, con la Misión Colombia Envejece, hemos producido información y datos sobre la realidad del envejecimiento y la vejez. Lo mismo hemos hecho con temas de discapacidad. Hemos probado que las personas con discapacidad y las personas mayores pueden estudiar, trabajar, emprender, disfrutar de eventos culturales, ser productivos, aportar a la sociedad. Si se derriban las barreras actitudinales y del entorno, es posible que estas poblaciones puedan disfrutar efectivamente de sus derechos. SEMANA: Denos algunos ejemplos del compromiso de la fundación con el país. S.M.: El compromiso de la fundación con sus poblaciones se extiende a lo largo de la vida. Es así como participamos en los programas de primera infancia del país para garantizar, por una parte, la inclusión de los niños con discapacidad en estas estrategias y por otra, para que todo niño colombiano tenga una atención integral de tal manera que pueda tener un mejor desarrollo en su adultez. Contamos con programas de becas que permiten que cientos de personas con discapacidad puedan acceder a programas de educación superior en el país o incluso en el exterior o con proyectos en las zonas rurales del país, los cuales buscan disminuir los niveles de analfabetismo en las personas mayores.