Siete días después de los peores atentados terroristas en la historia de Francia, el país galo trata de recuperar la normalidad bajo el fantasma de un recuento de víctimas que todavía no se cierra. Por el momento son 130, y los heridos se suman en 300, muchos de ellos de gravedad. Francia está sujeta a medidas excepcionales de seguridad, mientras el resto del mundo mira atento cómo afectarán estos hechos al desarrollo de la política exterior de la Unión Europea y de la comunidad internacional en bloque, que en estos días estudia declarar la guerra al Estado Islámico en el marco del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El ataque del ISIS al corazón de Europa ha marcado un punto de inflexión en la agenda mundial y en la lucha de Occidente contra el fanatismo yihadista. De ahí la importancia de tener claros ciertos conceptos al respecto, con el fin de entender el devenir de  futuros acontecimientos y no caer en confusiones.   Árabe Este término hace referencia exclusivamente a una cuestión lingüística. Árabe es, o bien, toda persona nacida en un estado que tiene esta lengua como mayoritaria u oficial, o que la adquiere como lengua materna. El mundo árabe se conforma por los países occidentales del Medio Oriente, los de la Península Arábiga, las naciones del Magreb y el Cuerno de África. Por razones históricas y culturales, el concepto de árabe está estrechamente ligado a la religión islámica. Pero en ningún caso es un concepto equivalente al de ‘musulmán’, que hace referencia a la persona que profesa el Islam. Existen árabes cristianos, por ejemplo. De hecho, y según diferentes fuentes, el 80% de los musulmanes no hablan las múltiples variantes del árabe. Musulmán Así es cómo se denomina a los creyentes del Islam. Consiste en reconocer la existencia de un único Dios, Alá, y Mahoma como su único profeta, credo que se denomina Shahadah. Los musulmanes, que en árabe se traduce como ‘el que se somete a la voluntad de Dios’, están obligados a cumplir con los cinco Pilares del Islam: oración cinco veces al día (salat), ayuno durante el Ramadán (sawm), la limosna (zakat), y la peregrinación a La Meca al menos una vez en la vida (hajj). El Islam tiene dos ramas principales, el sunismo y el chiismo. En el mundo existen 1.600.000 millones de musulmanes. En cuanto a la sharía o ley islámica, se trata de un código de conducta que no es indiscutible, como sucede con el Corán, es decir, está sujeta a interpretación. Esta permisibilidad en la interpretación explica la  ciertos fieles radicalicen sus creencias, como en el caso de los terroristas yihadistas. Yihadista Neologismo surgido en Occidente para nombrar a los musulmanes que profesan las ramas más radicales del Islam. Aunque proviene de la palabra árabe yihad que significa ‘esfuerzo’, sus seguidores más fundamentalistas la asocian con la guerra santa, es decir, la imposición de la ley islámica más allá del mundo árabe. No existe un consenso mundial sobre cómo debe interpretarse la yihad. Mientras algunos estudiosos hablan  de que esta ley islámica aboga por la paz entre los hombres, otros aseguran que tiene un significado militar. DAESH, ISIS, Estado Islámico Algunos gobiernos han tomado la medida de dejar de llamar al Estado Islámico por este nombre. El argumento es que dando al grupo terrorista el estatus de ‘estado’ se legitima su existencia, sus acciones y sus reivindicaciones. En otras palabras, se normaliza su autodeterminación. DAESH es el nuevo nombre que han adoptado los países que han adoptado esta decisión, como Francia y España. Proviene del acrónimo árabe Dawla al-Islamiya al-Iraq al-Sham, que, aunque también incluye la palabra ‘estado’ (se traduce como Estado Islámico de Irak y Levante), en la lengua árabe, el sonido de esta palabra se parece a “algo que aplastar o pisotear”. Según varios medios de comunicación internacionales, esta acepción ofende a los terroristas, que lo ven como un desafío. ISIS es la traducción inglesa del citado acrónimo árabe, y se corresponde con ‘Islamic State of Irak and the Levant’.