Dos pesos pesados del progresismo se enfrentaron duramente la semana pasada. En una esquina, el exsecretario de Gobierno de Bogotá Guillermo Asprilla escribió en su cuenta de Twitter: “Lamentablemente para la ‘Bogotá Humana’, algunas de las peores culebras están adentro. Es inmoral enlodar alcaldes locales para satisfacer mezquino proyecto clientelista. El progresismo no es eso y no lo permitiré”. Se refería, sin decirlo, al actual subsecretario de Gobierno, Milton Rengifo Hernández, quien, según Asprilla, estaría detrás del interés del Distrito de pedirle la renuncia a los actuales alcaldes locales. En la otra esquina, concejales del ala del actual secretario de Gobierno, Guillermo Alfonso Jaramillo, denunciaron las presuntas irregularidades del comportamiento de los jefes de las localidades. Jaramillo no ha querido responder a los señalamientos. En el fondo, la pelea dejó ver la puja que hay entre los dos secretarios de Gobierno por la conquista de las localidades en Bogotá, de cara a las próximas elecciones. Estas entidades no solo son fortines burocráticos sino que aseguran un caudal político y los dos, Jaramillo y Asprilla, tienen interés en capitalizarlo.