En la misma sala donde acusaron a María Antonieta, Dominique de Villepin, ex primer ministro, aristócrata e intelectual, será juzgado por ser parte de una conspiración para manchar el nombre del presidente, Nicolas Sarkozy, su gran rival político. Todo empezó en 2004 cuando un juez recibió de fuentes anónimas una lista de nombres, incluido el de Sarkozy, en ese momento ministro del Interior con aspiraciones presidenciales, vinculados al lavado de dinero en una cuenta de Luxemburgo denominada Clearstream.  Poco después el juez declaró la lista falsa y decidieron buscar a los instigadores del complot. Sarkozy piensa que Villepin, que en ese momento era ministro de Exteriores y quería también conquistar el Elíseo, estaba detrás de la trama, pero sólo el juicio podrá dilucidar qué papel desempeñó éste. El juicio será una ventana privilegiada para ver los intríngulis de la relación de dos ambiciosos políticos.