Dar un poco de lo que tienen en abundancia. Esa es la petición que les hace el gobierno de Estados Unidos a los ricos con el impuesto a la riqueza, que tiene entusiasmados a los legisladores, pues permitiría el recaudo de 2,5 mil millones de dólares de ingresos anuales.

La propuesta, que apunta a cobrar el equivalente al 1 % de las riquezas que sobrepasen los 1.000 millones de dólares, aplicaría a los activos financieros no tangibles, es decir, la marca de una compañía, por ejemplo.

En esas condiciones, si se aprueba la propuesta legislativa alrededor de los impuestos estatales en Washington tendría nombre propio, y no de uno, sino de 4 multimillonarios, según escribió Jared Walczak, de Tax Foundation.

Jeff Bezos (Amazon), Bill Gates (Microsoft), MacKenzie Scott (esposa de Bezos hasta 2019) y Steve Ballmer (exdirectivo de Microsoft y dueño de la NBA Los Ángeles Clippers), aportarían el 97 % del recaudo por ese impuesto, de acuerdo con una cita de Walczak que incluye una publicación de CNBC.

Las estimaciones apuntan a que el dueño de Amazon sería el mayor aportante, con una suma de 2 mil millones de dólares al año en impuestos estatales.

En otras palabras, el proyecto de ley estaría enviando un mensaje directo de ‘ayude’ a Bezos, cuya fortuna ha llegado ya a bordear los 200.000 millones de dólares, según el más reciente escalafón de Bloomberg.

La argumentación principal del impuesto a la riqueza en Estados Unidos es reducir la desigualdad, y quién mejor que los que más recursos tienen para participar en esa meta. Así, después del fundador de Amazon seguirían en la lista de contribuyentes con el tributo al patrimonio Bill Gates, con una riqueza de 135.000 millones de dólares, lo que le daría para tributar 1,3 mil millones de dólares. Ballmer, entre tanto, debería cerca de 870 millones, y a Scott, exesposa de Bezos, sumaría a la bolsa pública para financiar la crisis de los más vulnerables, alrededor de 600 millones de dólares por año.

Fotos: gettyimage. Bill Gates.

Alrededor del impuesto a la riqueza sobre estos cuatro multimillonarios ya se empiezan a hacer conjeturas. Como el esquema impositivo de Estados Unidos incluye impuestos federales y estatales (este último sería el caso del impuesto a la riqueza), algunos críticos consultados por CNBC estiman que, como ninguno de los acaudalados tiene función corporativa en Washington, simplemente podrían mudarse a otro estado.

Es más, en los cálculos hechos, para establecer el recaudo que dejaría el cobro del impuesto a la riqueza de los cuatro millonarios (2,5 mil millones de dólares), los expertos en impuestos estatales creen que Bezos se mudaría.

Y es que, en Estados Unidos, ya estas personas adineradas tienen una fuerte carga tributaria, entre impuestos estatales y locales. Nuevas obligaciones sería ya casi como echarlos del país, señalan los expertos consultados por CNBC.

Pero también hay opiniones que apuntan a que se requiere un esfuerzo adicional de los más pudientes, en un momento difícil como el que ha dejado la pandemia. Solo así se lograría una mayor equidad.

No hay que olvidar que, durante la pandemia, mientras los más débiles tuvieron retrocesos históricos en su condición social, los ricos abultaron aún más sus ganancias, como fue el caso de Amazon, la compañía de Bezos.

Congreso de Estados Unidos

El proyecto de ley que se debate en Estados Unidos fue presentado por Noel Frame, quien sostuvo que, mientras personas con menores ingresos pagan el 18 % de sus ingresos en impuestos estatales, el 1 % con riquezas superiores solo tiene que sacar el 6 % de sus ingresos para pagar los impuestos. “Tenemos un código tributario que es completamente injusto”, dijo Frame.

Para el legislador, el espíritu de la propuesta tributaria es evitar que se tenga que cobrar impuestos sobre activos como obras de arte, bienes raíces, objetos de colección y otros que son más difíciles de valorar.

Cabe destacar que, aunque los 4 magnates pagarían el 97 % del impuesto a la riqueza, también habría otros 100, con fortunas menos voluminosas, que también resultarían invitados a aportar un grano de arena en medio de la complejidad económica y social que ha traído la pandemia, para millones de personas con menores ingresos.