A solo unas horas de cerrarse la convocatoria laboral de la DIAN para llenar 1.500 vacantes en diferentes niveles de formación y experticia, el número de inscritos para participar ya es voluminoso.

Con corte al miércoles por la tarde, según confirmó en SEMANA el presidente de la Comisión Nacional del Servicio Civil, Jorge Alirio Ortega, la cifra iba ya en 140.000 inscritos. Los números cambian minuto a minuto, según expresó el comisionado, por lo que el aumento en la cantidad de aspirantes, durante el tiempo que falta para el cierre de la convocatoria, puede ser significativo. “Hay una tendencia en Colombia de dejar los trámites para última hora”, recordó Ortega.

Empleo apetecido

Las aspiraciones laborales en la DIAN, tradicionalmente, tienen una alta concurrencia. Más aún en esta ocasión, en la que se trata de cargos de carrera administrativa, es decir, tienen cierta estabilidad.

Para inscribirse, las personas deben pagar un pin o un derecho de participación, el cual corresponde al equivalente a un salario mínimo de un día, es decir, 30.300 pesos, para el caso de los cargos del nivel asistencial y técnico.

Cuando se trata de puestos de asesor y grado profesional, el valor de la inscripción sube a 45.450 pesos, cifra que corresponde a 1,5 salarios mínimos diarios.

Esa especie de ‘peaje’ ya es de por sí un primer filtro, pues no todos los colombianos que quisieran tener una oportunidad laboral, disponen de ese monto.

Una vez se cierre la fecha para la inscripción y presentación de los documentos que exige la convocatoria, según el cargo al que aspira el ciudadano, empieza una rigurosa revisión del cumplimiento de los requisitos. Esta etapa es estricta y es un nuevo ‘colador’ para ir eliminando y reduciendo el universo tan amplio que hay en concursos como el de la DIAN.

Comisión nacional del servicio civil | Foto: Cortesía

Es así como, si en convocatorias de las entidades públicas en general, que buscan proveer unas 2.000 vacantes, en promedio se presentan entre 50 y 80 mil aspirantes, acá la cifra ya va en 140.000, pues, la DIAN siempre resulta ser un caso muy especial, expresa el presidente de la Comisión.

Lo clave para que no lo eliminen tan rápido

Una participación tan alta de aspirantes a una oportunidad laboral es señal de la fuerte competencia que hay en este caso. Por lo tanto, el comisionado sugiere hacer el proceso de inscripción con sumo cuidado, ya que el promedio de rechazo de hojas de vida, en la primera etapa de la selección, la del cumplimiento de los requisitos mínimos, está entre el 20 y el 30 %.

La universidad que adelanta el proceso de escogencia pone la lupa en cada detalle. Por ejemplo, según expresa Ortega, leer las guías para llenar los formularios y presentar los documentos puede marcar la diferencia entre la aceptación o el rechazo de la hoja de vida por no cumplir los requisitos.

Así, si el aspirante es un profesional que ya recibió el título, pero no subió adecuadamente al sistema el diploma académico, no podrá alegar nada. “En el proceso de selección no se trata de cumplir con el requisito: ser profesional (por ejemplo), sino de acreditarlo”, advierte Ortega.

En el caso de las certificaciones laborales, también hay minuciosidad en la revisión. Si un aspirante tiene la certificación del empleador, pero no dice en qué trabajó en la compañía, para comprobar así que su experiencia está relacionada con la misión del cargo al que aspira, no le será válido. Por ello, “es clave leer detenidamente las condiciones del proceso de selección”.

Archivo SEMANA

Los aspirantes que pasen por el riguroso filtro de los requisitos ya habrán avanzado mucho, aunque no implicará que pueden cantar victoria. En el siguiente eslabón serán convocados a pruebas para demostrar sus habilidades.

En total, con todo y las reclamaciones que hacen los aspirantes que tienen algún desacuerdo con los resultados (incluyendo tutelas), los procesos de selección para llenar vacantes del sector público a través de concurso de mérito se tardan, en promedio, entre 12 y 13 meses, desde la divulgación hasta que salen las listas finales de elegibles.