Entre los colombianos el consumo de bebidas azucaradas está incluida en la dieta del 81,2 % de la población, y, en cuanto a enfermedades que pueden estar relacionadas con esa costumbre, las estadísticas señalan que 3 de cada 10 colombianos tienen diabetes.

Reducir esa incidencia requiere atacar el problema desde la niñez, por lo cual, el Concejo de Bogotá aprobó este miércoles un proyecto de acuerdo que pasará ahora a manos de la alcaldesa Claudia López para su respectiva firma.

Se trata de una norma que busca desincentivar el consumo de bebidas azucaradas en los colegios de Bogotá.

Esto se hará, según confirmó el concejal Álvaro Acevedo, a través de campañas pedagógicas y estrategias comunicativas agresivas que lleven a los niños y jóvenes a variar los hábitos de consumo de estas bebidas.

La idea, de acuerdo con lo expresado por Acevedo, es que se promueva más el consumo de agua y de frutas, en reemplazo de las bebidas azucaradas, que son el pan de cada día de estudiantes, según muestran las estadísticas del Ministerio de Salud: “el 75 % de los niños y jóvenes estudiantes de colegios tienen las bebidas azucaradas como hidratación principal”.

¿Cómo votaron?

En Colombia, desde hace años se viene abordando el tema de las bebidas azucaradas. Tanto en lo local como en el nivel nacional los proyectos relacionados con medidas para reducir el riesgo de enfermedades producidas por el exceso de azúcar, han hecho trámite, sin que existan muchos resultados.

Concejal Álvaro Acevedo | Foto: Concejo del Distrito

En esta ocasión, de 45 concejales, 33 aprobaron a favor, mientras que varios de los 12 restantes se declararon impedidos, por haber tenido financiadores de campaña que tienen negocios en el sector de bebidas azucaradas.

La tarea de desestimular el consumo de estos refrescos tendrá que hacerse con una estrategia integral y fuerte, pues ya hay un 22,1 % de familias que los incluyen dentro de la alimentación diaria.

¿Qué viene ahora?

Lo que sigue es que “el distrito deberá crear campañas para que los niños y adolescentes consuman otros productos como agua potable, frutas y verduras y a excluir de las dietas de los menores las bebidas azucaradas y comida chatarra que resulte perjudicial para la salud” afirmó Acevedo

En el Concejo se destacó la coyuntura que hay en la actualidad para motivar un cambio en costumbres, teniendo en cuenta que los colegios están en el proceso de retorno a la presencialidad con alternancia.

En el objetivo también entran a jugar los padres de familia, quienes deben ser parte del cambio, promoviendo en el hogar un consumo responsable de alimentos que reduzcan efectos adversos sobre la salud de los menores.

En Bogotá hay 2.242 instituciones educativas de las cuales 386 son distritales, 10 de régimen especial y 1846 son privadas. En ese universo de estudiantes hay un gran nicho para aplicar la estrategia.