El sector de distribuidores minoristas de combustibles enfrenta en este momento un escenario crítico ya que está en riesgo la continuidad operativa de alrededor de 1.000 estaciones de servicio (EDS), las cuales, según datos del Sicom, han limitado la adquisición de combustibles en lo corrido del año, informó Fendipetróleo Nacional. Una comparación entre el total de despachos de los primeros seis meses de 2019 con los de 2020 revela una variación negativa de 22% en la gasolina corriente, 34% para la gasolina extra y del 2% para el Acpm (el cual se utiliza también para maquinarias y generación eléctrica). Las razones principales tras esta disminución serían la afectación a la disponibilidad de recursos de caja, la reducción en la movilidad producto de las cuarentenas o aislamientos y la guerra de precios que se está viviendo, propiciada por algunas empresas que podrían estar ejerciendo abuso de posición dominante según el gremio. La gravedad de la situación se confirma también con la abrupta caída en la compra de combustibles en el país por parte de los consumidores, con cifras negativas entre el año pasado y para marzo (-21%), abril (-61%), mayo (-42%) y junio (-28%) del presente año. “En este momento estamos a la espera de la respuesta a las peticiones que el sector le ha hecho al Gobierno nacional como el margen de comercialización sostenible, entre otras, que buscan aliviar las dificultades por las que atravesamos los distribuidores minoristas de combustibles”, explicaron desde Fendipetróleo Nacional. Las estaciones de servicio recaudan más de $6,5 billones anuales en impuestos para Colombia, pero con las pérdidas provocadas por la pandemia y la extensión de las medidas de aislamiento, el país podría dejar de percibir hasta $1 billón, según proyecciones que a la fecha muestran una caída de $570.000 millones en el recaudo. Hay que recordar que según Campetrol, el país se encuentra en riesgo de perder la autosuficiencia energética, debido a la conflictividad social, la falta de exploración y de grandes hallazgos que incorporen volúmenes de reservas y alarguen los años de autosuficiencia. En caso de llegar a un escenario de desabastecimiento petrolero, el país perdería cerca de $5,3 billones anuales de ingresos por renta petrolera, $4,5 billones anuales de regalías para las regiones, más de US$10.000 millones en exportaciones, US$3.000 millones en Inversión Extranjera Directa y un 3,5% del PIB total que es generado por la industria petrolera. Le puede interesar: Número de taladros petroleros activos en Colombia sigue recuperándose