Atraer inversionistas a Colombia ha sido siempre una tarea titánica, pues recursos frescos es lo que se necesita para que la economía tome dinamismo. Más aún, en un momento en el que ese indicador había caído de manera estrepitosa, en 2023.
En el año pasado, la inversión cayó en 24,8 %, lo que ha hecho temer por una profundización en el deterioro del mercado laboral, ya que, si no se irrigan recursos en lo que se llama formación bruta de capital (compra de maquinaria), envía la señal de que no hay compra de nuevas maquinarias para que las fábricas amplíen su producción.
En medio de ese panorama, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, se reunió con inversionistas, para darles información de primera mano, sobre las realidades que hay alrededor de la economía. El objetivo de estos encuentros es tratar de convencerlos de que vale la pena invertir en el país.
Durante la reunión, Bonilla puso sobre la mesa el crecimiento económico del país en el primer trimestre del año, el cual, fue de 0,7 %, cifra que, para muchos, es precaria, si se tiene en cuenta el potencial de esta nación. Para este año, aun con freno en la producción, el estimativo del Gobierno es que la expansión con la que cerrará el año será de 1,5 %. Es decir, un crecimiento igualmente bajo que no alcanzaría para poner toda la gasolina que se requiere para encender los motores de la economía.
Inflación a la baja, pero ¿el diésel no afectará la senda?
De igual manera, el ministro de Hacienda también habló de los pronósticos con la inflación, que cerraría con un 5 %, desde el 7,16 % que registró en abril. Para que la inflación siga por la senda descendente que ha llevado durante 13 meses consecutivos, hay varios requerimientos, los cuales, no siempre están bajo control de la política que se aplique. Es el caso del efecto que pueda tener el nuevo fenómeno climático: La Niña.
Pero además, está también la presión que podría ejercer el incremento en el precio del diésel, que está pendiente de ser ajustado, luego de que se hizo lo propio con la gasolina y, sin ser este (la gasolina) el combustible que usa el transporte de carga, hizo presión sobre los precios, ayudando a que la inflación no bajara de manera más rápida, como si ha sucedido en los países vecinos de Colombia.
Entre tanto, Bonilla resaltó los objetivos del Gobierno de aumentar la producción de petróleo a un millón de barriles diarios, promesa que también tiene sus bemoles.
Hay que recordar que en Colombia, el mensaje desde la administración Petro ha sido la de no a nuevos contratos de exploración petrolera.