Aunque la producción de petróleo crece, al poner la lupa sobre su origen y las cifras, las preocupaciones en materia de soberanía y autosuficiencia energética aumentan. Sin embargo, aun cuando las reservas por segundo año consecutivo caen, habrá un déficit en gas a partir del año entrante y el Gobierno quiere aumentar la producción hasta llegar al millón de barriles diarios.
De acuerdo con un análisis del área de Estudios Económicos de Corficolombiana, que dirige César Pabón, las cifras, en general, de la producción de hidrocarburos viene creciendo en los últimos 4 años. Al cierre de 2023, la producción de crudo en Colombia alcanzó los 787.000 barriles diarios, aumentando un 1,5 % frente al registro de diciembre de 2022. Este comportamiento se ha mantenido en lo corrido de 2024, período en el que la producción alcanzó los 790.000 barriles diarios, siendo este el valor más alto desde el inicio de la pandemia.
Esta circunstancia se ha dado –destaca el informe– a pesar de los retos que ha enfrentado el sector: mayores presiones tributarias por la aprobación de la sobretasa al impuesto de renta y la no deducibilidad de las regalías en la reforma tributaria de 2022 (medida que se cayó en la Corte Constitucional que la declaró inexequible), deterioro de la seguridad en zonas productivas y dificultades de orden público, como el caso de Emerald Energy en 2023, y un entorno regulatorio incierto en línea con la decisión del Gobierno de no firmar nuevos contratos de exploración de hidrocarburos.
Sin embargo, a pesar de los buenos resultados, Corficolombiana analizó qué está pasando con la producción y se encontró que el incremento en la producción de crudo nacional no ha sido homogéneo y responde principalmente a los resultados de dos campos: Caño Sur Este e Índico. “De 342 campos activos en 2024, solamente dos explican la mayor extracción de petróleo en el país. Entre mayo de 2020 y abril de 2024 la producción aumentó 86.000 barriles día, donde estos campos contribuyeron con el 42 % y 22 % del incremento total, respectivamente”.
Al excluir la actividad de estos dos campos, la producción de petróleo se habría ubicado en 728.000 barriles diarios en 2023, disminuyendo en 0,2 % frente a 2022, y en abril de 2024 se habrían producido 724.000 barriles diarios, 1,4 % inferior a la producción del mismo mes de 2023.
Además de depender de pocos campos, cada vez se produce petróleo en menos yacimientos. En 2019, en Colombia se producía crudo en 417 campos y en lo corrido de 2024 solamente en 342. Por otro lado, de esos 342 campos que se encuentran operando, 156 campos hoy extraen más petróleo que en 2020, mientras que 186 producen menos.
El comportamiento de la producción de crudo nacional durante los últimos meses revela que el país está expuesto a la dinámica de solo dos campos de producción. Si bien estos campos han experimentado una tendencia creciente en los últimos años, un eventual agotamiento en su ritmo de crecimiento podría llevar a una reducción en la producción de petróleo en el país. “Los campos maduros continuarían con su senda decreciente, entre otros, por la declinación de los pozos en línea con su vida operativa”, advierte la firma.
Dos variables también han ayudado. Por una parte, los altos precios del petróleo, específicamente del Brent, han sostenido los niveles de producción actual, evitando un escenario de deterioro mayor, dice el análisis. El precio del Brent, a pesar de reducirse 16,9 % frente a los registros de 2022, se ubicó en promedio en 82 dólares por barril durante 2023. En lo corrido de 2024 hasta junio se ha observado un nivel promedio similar (83 dólares por barril), pero con alta volatilidad a lo largo del año.
Y, por otro lado, la devaluación del tipo de cambio frente a los registros prepandemia ha soportado niveles altos del crudo en pesos colombianos. “Pese a la recuperación, la producción de petróleo nacional no ha podido alcanzar los niveles observados antes de la pandemia. La caída pospandemia en la producción se suma a la reducción que se dio en 2016, luego de la caída de los precios del petróleo, donde pasamos de producir 993.000 barriles diarios en diciembre de 2015 a 882.000 barriles diarios en diciembre de 2019. Cuatro años después de la pandemia, tenemos una producción 92.000 barriles diarios menor a los registros de 2019 y 204.000 barriles diarios menor a los registros de 2015″, advierte el análisis.
En conjunto, el subsector de petróleo y gas se encuentra hoy un 12 % por debajo de los niveles prepandemia, y la firma estima que esto se mantendrá al cierre de 2024, año en el cual la producción de petróleo en el país promediaría los 783.000 barriles diarios.
Además, agrega Corficolombiana que cada vez hay menos campos productores en Colombia: en 2019 se producía crudo en 417 campos, en 2020 cayó a 393 campos y en lo corrido de 2024 la cifra va en 342.
Los bajos niveles de inversión en exploración y producción desde 2015 repercutieron en la caída estructural de la extracción de crudo. En los últimos nueve años nunca se alcanzaron los niveles de inversión de 2014, cuando llegó a 8.390 millones de dólares.
“De hecho, en los años 2015, 2016 y 2020 la inversión presentó reducciones del 31 %, 64 % y 49 %, respectivamente. En 2023, a pesar de un crecimiento anual de 3,5 % en la inversión en exploración y producción, la inversión representó solo un 60 % de la inversión registrada en 2014″, sentencia el estudio.
Las reservas probadas de petróleo de Colombia se redujeron en 54 millones de barriles durante 2023 y quedaron en 7,1 años desde los 7,5 años en 2022. “Hoy estamos explotando los recursos más rápido de lo que somos capaces de reponer con nuevas reservas (de cada cuatro barriles producidos en 2023, se repusieron 4,05)”, dice el informe.
Por el lado del gas, el análisis establece que, ante la reducción en la producción local y aumentos históricos en la demanda, desde finales de 2023 Colombia viene importando gas, proveniente desde Estados Unidos y Trinidad y Tobago. “Hoy estamos abasteciendo el 30 % del suministro total de gas en Colombia con insumo importado”, calcula el estudio.
El aumento de la importación de gas se ha dado en un contexto de incrementos en la demanda por este hidrocarburo. Entre enero y mayo de 2024, la demanda de gas aumentó 21,1 % anual, donde en los meses de marzo y abril se experimentaron los mayores crecimientos, en línea con el recrudecimiento del fenómeno de El Niño, se explica en el análisis, y agrega que los requerimientos de mayores recursos de este hidrocarburo por parte de las plantas térmicas de generación de energía eléctrica ante la reducción en los embalses impulsaron el mayor consumo de gas.
Los nuevos descubrimientos de reservas de gas se redujeron 17 % en 2023, señala el informe, mientras que las reevaluaciones se ubicaron en terreno negativo.
Para 2025 se espera que la demanda de gas superará la producción local, cuyo déficit aumentará a más del 50 % en 2027, prevé Corficolombiana. Si bien existen grandes oportunidades en el desarrollo de proyectos costa afuera, en el Caribe todavía hay expectativa por la comercialidad de estos pozos y los tiempos en que entren a atender la demanda local. Aunque Ecopetrol en su plan quiere acelerar su ingreso, se estima que solo hasta finales de esta década podrían llegar las primeras moléculas.
Los malos resultados del balance de reservas de hidrocarburos de Colombia al cierre de 2023 se dieron en un entorno donde la inversión en exploración se redujo 4 % en 2023, la perforación de pozos exploratorios disminuyó 45 % y la actividad de sísmica cayó 28 %. “Todo esto en un contexto de falta de incentivos por parte del Gobierno para el sector de hidrocarburos, así como la negativa para la adjudicación de nuevos contratos de exploración, los cuales han generado un clima de incertidumbre que desincentiva las inversiones en el país”, advierte el estudio.