SEMANA: ¿Cuál es la lectura que hace de la apertura del paso de la frontera de los puentes entre Colombia y Venezuela que se dio el primero de enero?
Germán Umaña: Mi lectura es muy diferente a la de mucha gente. La apertura es una apertura política, diplomática, consular, de comercio y, sobre todo, es una apertura en cuanto a un nuevo panorama de la integración económica, comercial y social de los dos países. Nos hemos comprometido en un desarrollo conjunto, en una recuperación de la integración económica, comercial, política y social, y en buscar un camino común para nuestra participación en la Comunidad Andina, en Latinoamérica y en arenas internacionales. Esto es mucho más complejo de lo que se había pensado. Es la integración de la que hablaban nuestros libertadores, es volver a plantear una cosa mucho más profunda y en donde los 2.200 kilómetros de fronteras juegan un papel esencial, porque no es el paso de mercancías y comercio, es la complementación industrial, productiva, de bienes, de servicios, de proyectos conjuntos de infraestructura, de libre circulación de personas, todo lo que tiene que ver con el aprovechamiento de la biodiversidad y el turismo. Lo que estamos logrando es una integración social y productiva de las fronteras, que son la base de la integración entre las naciones.
SEMANA: ¿Esto cómo impacta el impulso comercial entre los dos países? En especial frente al tema de los pasos ilegales.
G.U.: Para un comerciante legal, es mejor pasar de manera legal, pues tiene menos coimas, menos problemas. Qué ha impactado, y usted lo ha visto, en los dos meses y pico que llevamos de apertura, se pasó en el primer mes de 40 tractomulas que pasaron en ese momento, vamos en más de 1.000 tractomulas que han pasado. El indicador es creciente y lo que significa es que en la medida en que crezca más el comercio legal, decrece más el ilegal. En Cúcuta, al final del año se agotaron las mercancías por el paso legal en los puentes, todo está mejorando, pasar de una frontera sin Dios ni ley a una frontera legal, que tiene cada vez más condiciones de seguridad para nuestra gente, pero que, como todo, necesita una evolución.
SEMANA: ¿A cuánto ascendió el comercio entre los dos países el año pasado?
G.U.: Tenemos datos hasta el mes de noviembre. Yo le había dicho que íbamos a estar entre 700 y 1.000 millones de dólares, la verdad es que acerté en la parte baja y vamos a estar al final del año en un comercio binacional total de 700 o 750 millones de dólares, que es el doble y un poco más que el del año anterior, que ya se había recuperado con respecto al antepasado. Lógicamente que en la medida en la que se vaya recuperando la economía en Venezuela, el PIB, pues habrá una mayor demanda, pero tenemos que hacer un comercio equilibrado y ellos lógicamente están pidiendo que la balanza trate de equilibrarse porque en este momento nosotros exportamos entre el 80 y 85 por ciento e importamos solo el 15 por ciento de ellos. Lógico que se debe definir la institucionalidad y las reglas de juego para que poco a poco tengamos un desarrollo conjunto, porque no siempre podrán existir esos desequilibrios.
SEMANA: Para este año, ¿cuál es el cálculo que tiene de comercio bilateral?
G.U.: Tengo un cálculo de más o menos 1.500, 1.600 millones de dólares para el 2023. Sobre todo por la recuperación de la parte eléctrica venezolana, que implica la de la parte petrolera de la petroquímica, del aluminio y, en alguna medida, de todas las industrias de bienes intermedios. Por eso, y por la complementariedad que existe con esos sectores, los modelos nos muestran que habrá un crecimiento, pero 1.500, 1.600 millones de dólares, no 10.000, no 5.000, pero va a ir lentamente recuperándose.
SEMANA: Ministro, de esa cifra, de este año, ¿cuánto serán exportaciones colombianas en búsqueda de ese equilibrio precisamente?
G.U.: Hay que mirar la evolución porque en Venezuela se está dando una cosa importante que es la negociación con los norteamericanos, o negociación democrática. Todos esos cambios, que esperemos si resultan bien, van a disparar a Venezuela y su crecimiento. Eso sí se lo puedo decir: si se dan esos círculos virtuosos, va a ser el mayor crecimiento de Latinoamérica en los próximos años.
SEMANA: ¿Bajo qué acuerdo comercial se van a enmarcar los negocios? Se ha hablado del regreso de Venezuela a la CAN…
G.U.: Primero, los dos países pertenecemos a la Organización Mundial del Comercio. En términos muy sencillos, es que nosotros y ellos no nos podemos tratar de manera diferente a la que tratamos al resto del mundo. Es decir, no podemos poner más restricciones que con otros países. Segundo, ya acordamos con Venezuela que estamos corrigiendo el acuerdo de alcance parcial número 28 de la Aladi. Precisamente, desde ya hace dos meses tal vez, iniciamos todos los estudios y las propuestas. La semana entrante, y esto es primicia, me reuniré con los negociadores venezolanos, con la vicepresidenta, el doctor Wilman Castro y llegaremos a acuerdos. Acuerdos sobre cómo quedan conformadas las listas, pero con el mismo marco de la Aladi, sobre los requisitos fitosanitarios y sanitarios y, además, acuerdos en materia de inversión. Seguramente vamos a tener un tratado de protección de inversiones con dos requisitos: uno, protección contra la expropiación directa y, dos, unos tribunales de arbitramento de la ONU para resolver problemas de expropiación. En enero vamos a tener listas todas esas negociaciones, van a cambiar las preferencias que nos dan ellos, para cambiar las preferencias que tenemos nosotros. Esto lo hicimos hace diez años y ha cambiado la realidad.
SEMANA: ¿Y el regreso de Venezuela a la CAN?
G.U.: Ellos han manifestado su interés y nosotros estamos apoyando, el presidente Petro lo ha apoyado y se ha firmado un documento con el presidente chileno Boric donde también vuelven a hacer las diligencias para que Chile retorne a la Comunidad Andina y el presidente Petro solicitó que Argentina también se uniera. Lo de Venezuela va a venir en la medida en la que evolucione la relación colombo-venezolana, Venezuela cuenta con el total apoyo de Colombia para el ingreso a la Comunidad Andina. Sin embargo, ellos se retiraron, la Comunidad Andina evolucionó y se tendrán que hacer las diligencias necesarias para que la Comunidad Andina, los países y ellos acepten esa evolución.
SEMANA: ¿Se ha estructurado algún esquema de pagos?
G.U.: Los esquemas de pagos están estructurados. Pero la gente no entiende que cuando no hay control de cambios es una señal absolutamente clara de estructura. No hay en Colombia o en Venezuela. Si no hay control de cambios, los que definen la negociación son los exportadores y los importadores. Por ahora qué han definido en eso: me giran y yo exporto. Ya se están construyendo algunas relaciones de confianza entre privados en la medida en la que no intervienen los gobiernos sobre el flujo de divisas. Esa es la mejor estructura, no hay control de cambios. Ahora, de otra parte, están ya las relaciones entre bancos centrales, que se manejan básicamente en el marco del convenio de pagos de la Aladi, ahí los bancos centrales se comprometen a respaldar las cartas de crédito que se otorguen los dos países. Por ahora, eso no se puede hacer mientras existan las sanciones al Banco Central de Venezuela por parte de Estados Unidos y Europa. En la medida en que evolucionen las negociaciones, vamos a ir perfeccionando mecanismos en donde se respeten las potestades de los bancos centrales autónomos en los dos países para respaldar, por ejemplo, cartas de crédito.
SEMANA: ¿Qué ha pasado con los vuelos entre los dos países y los permisos a las aerolíneas?
G.U.: Ha habido unos permisos, pero todavía no se tenía la estructura ni la metodología correcta para que avanzara rápidamente. En el transcurso del próximo mes, como máximo, ya tenemos legalizadas dos aerolíneas colombianas y dos aerolíneas venezolanas para esa conectividad aérea. De hecho, ya está volando una compañía hacia Colombia y el presidente Petro tomará la decisión, porque Satena podría convertirse en una aerolínea muy importante, de considerarse que se necesite otra aerolínea. Esto lo están estudiando los presidentes, pero le puedo decir que se tomará la decisión pronto para mejorar la competitividad y porque es un factor básico para poder promover las relaciones económicas, comercial y social entre los países.
SEMANA: ¿En qué está el acuerdo de transporte con Venezuela?
G.U.: En una conversación anterior dije que se iba a presentar al Congreso de la República. Se presentó, debe someterse a cuatro debates en dos legislaturas. En la legislatura pasada pasó los dos debates necesarios para que en esta legislatura, en el mes de febrero y en el mes de marzo, tenga los otros dos debates en Cámara y en Senado, y después de eso tiene que ir a control de la Corte Constitucional y luego el intercambio de notas diplomáticas. Pienso que no solo está avanzando el acuerdo de transporte, sino que en el mes de julio estarán terminadas las notas diplomáticas. Mientras tanto, en frontera hemos firmado unos protocolos conjuntos para el transporte, tanto de vehículos particulares como de mercancías y todo el transporte fronterizo. Está avanzando conforme a los tiempos estipulados.
SEMANA: ¿En qué va la compra de gas a Venezuela?
G.U.: Hasta ahora, simplemente en saber que Venezuela tiene un desarrollo gasífero formidable, unas reservas extraordinarias; que Colombia también parece que tiene reservas gasíferas más importantes de las que se había pensado. Habla la ministra de Minas y Energía que tenemos hasta 2037. En general, lo que hay es la posibilidad hacia el futuro de una complementación en esos temas entre Colombia y Venezuela en la medida en que se recupera la confianza. Hasta ahora no hay nada de distinto de saber que la potencialidad de complementación y la potencialidad de los dos países es formidable, y algún día si lo necesitamos tendremos que tenerlo, y si nos necesitan los amigos venezolanos lo tendremos nosotros. Por ahora no se ha avanzado mayor cosa en ninguna negociación, pero ojo, uno no puede decir que no avanza nunca en una complementación.
SEMANA: ¿Cuál es su visión de la relación entre Estados Unidos y Venezuela?
G.U.: Tengo una visión bastante positiva. ¿En qué sentido? La guerra entre Rusia y Ucrania desencadenó una cosa muy importante que fue recuperar la necesidad que tienen los Estados Unidos del petróleo pesado que le estaba nutriendo Rusia. Esa fue una condición económica importante y una segunda condición es que el Gobierno venezolano está consciente de que tiene que ir hacia un modelo que sea reconocido por la comunidad internacional en materia de elecciones y demás. Se unieron las dos cosas: una necesidad de los Estados Unidos, una necesidad de hacer más transparente todo el tema en Venezuela y se dieron dos consecuencias. Una, una necesidad económica y otra, una sentada en la mesa de la oposición del Gobierno del presidente Maduro en México con garantes tan importantes como los suecos y muchos otros países.
En materia económica, la consecuencia de estos diálogos implicó la liberalización de las exportaciones y la producción de Chevron, de Repsol y de otras compañías en donde se están definiendo los términos de pagos, porque hay parte que se pagará deuda y parte que se hará mediante un sistema con petróleo por ciertos productos, con el tutelaje de una organización internacional que es Naciones Unidas. Pero, ¿qué implicó esto? La liberación de un muy importante flujo de dólares para Venezuela que se los tenían retenidos en ciertos bancos del exterior, algunos hablan entre 3.000 y 4.000 millones de dólares, y también para poder determinar que varias de las compañías que existen en Venezuela vuelvan a producir, y de hecho se está produciendo un crecimiento de la oferta venezolana. Entonces económicamente esto está conduciendo a la liberalización parcial de las acciones que ojalá lleguen a la liberalización total y esa es la negociación económica. Y en la negociación política, pues están avanzando en las conversaciones entre los venezolanos, porque este Gobierno, no el anterior, siempre ha pensado que los problemas en democracia de los países o los factores internos los deben resolver los propios países.
SEMANA: ¿Con quién está haciendo hoy negocios el empresariado colombiano en Venezuela?
G.U.: Fundamentalmente, en este momento se está haciendo entre privados. Pero acuérdese de que las sanciones son para empresas en algunos casos, pero más para miembros de juntas directivas o socios de las empresas. En general, negocios con el sector públicos se hacen con todo aquello que no tenga ningún tipo de sanciones. También existen esos negocios, entonces son privados, públicos sin sanciones, y mientras haya sanciones –no porque nosotros no queramos hacerlo, sino porque no queremos incurrir en sanciones para nosotros– no se han hecho esas negociaciones. Pero en la medida en que se flexibilicen las sanciones, en esa misma medida habrá más negociaciones, inclusive entre los gobiernos y los privados y los mismos gobiernos.
SEMANA: ¿Sigue el interés de Colombia por comprar Monómeros?
G.U.: Monómeros es una empresa que está recuperando su capacidad productiva, que ya es propiedad sobre todo de PDVSA, que es su legítimo dueño y que nos está surtiendo, aliada con Pequiven, que es la que tiene la materia prima básica, de fertilizantes que necesitamos para la agricultura. Ahí hay una cosa doble, por un lado, estamos trayendo fertilizantes de donde necesitamos y también utilizando producciones de otras empresas, como Yara, y por otra parte, ayudando a que institucionalmente se fortalezca Monómeros con el análisis que se está haciendo con el Gobierno venezolano de la posibilidad de comprar Monómeros o de hacer una alianza como estaba antes de Monómeros Colombo Venezolanos. Todo eso se está desencadenando y cuando tenga idea de lo que está pasando lo informaremos.
SEMANA: ¿Cuál es el escenario para poder invertir en Venezuela?
G.U.: Antes de que se cerrara la frontera y se rompieran relaciones se hacían cálculos. Y en los últimos diez años habían entrado más de 1.000 millones de dólares de inversión de Venezuela hacia Colombia, pues ahí está Polar, Congrupo, Locatel, Farmatodo, son todas inversiones de venezolanos en Colombia. La posibilidad de inversiones colombianas en Venezuela también es muy importante. Increíble, hasta en el arco minero, porque son pequeños pozos donde tenemos una alta posibilidad de inversión. Pero, como le dije, debemos tener la seguridad jurídica y es la que estamos construyendo con los amigos venezolanos en un acuerdo de protección de inversiones. Entonces, donde está la real potencialidad no está en tener comercio, está en las inversiones, donde está la real potencialidad es en fortalecer las fronteras con proyectos conjuntos, donde está la real potencialidad es servicios y especialmente en el turismo entre los dos países, el turismo verde, el turismo sostenible. De hecho, este año vamos a hacer la ruta de la Campaña Admirable del Libertador conjuntamente entre Colombia y Venezuela.