El capital humano fue uno de los primeros recursos que puso en su discurso el integrante de la junta directiva de Nutresa Gabriel Gilinski, en el acto de lanzamiento de un programa de la compañía multilatina para fortalecer la cadena productiva del cacao y contribuir así a sustituir cultivos ilícitos.
El empresario habló del interés que tiene el grupo empresarial, que hoy controla a la compañía multilatina, de promover el crecimiento del país y, con ello, el de los trabajadores.
En ese sentido, Gilinski agradeció a los 49.100 empleados de Nutresa, quienes han aportado su trabajo para construir una compañía que está presente en 86 países con sus productos. “Sin ellos nada de esto existiera. Nutresa es la construcción de más de 100 años, en donde han participado cientos de miles de personas”, dijo el directivo.
En relación con la toma de control del Grupo Gilinski en la compañía de alimentos, tras adquirir la mayoría de las acciones, el mensaje de Gilinski fue contundente: “Llegamos aquí con humildad, a aprender. Con un respeto absoluto por el empresariado paisa, para inspirarnos en esas ideas y continuar, para ayudar al país y devolver. El mérito no es nuestro, sino de las personas que a lo largo de los años han ayudado a construir a Nutresa”.
El mensaje enviado por Gilinski apunta a promover el desarrollo del trabajador e impulsar el crecimiento del país, tanto en lo económico, como en la solución de problemas que han estado enquistados, como lo es el de los cultivos ilícitos.
Es así como la intervención de Gilinski encajó en las líneas del programa que fue lanzado en Rionegro, Antioquia, en la planta de la Compañía Nacional de Chocolates, una de las primeras que tuvo el grupo empresarial, inscrito en el sector de alimentos. “Colombia necesita crecer para poder disminuir las brechas sociales y reducir la pobreza”, dijo el directivo de Nutresa.
Inversión y reinversión de utilidades
En la reafirmación del compromiso establecido en meses pasados, cuando Petro se reunió con varios empresarios, Nutresa anunció una inversión de 1,5 billones de pesos en una década, para impulsar el sector cacaotero, con la expectativa de que sea motor, no solo de la sustitución de cultivos ilícitos en zonas que hoy están sumidas en el conflicto, sino que “Colombia pueda llegar a ser potencia mundial del cacao, con un desarrollo sostenible e inclusivo”, dijo Gilinski y agregó: “Nosotros como accionistas tomamos pocas decisiones. Tal vez la más importante de ellas es qué hacer con el capital. Se pueden distribuir dividendos y metérselos al bolsillo, o reinvertir esas utilidades. La junta directiva le está recomendando a la asamblea en pleno, que será el 21 de marzo, que se reinvierta el 100 % de las utilidades”, sostuvo en su intervención.
Para Gilinski, esa propuesta que llevarán a la asamblea “no es solo un signo de confianza en Colombia, sino en el equipo humano de la compañía”.
En su intervención, expresó que no estaba en este lanzamiento del programa agrícola “para la foto”, sino para enfatizar en el compromiso empresarial de hacer que las ganancias de los negocios lleguen a toda la cadena: desde el empresario hasta los trabajadores.
Gilinski habló de las estadísticas alrededor de este cultivo y las posibilidades que tiene su producción en el territorio nacional, como de su comercialización internacional, de la mano de la industria, en articulación con el Gobierno nacional. No en vano, la apuesta sería la de llegar a 10 millones los árboles de cacao sembrados en las zonas cocaleras.
Colombia es el décimo productor de cacao y tiene tierras disponibles para este cultivo, señaló Gilinski, por lo cual el potencial es amplio, partiendo de que países vecinos que también son productores tienen menos territorio y menos oportunidades con el clima y las inversiones.
“La clave del futuro y la de soñar va a ser poder compartir las primas con los cultivadores del campo. Colombia necesita crecer para volverse una potencia mundial”, sostuvo Gilinski.