Partiendo de lo vivido en Colombia en 2016, cuando hubo un fenómeno de El Niño que trajo fuerte sequía, la Asociación Colombiana de Ingenieros (Aciem), una organización técnica que es consultada por el Gobierno, hizo una propuesta para ahorrar al menos el 5 % de energía, teniendo en cuenta que, pese a que se han registrado lluvias aisladas, los niveles de los embalses están en 29,78 %. Es decir, tardarán en recobrar el agua necesaria.
Para Aciem, si no se presentan lluvias grandes, los embalses continuarán su descenso de forma crítica, aseguró el ingeniero Daniel Enrique Medina, presidente del gremio, quien además recordó la advertencia que hizo desde septiembre del año pasado de adelantar un plan de choque para minimizar el riesgo de racionamiento.
Ahora, sin que se descarte esa posibilidad de la que habló el director de la Creg (Comisión de Regulación de Energía y Gas), Sergio Prías, de que el racionamiento está en el horizonte, Aciem plantea una cultura de ahorro, toda vez que el promedio de la demanda en Colombia es de 225 gigavatios hora día (GWh-día) y sigue creciendo a tasas del 8 %, dijeron sus voceros. Estas son las ideas:
Racionamiento puede ser inminente
1. No es un juego. La primera realidad de la cual se puede arrancar para enfrentar la situación es tener claro que no se trata de un juego, por lo que hay que encarar el hecho que Aciem describió de la siguiente manera: “Con los bajos niveles de lluvia que ha tenido el país y los niveles de generación térmica actuales de 110 GWh-día, los embalses están consumiendo 50 GWh-día, es decir, cerca del 50 % de lo que reciben, lo cual es delicado porque si no aumentan las lluvias, se tendría racionamiento de energía”.
2. Campaña nacional. Una vez apropiados de la realidad, hay que adelantar una agresiva campaña nacional para ahorrar energía, lo que, para Aciem, debe venir con incentivos económicos. De hecho, ya en Bogotá se vio que el ahorro, según la propuesta inicial, de acudir a la voluntad ciudadana, no funcionó.
Así las cosas, Aciem propone que la campaña establezca que ‘ahorrar energía paga el doble’: la reducción de la tarifa por menor consumo y el incentivo que dé el Gobierno por ahorrar. De esa manera se busca la participación activa del sector residencial, comercial e industrial. Y de la misma manera que se plantea zanahoria, también habría garrote, con sanciones por segmentos de consumo.
2. Informar sirve para motivar. Al igual que sucedió en otro momento de crisis energética, Medina propone que “sería importante que el Gobierno Nacional, en cabeza del Ministerio de Minas y Energía, informara sobre el comportamiento diario o semanal del consumo de energía en las regiones y hacerla pública para generar una mayor conciencia sobre el manejo responsable de este recurso en la actual coyuntura”.
3. El asunto es a largo plazo. Aciem estima que el ahorro de energía debe ser un programa de largo plazo, con el fin de preparar al país para los próximos meses e incluso años.
“Un cambio en los hábitos de consumo en los hogares con ducha eléctrica, al reducir el tiempo de baño, ayudaría a un sustancial ahorro de energía eléctrica y agua. Adicionalmente, los sistemas de aire acondicionado se podrían ajustar a una temperatura entre los 22 y 24 grados centígrados, lo cual podría lograr ahorros del 40 %”, explicó Medina.
4. Lección aprendida debe ser aplicada. Durante el fenómeno de El Niño de 2016, el país logró, en seis semanas, ahorrar 1.179 gigavatios-hora, bajo la campaña ‘apagar-paga’ con una meta de ahorro del 5 % diario, recordó Aciem.