Colombia ha tenido un buen historial en términos del servicio de la deuda, pese a su dependencia de productos commodities como el petróleo y la rigidez en la estructura de sus gastos, según destaca un informe sobre el país de la calificadora Moody’s; pero en el horizonte el camino no está depejado para que el país continúe siendo un buen pagador.
Desde 2023 la economía viene en franca desaceleración, y aunque la calificadora estima que se recuperará gradualmente en esta anualidad, no esán descartadas las presiones inflacionarias, en comparación con los pares regionales, dice el documento de Moody’s.
Es bien sabido que en el país la senda reduccionista de los precios ha sido distinta a la de los vecinos, en parte, por el déficit que había en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc), que empezó a cerrarse con los aumentos graduales en el precio a la gasolina a los consumidores.
Ahora, en los planes del gobierno está el inicio de la reducción del subsidio al diésel, el cual afectará los precios del transporte y de los alimentos, así como los hogares tendrán que enfrentar también la secuela del fenómeno climático de El Niño, destaca la calificadora.
Un gran desafío para acceder a deuda
En ese contexto, con una expectativa de crecimiento más o menos precario, Moody’s estima que “las condiciones de financiamiento para el gobierno presentan un desafío para la asequibilidad de la deuda”.
Por esa razón, la recomendación principal de la firma es con la Regla Fiscal, la ley que se aprobó en Colombia para ponerle límite al déficit y procurar un manejo sano de las finanzas públicas. “El cumplimiento con la Regla Fiscal será clave para apoyar la estabilidad de los indicadores de deuda”, advierte Moody’s.
No obstante, están a la vista muchas presiones del gasto, principalmente, las relacionadas con compromisos de corte social que tiene este gobierno, en particular, los que se asumirán con las reformas que hacen curso en el Congreso de la República.
“Las cuentas fiscales se verán limitadas y dependerán de las medidas de ingresos a medida que persistan las presiones del gasto”, señala la firma que califica la deuda soberana de las naciones.
Dentro de los panoramas que destaca Moody’s se destaca el hecho de que el déficit del gobierno central de Colombia superó el 4 % del PIB en 2020-23 y se mantendrá por encima de ese nivel en 2024. De hecho, ya se vio en el Plan Financiero que presentó el Ministerio de Hacienda, en el que las cifras están renovadas y, en el caso del déficit, sugieren que se pasará de del -4,2 % en 2023 al -5,3 % en 2024.
Ahora se pagan más intereses
El país también tiene un aumento por la carga de intereses, lo que “se ha convertido en una fuente adicional de presión al ya rígido gasto de Colombia”. En este país hay transferencias a las regiones a través del Sistema General de Participaciones y pago ‘impajaritable’ de pensiones públicas.
En ese sentido, señala Moody’s, “el bajo crecimiento económico en 2024, junto con un déficit fiscal aún alto, dificultará que el gobierno estabilice la deuda”. El Ministerio de Hacienda, en su nuevo plan financiero, ya mostró una cifra que pasó de 52,8 a 58 %.
Cumplimiento de la regla fiscal, clave
Para Moody’s, es clave el cumplimiento de la regla fiscal, lo que exigiría superávits primarios en los próximos años, de manera que se logre evitar así “que la tendencia de un endeudamiento al alza, se afiance”.
En el horizonte están muchos tropiezos que debe capotear el gobierno. Es el caso de los ingresos, porque una parte de ellos está basado en litios, lo que ha hecho que los expertos del Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf) tenga preocupaciones por el cumplimiento del déficit fiscal en 2024, en parte, porque aún la economía sigue débil y es la que apuntala el crecimiento del recaudo tributario.
La reforma tributaria anunciada, para bajar la tasa del impuesto de renta corporativa a las empresa ha sonado en el país, lo que podría ser positivo, pero en medio de varios proyectos de ley en camino, la oportunidad de una modificación a los impuestos se complica.
La ventaja es que Colombia también tiene fortalezas, según lo expresa Moody’s, al destacar que hay “controles y equilibrios institucionales que respaldan la formulación de políticas macroeconómicas prudentes”.
De ahí que la calificadora llame a “una estructura de deuda favorable que mitigue los riesgos crediticios derivados de una mayor carga de deuda”.