Al igual que en los cuatro meses anteriores, la inflación en Colombia se redujo y llegó a 1,88 por ciento en su cifra anualizada.
Para la mayoría de los ciudadanos, esto tiene implicaciones positivas si se tiene en cuenta que se trata del peso en el bolsillo que tiene la dinámica del mercado en bienes tan básicos como los alimentos, los servicios públicos y el transporte.
No obstante, las medidas de confinamiento y la dura contracción en el consumo de los hogares llevó a que el país volviera a tener una descolgada en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en el octavo mes del año.
De hecho, este es el tercer mes de 2020 (junto con mayo y junio) que la inflación registra un dato mensual negativo (-0,01 por ciento). Puntualmente, en agosto esto fue resultado de los bajos aportes de ramas como alimentos y bebidas no alcohólicas, prendas de vestir y calzado, y, sobre todo, de la educación. Estas variables coinciden con lo señalado por los colombianos en la encuesta de Pulso Social del Dane, en la que refieren que no están teniendo recursos suficientes ni para adquirir la comida.
"Hubo una baja en la demanda de lo que hacer parte del sistema de educación superior, que ha representado una respuesta en ajustes tarifarios para permitir la continuidad de los estudiantes o el interés de otros en entrar al sistema", explicó Juan Daniel Oviedo, director del Dane. En otras palabras, muchos estudiantes no se matricularon en las universidades por menor capacidad de pago.
Fuerzas encontradas
Para analistas de Corficolombiana, los resultados presentados por el Dane revelan que hubo fuerzas encontradas que impulsaron a la baja la inflación.
"El alza anticipada en las tarifas de servicios de comunicación (fin de la exención del IVA) fue contrarrestada por un fuerte ajuste a la baja en las tarifas de las instituciones de educación superior", indicaron.
Y agregaron que, en general, la mayoría de los rubros siguen en picada debido a la menor demanda. En su concepto, en los próximos meses predominarán las presiones desinflacionarias (cifra a la baja) por el lado de la demanda.
Según los expertos de Itaú, el IPC cerrará por debajo del rango meta del Banco de la República, fijado en 2 por ciento.
Por su parte, técnicos del Banco Itaú ven la inflación terminando el año en 2 por ciento frente al 3,8 del 2019. "Se esperan algunas correcciones al alza en el futuro a medida que las medidas gubernamentales continúan relajándose y la reapertura de la economía impulsa los precios al consumidor.
En cualquiera de los casos, la cifra comienza a tomar más relevancia a finales de año, cuando se discute el aumento del salario mínimo para el siguiente. El alza del IPC, junto con la productividad, es la base de esta fórmula.
Por ejemplo, el año pasado la inflación fue de 3,8 por ciento y el aumento del mínimo llegó a 6 por ciento.