Después de cuatro horas de haberse iniciado la sesión plenaria de Cámara, donde tiene lugar el segundo debate de la reforma laboral, más de un centenar de impedimentos era lo único que se tenía previsto evacuar en la jornada, en la que hacía presencia la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, quien tendrá sobre sus hombros la responsabilidad de poner los argumentos, cuando así se lo solicite el Legislativo, para convencer sobre las bondades del controvertido proyecto de ley.
Hacia las 6 de la tarde, SEMANA pudo confirmar que se habían presentado 106 impedimentos de congresistas en total, dentro del paquete que tendrán que votar. La mayoría alegaban tener empresas o familiares en ciertos grados de consanguinidad, que podrían beneficiarse con las medidas que está proponiendo el proyecto de ley, en el que se busca “establecer normas para garantizar la estabilidad laboral y aumentar la productividad”, según el Gobierno.
Hay que recordar que en la Cámara de Representantes hay 172 integrantes, con lo cual, el 61,6 % de los miembros de esa célula legislativa presentaron algún impedimento.
Continuarán el 17 de septiembre
Hacia las 7:19 de la noche, luego de varios paquetes de impedimentos sometidos a votación y negados, el presidente de esa célula tuvo que suspender el proceso, pues no se declaró la sesión permanente, como corresponde cuando se va más allá del tiempo permitido de forma corrida. Por supuesto, se levantó la sesión y convocaron para el 17 de septiembre a la 1 de la tarde. La ministra Ramírez dijo que esperaba que este martes avanzara el trámite, para que se empiece a dar el estudio del articulado de la ponencia.
La situación de las largas horas dedicadas a la votación de los impedimentos se repite en buena parte de los proyectos de ley de corte social que plantea el Gobierno. En general, se trata del lleno de un requisito normativo, pues los impedimentos presentados poco son avalados por los votantes, quienes depositan su no, de manera manual o electrónica, mientras los señalados deben salir del recinto para que no haya lugar a influenciar la decisión de cada parlamentario.
El camino será difícil
La nueva ponencia de la reforma laboral, para segundo debate, fue radicada en el Congreso a mediados de agosto, después de una audiencia pública que se realizó en el recinto del Legislativo.
En general, pese a que de todo el bloque de artículos que tiene el proyecto de ley (80) fue retirado el paquete de medidas relacionadas con los derechos colectivos de los trabajadores, los empleadores sienten que se trata de un paquetazo oneroso, toda vez que incluye incrementos en el pago por dominicales; horas extras desde más temprano, por el inicio de una jornada laboral nocturna a partir de las 7 de la noche, entre otros.
Además, se apretaron las reglas para la contratación de aprendices del Sena, se planteó la licencia de paternidad de 6 semanas y se amplió el número de días de vacaciones para el personal operativo de la seguridad privada.
Por el lado del Gobierno, se argumenta que la propuesta sería benéfica para los trabajadores. “Contrato laboral a término indefinido con la modificación del Código Sustantivo del Trabajo, procesos disciplinarios, horas extra, remuneración en días de descanso obligatorio y medidas para la tercerización o contratos de intermediación laboral”, son algunos de los ítems que destacan y que tendría repercusiones positivas y en línea con lo que el Ministerio del Trabajo considera ‘trabajo decente’. La vinculación de personas en situación de vulnerabilidad sería otro de los puntos que utilizará el partido de gobierno para defender la reforma como algo positivo para el trabajador.
En cuanto al articulado, la bancada de gobierno afirmó que no hubo modificaciones o inclusión de nuevos artículos, de manera que se facilite el paso de la iniciativa por la plenaria de Cámara.