Desde las 9 de la mañana de este viernes 25 de septiembre volvió a Panaca, en Quimbaya (Quindío), el bullicio que alegra corazones. El parque temático que reproduce en toda su extensión las principales características de la cultura del Eje Cafetero, de nuevo mostró sus brios.
La afluencia de público no fue la misma que había antes de la pandemia. Los mismos protocolos de seguridad marcan las restricciones, pese a ser un lugar cuyas atracciones, en su mayoría, son a cielo abierto.
Este lugar, de 47 hectáreas de diversión, tiene una capacidad instalada para albergar entre 10.000 y 12.000 personas, según confirmó Jorge Ballén, el fundador de Panaca.
Hubo cuantiosas pérdidas, dice Ballén, sin atreverse a entregar todavía una cifra consolidada. Fueron 193 días completos con cero ingreso, con una cantidad de actividades que demandaban recursos, como el alimento de los animales y el mantenimiento de 10 estaciones temáticas y 5 shows.
Durante la etapa de cierre, el parque se quedó solo con 70 personas, de las 265 que hacían parte de la nómina cuando el coronavirus llegó para trastocarlo todo. Era necesario mantener los cultivos y estar al frente de las plantas de producción de lácteos, cárnicos y de elaboración de productos derivados de la caña de azúcar. Todo lo que se produce en Panaca.
La salida que halló Ballén en términos laborales, para enfrentar la crisis, fue llegar a acuerdos con los trabajadores para que tomaran licencias no remuneradas de manera rotativa. Por esa razón estuvo entre los que no pudieron acceder a las ayudas del Estado para el pago de la nómina. Sin embargo, dentro de la organización empresarial se había promovido el cooperativismo, por lo cual, todo lo que se producía de puertas para dentro en Panaca, fue donado a la cooperativa, lo que ayudó a la manutención de los empleados.
En materia de créditos, según contó Ballén, si tuvieron solicitudes y aprobaciones, tanto en el Banco Agrario y en el Banco de Bogotá. Por eso pudo mantener las condiciones impecables en las que los visitantes encontraron este viernes el parque, uno de los más queridos por los turistas del país.
El aforo permitido para los parques temáticos no puede superar el 30 por ciento. Se deben conservar todas las medidas establecidas por el Ministerio de Salud en materia de distanciamiento y lavado constante de manos, además de portar el tapabocas y permitir la toma de temperatura.
El ingreso en este primer día fue “suave”, según lo describió Ballén, pero su expectativa es amplia, pues las oficinas de turismo de la región le reportan que ya están incrementando las reservas de los colombianos para volver al Eje Cafetero.
Aún no tiene un estimativo de cuando se volvería a recuperar la actividad del parque, al menos en una capacidad que les permita cubrir los costos y dejar de tener pérdidas. Por lo pronto, solo está concentrado en abrir, de martes a domingo, entre las 9 de la mañana y las 6 de la tarde.
En la temporada de soledad, los 4.500 animales, entre cabras, equinos, bufalinos se movieron en los espacios con más libertad en medio del silencio; las gallinas y y demás aves se pavonearon junto con los patos, gansos y pavos que hay en este territorio de diversión. También se reprodujeron los cuíes y los conejos. Pero ya hacía falta el ruido, señala Ballén, quien de nuevo volvió a alzar el aviso de ‘bienvenido a Panaca’, con la esperanza de que la reactivación del turismo también retorne al parque las miradas asombradas de los que contemplan los animales, la agricultura o los 5 coliseos que tiene el exótico lugar. El corazón de Panaca volvió a latir.