Uno de los tantos cambios que ha traído la pandemia del coronavirus es el de una mayor demanda por vuelos privados o charter, gracias al interés de sus pasajeros por reducir las posibilidades de contagio, al compartir con mucho menos personas en el espacio aéreo.
Esta tendencia es la inspiración de Flapz empresa de base tecnológica (startup), que a través de una App y una plataforma web ofrece servicios de aviación privada. Algo similar a lo que ocurre con Uber, donde sus usuarios pueden reservar carros para movilizarse, con Flapz las personas pueden planear, reservar y pagar sillas o aeronaves privadas.
Esto es lo que se conoce como un marketplace, que en este caso arrancó en septiembre pasado con una flota de 25 aeronaves.
Cristóbal Muñoz, CEO de Flapz, asegura que el mercado de la aviación privada en Latinoamérica está lleno de oportunidades y que, para el caso de Colombia, esas oportunidades están en la digitalización. La meta es revolucionar las dinámicas de la aviación privada en el país, permitiendo que sus usuarios habituales migren a esta plataforma, así como los usuarios de la aviación comercial.
Su apuesta se basa en el hecho de que mientras el tráfico comercial apenas lleva entre 15 por ciento y 17 por ciento del total operado el año pasado, los vuelos privados operan al 70 por ciento o incluso más de lo habitual. Esto gracias a los pasajeros que buscan vuelos privados por problemas de salud o por el temor a la covid-19. Muñoz cita a Aviation Tribune para asegurar que los viajes en aeronaves privadas representan 20 a 30 veces menos puntos de contagio que un vuelo comercial, donde hay cerca de 600 puntos posibles de contacto en todo el trayecto; en comparación, con las 20 interacciones que se dan en un vuelo privado.
Básicamente Flapz ofrece tres servicios: alquilar un vuelo charter completo para el destino que elija la persona; usar la opción de empty leg (término de aviación que hace referencia al trayecto de ida o regreso vacío de un avión ya reservado), lo que implica que quedan sillas para ser vendidas y gateaways o escapadas a destinos atractivos como Caño Cristales o Nuquí, que viene con hotel y experiencias privadas.
Lo más usual son las empty leg, pues se estima que 40 por ciento de los vuelos privados hacen uno de sus dos trayectos vacíos y eso se puede comercializar, al tiempo que se arregla una falla de mercado.
Los precios van, por ejemplo, para un vuelo Bogotá- Medellín desde 399.000 pesos, lo que incluye traslado de la casa al aeropuerto, comidas en el vuelo y, además, la ventaja de ganar tiempo en procesos de chek in, así como para dejar y recoger el equipaje. Para un vuelo Bogotá-Cartagena la tarifa sube bastante (995.000 pesos).
Innovación
Muñoz también señala que con Flapz buscan la sistematización de los procesos operativos aéreos en tiempo real, reemplazando métodos análogos de cotización, reserva y pagos, con el objetivo de mejorar la experiencia del usuario, así como la rentabilidad de las compañías privadas que pertenezcan al marketplace.
“Dentro de nuestros objetivos más ambiciosos están: convertirnos en un motor de innovación y ser el referente de calidad en intermediación digital y experiencia de viaje. Por eso, desarrollamos un software con un sistema de reservas en tiempo real, que permite cotizar y vender sillas o vuelos privados a cualquier destino. Esto permite a nuestros usuarios, comparar y tomar decisiones de viaje en tiempos significativamente menores. Adicionalmente, Flapz ofrecerá a las compañías aliadas un OMS (Operations Management Software) que les permitirá organizar su operación, en términos de programación de recursos y mantenimiento de aeronaves, entre otras posibilidades”, agregó Muñoz.
Flapz tiene oficinas en Bogotá, Santiago de Chile y Tel Aviv, Israel, pero por ahora solo opera en Colombia. Sus propietarios aspiran a vincular a las principales compañías de aviación privada del país antes de finalizar 2020 y así lograr una cobertura de 60 por ciento del mercado local.
En 2021 planean a iniciar su proceso de expansión en México y Chile. “Sabemos que el transporte aéreo a nivel global vive una etapa de transformación, marcada por factores como: las restricciones de vuelo para la aviación corporativa y comercial por el efecto de la pandemia del coronavirus. A esto se suma la reducción de las cabinas de clase ejecutiva en la aviación comercial durante los últimos años, los complejos protocolos de bioseguridad y el incremento en el tiempo de espera y abordaje en los aeropuertos. Estas condiciones han generado un efecto de crecimiento de hasta 300 por ciento en ventas de vuelos chárter”, agregó Muñoz.
Un emprendimiento de lujo que les apuesta a los colombianos que han podido mantener su nivel de vida en medio de la crisis.