La amenaza del gobierno Petro de radicar un proyecto de ley para aumentar las inversiones forzosas de los bancos, y que tenía con los pelos de punta a economistas, políticos y empresarios del sector financiero, logró ser conjurada gracias a un pacto entre el Ejecutivo y los establecimientos de crédito, agremiados en Asobancaria.
Los opositores a las inversiones forzosas argumentaban que estas podrían llevar a un encarecimiento del crédito a aquellos sectores que no serían beneficiados con la medida, lo que iría en contravía de lo que precisamente se busca hoy: reactivar la economía.
Expertos como el exministro José Antonio Ocampo proponían hacer un mayor uso de las entidades financieras estatales, reunidas en el Grupo Bicentenario, para irrigar más créditos de fomento a través de redescuento, al tiempo que Asobancaria sugería un pacto por el crédito en el que ellos estarían dispuestos a desembolsar 35 billones de pesos adicionales a los sectores elegidos por el Gobierno.
El resultado, tras varias reuniones, se conoció el martes pasado, cuando desde la Casa de Nariño funcionarios y banqueros anunciaron que se acogía la propuesta de Asobancaria, pero que estos, en lugar de poner 35 billones, debían aportar 55 billones en los próximos 18 meses. La idea es irrigar estos recursos a cinco sectores que desde el Gobierno consideran claves para la reactivación: vivienda, manufactura, agropecuario, turismo y economía popular, que son los microempresarios de todo tipo de actividades.
El acuerdo ya se logró, pero aún falta definir cómo implementarlo, y para eso están programadas varias mesas sectoriales entre banqueros y Gobierno. La más adelantada es la que tiene que ver con crédito hipotecario, en donde las tasas de interés ya han tenido una reducción considerable. Hoy rondan el 10 por ciento, y según Jonathan Malagón, presidente de Asobancaria, actualmente se está prestando para vivienda por debajo de la tasa del Banco de la República (que es de 10,75 por ciento).
A eso se suman los subsidios del programa Mi Casa Ya, que ya fueron fijados para este año, y están explorando el crédito para mejoramiento de vivienda, que es un área poco desarrollada en Colombia. El argumento para esa idea es que, según el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, hay más de 7 millones de predios que requieren algún tipo de mejoramiento.
Con los otros sectores que se busca beneficiar, la estrategia aún no está definida, pues justamente faltan las reuniones sectoriales. La idea es utilizar los instrumentos de Bancoldex (que forma parte del Grupo Bicentenario), el cual, en una de sus líneas de redescuento para Mipymes, puede bajar la tasa de interés en 600 o 650 puntos básicos.
A eso se sumaría el Fondo Nacional de Garantías, que sirve de fiador de los deudores que no cuentan con suficiente respaldo. No obstante, lo que dejaron claro es que no se van a saltar las evaluaciones de riesgo de los aspirantes a crédito y que estos se entregarán “en condiciones de mercado”.
Un fabricante de alimentos que podría ser sujeto de estos créditos y que este año ha visto resentida la demanda por sus productos, considera que la baja de la tasa de interés ayuda, pero que no es suficiente porque antes de animarse a pedir un crédito requiere que sus clientes mejoren su capacidad de compra.
La meta de banqueros y Gobierno es que con estos créditos no solo se impulsen los cinco sectores beneficiados, sino toda la economía en su conjunto. ¿Lo lograrán?