El primer año de las administraciones locales por lo general es un periodo de baja inversión: alcaldes y gobernadores se dedican a elaborar sus Planes de Desarrollo. Pero este año, la crisis suscitada por la pandemia concentró los esfuerzos de los mandatarios regionales en aliviar su impacto. De hecho, las fuertes secuelas económicas del coronavirus obligaron a muchos gobernantes a ajustar los lineamientos, metas y proyectos para poder llevar a cabo su gestión.
Ahora el énfasis está en recuperar el empleo perdido, actuar rápidamente para no perder los avances sociales de los últimos años en reducción de la pobreza, y poner en marcha proyectos de obra pública como una medida anticíclica.
Se espera que con los Planes de Desarrollo aprobados, la experiencia ganada en el manejo de la pandemia y los cambios en el sistema de regalías, que les dará mayores recursos y autonomía, los entes territoriales cumplirán un rol más activo en la recuperación de la economía.
Un informe sobre los Planes de Desarrollo de las principales ciudades del país, elaborado por la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), muestra que estas planean desarrollar en el cuatrienio proyectos por más de 63 billones de pesos solo en infraestructura de transporte. La CCI identificó, además, que para el bienio 2019 y 2020 el Sistema General de Regalías aún tiene disponibles 6,2 billones de pesos para el desarrollo de diversas propuestas.
Sin duda, así como los alcaldes tuvieron la llave de la gradualidad con las medidas de restricción para manejar la crisis sanitaria, ahora tienen el acelerador para darle velocidad a la ejecución de obras que juegan un papel clave en la reactivación económica.
Las grandes apuestas
En los Planes de Desarrollo y presupuestos recién aprobados por las principales ciudades hay proyectos muy ambiciosos. En Bogotá, el plan denominado ‘Un nuevo contrato social y ambiental para la Bogotá del siglo XXI’ cuenta con un presupuesto de inversión de 109 billones de pesos, que destinará unos 40 billones para infraestructura vial.
Incluye el arranque de la construcción del metro de Bogotá, la ampliación de accesos a la ciudad como la autopista Norte, la carrera Séptima, la ALO Sur y la ampliación de la calle 13. También está la ampliación de las troncales de TransMilenio por la avenida 68 y Caracas al sur, entre otras obras.
“Es el plan de inversiones más grande que haya hecho Bogotá en su historia”, advierte la alcaldesa Claudia López, y agrega que este incluye más de 20 billones para infraestructura social, con seis nuevos hospitales, 20 colegios y el conjunto creativo del Bronx, entre otros proyectos.
Estas obras serán claves porque, como lo ha advertido la Anif, la capital ha generado un rezago para el crecimiento del país debido a sus cuarentenas más estrictas, que “no han implicado mayores resultados en términos de salud”. Bogotá representa una cuarta parte del PIB del país, y responde hoy por un porcentaje similar de los desempleados.
Cundinamarca, por su parte, se destaca porque incorporó más de 8,8 billones de pesos para proyectos de transporte como el Regiotram de Occidente, el tren entre Bogotá y Zipaquirá, la extensión del sistema TransMilenio a Soacha, además de la intervención en vías secundarias y terciarias.
A su vez, el Plan de Desarrollo ‘Medellín futuro’ tiene un presupuesto de aproximadamente 22,7 billones para el cuatrienio, de los cuales el 40 por ciento estará destinado a obras de infraestructura. De hecho, esta semana la ciudad firmó un convenio de cofinanciación con la Nación para la construcción del metro de la 80, una obra de más de 3,5 billones de pesos.
Tiene otros proyectos como la doble calzada de Oriente, la vía de los Embalses, la Conexión del Sur, el Medellín Arena, la remodelación del estadio Atanasio Girardot y el túnel Guillermo Gaviria Echeverri, una vía fundamental para conectarse con el mar Caribe. En esta última también interviene la Gobernación de Antioquia, que tiene un presupuesto para el periodo de cerca de 19 billones de pesos. Según estimación de la CCI, la tercera parte es para obras de infraestructura.
El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, resaltó la inversión que hará para convertir a la ciudad en un valle del software, así como las grandes obras de carácter social –desde parques, bibliotecas, hospitales, ciclorrutas, complejo cultural– que se harán en la ciudadela del Norte, con la que hay una deuda histórica. Así mismo, construirán el comando metropolitano, una cárcel y comenzarán los estudios para hacer una línea del metro subterráneo.
Por el lado de Cali, el Plan de Desarrollo ‘Unidos por la vida’ contempla 34 proyectos para el avance en infraestructura. Estos van desde la prolongación de la avenida Ciudad de Cali hasta el río Jamundí, la conexión de la vía al mar y el tren de cercanías, hasta el nuevo búnker de la Fiscalía, la PTAR del Sur, parques turísticos y tecnológicos, la repotenciación de la PTAR Cañaveralejo, la construcción del túnel mundialista y el bulevar de San Antonio, la estación central del Mío, la culminación de la vuelta de occidente, entre otras. Estas obras requerirán inversiones por 2,6 billones de pesos, según Jorge Iván Ospina, el alcalde de Cali, quien destacó además el Plan Bicentenario de Mantenimiento Vial y el plan de renovación de 300 manzanas en el centro con Ciudad Paraíso.
En la capital del Atlántico, el Plan de Desarrollo ‘Soy Barranquilla’ contempla inversiones por más de 5,2 billones para el cuatrienio. Entre los proyectos están la recuperación de la ciénaga de Mallorquín, la adición a Transmetro, la construcción de los mercados públicos, alumbrado y semaforización, la normalización de la energía eléctrica y un centro de innovación, grandes inversiones en acueducto y alcantarillado, así como la recuperación del sistema de caños, ecoparques y Barrios a la Obra.
También, una iniciativa para pavimentar más de 683 tramos viales en 180 barrios de la ciudad. Según Jaime Pumarejo, alcalde de Barranquilla, esta fuerte inversión en proyectos de infraestructura que permitirá dar un choque anticíclico y crear empleo a corto plazo es posible gracias a un proceso planificado a largo plazo pensado en la sostenibilidad e inclusión de la gente.
Los retos
El listado de proyectos estratégicos y obras que van a realizarse en las regiones es prometedor. Sin embargo, la pandemia significó un fuerte golpe a las finanzas de las alcaldías y gobernaciones.
Carlos Ramírez, director del área de finanzas públicas de Fitch Ratings, calcula la disminución de los ingresos tributarios en los entes territoriales entre el 20 y el 30 por ciento, ante la caída del impuesto de industria y comercio, dado que el predial se comportó de una manera muy estable. No obstante, los entes territoriales en Colombia tienen en general bajos niveles de deuda, y por eso las calificaciones han sido estables. “La deuda nueva no llega al billón de pesos”, afirma.
En la mayoría de ciudades hay una alta dependencia de las transferencias corrientes de la Nación –pueden representar el 70 u 80 por ciento de sus ingresos– y es probable que se resientan ante las dificultades fiscales del país.
De ahí la importancia de una reforma tributaria, la actualización catastral y las recomendaciones de la comisión tributaria territorial para que las regiones aumenten sus ingresos propios. Por razones financieras, solo las grandes ciudades podrán contribuir más decididamente a la reactivación.
Otro de los desafíos para los alcaldes será la ejecución de los proyectos y la reactivación en momentos de fuerte polarización política. En varias ciudades hay procesos revocatorios que podrían reducir la capacidad de gestión y crear pesimismo en los consumidores e inversionistas.
De igual manera, será clave el papel del sector de la ingeniería para no dar con “contratistas pleiteros” que se dedican a obtener sus ganancias por la vía judicial y no haciendo las obras. De ahí la importancia de la transparencia de los procesos y de luchar contra la corrupción. El cambio climático y el impacto de la ola invernal también podrían dificultar el desarrollo de las obras y obligar a replantearlas pensando en el largo plazo. Esto da cuenta de los múltiples retos.
Todos los analistas coinciden en que la recuperación se ha tornado no solo incierta, sino lenta y muy desigual. Algo similar a la recesión, que tiene marcadas diferencias por sectores, e incluso ciudades. Por eso, los alcaldes que vieron aumentar su popularidad por cuenta del manejo de la pandemia ahora tendrán que imprimirle mayor velocidad a la reactivación. Está en sus manos.