Un proyecto de ley de apenas cuatro artículos, que fue radicado la semana pasada en el Congreso, podría significar un alivio para el bolsillo de millones de colombianos. La propuesta viene del senador conservador David Barguil, quien se alista a dar una nueva batalla contra las entidades financieras que operan en el país. Esta vez, la idea es ajustar la forma en que se fijan los intereses de las tarjetas de crédito.
Puntualmente, se busca que el Gobierno cambie las condiciones y los criterios que se tienen para entregar estos plásticos a los ciudadanos, con base en aspectos como: Plazo del crédito (número de cuotas) Monto económico Perfil de riesgo asociado "Al darle a la Superintendencia Financiera esta facultad se lograría complementar efectivamente la defensa del interés jurídico que protege el tipo penal de la usura, manteniendo los límites a las tasas de interés, con el fin de proteger a los usuarios del sistema financiero de posibles abusos", explicó Barguil en la exposición de motivos. En últimas, lo que se pretende es que haya una certificación crediticia diferenciada —según cada solicitante de crédito—, lo cual, de paso, permitiría tener "una tasa de usura más acorde con la realidad del comportamiento del mercado". Así, por ejemplo, si una persona es buena paga y tiene un perfil crediticio favorable o de bajo riesgo financiero, se le reconocería una menor cuota de interés en su tarjeta de crédito. En contraste, a quienes tienen alto riesgo de no pagar y/o no tienen garantías robustas se les cobrarían un porcentaje mayor.
Según Barguil, se pretende resolver una distorsión en el mercado, que puede llegar a castigar a los buenos usuarios. "Un cliente de un banco cualquiera, con excelente comportamiento crediticio y trayectoria, paga en la mayoría de los eventos el mismo interés mensual sobre su tarjeta de crédito que el que paga un nuevo cliente del mismo banco, incluso con un ‘score‘ inferior en su calificación o perfil de riesgo", señaló. De aprobarse, la iniciativa también les permitiría a los colombianos tener mayor información de las tasas diferenciales de interés y ‘luchar‘ por tener un mejor perfil, ya que esto les significaría que les cobren menos en sus tarjetas de crédito. Con corte a mayo, según la SuperFinanciera, en Colombia había vigentes 15,5 millones de tarjetas de este tipo, mientras que 1,8 millones estaban bloqueadas temporalmente.