La junta directiva del Banco de la República decidió incrementar su proyección de crecimiento de la economía, desde los 4,7% que tenía, hasta los 5 % para 2022, pese a que la inflación sigue galopante y, según se proyecta hasta ahora, cerraría el año con un 7%.

El anuncio del cambio en la proyección lo hizo el gerente del Emisor, Leonardo Villar, al tiempo que informó al país que cuatro de siete integrantes del equipo que rige la política monetaria en el país dieron el aval a un incremento en las tasas de interés de referencia, en 100 puntos básicos, con lo cual, quedan en 6 %. Esa decisión está en línea con la ruta que sigue el Banco de la República, de tratar de mantener el equilibrio, de manera que el incremento en las tasas no frene el ritmo de la economía.

Las tres personas restantes, integrantes del equipo técnico del Banco, siguen anclados en la idea de que las tasas debieron subir en esta oportunidad en 150 puntos básicos. Ya esto implica que hay un miembro más de la junta que se le suma a los dos que, en anteriores ocasiones, votaban por una subida más fuerte, en aras de frenar la escalada de la inflación.

Timonear para no voltear el barco

La misión del equipo técnico del Banco de la República es de filigrana. Si sube mucho las tasas puede frenar la economía y si no lo hace, puede dar rienda suelta a la inflación. Por esa razón, no deja de ser llamativo el hecho de que el Emisor haya decidido subir la proyección de crecimiento de la economía.

El ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, sustentó que hay mejores resultados en los distintos sectores de la economía colombiana, según la información que ya se conoce, por lo tanto, están convencidos de que esta nación continuará en la recuperación que ha tenido ahora. Por esa razón le apuestan a una cifra más alta en el resultado del año, de la producción (Producto Interno Bruto).

El nubarrón que puede cuajar con el invierno crudo que azota al país y amenazar las nuevas proyecciones de crecimiento no lo vieron como una amenaza fuerte, por lo que decidieron ponerse en las mismas filas de los organismos internacionales que han modificado al alza sus perspectivas con la producción en Colombia: FMI, Ocde, entre otros.

Ojo con el crédito de consumo

Los expertos en política monetaria de Colombia también expresaron que los aumentos fuertes en precios en los productos alimenticios importados, y la carestía que están enfrentando los productores de artículos, con precios más altos en insumos para la producción local es lo que más está presionando la inflación en este país. De hecho, enfatizaron en que esas condiciones se han prolongado más de lo que se preveía, por lo cual, en consenso, se fueron por la vía de un ajuste en las tasas, lo que para algunos podría frenar un poco el crecimiento en este año. Ellos no lo ven así.

En lo que si llamó la atención el gerente del Banco Central, Leonardo Villar, es en la aceleración que está teniendo la toma de crédito de consumo (el más costoso). Este segmento creció en un 18%, luego de un año (2021) en el que los colombianos gastaron sus ahorros acumulados en 2020, cuando las medidas aplicadas por pandemia no permitían utilizar los servicios de restaurantes, usar el transporte o viajar, por lo cual, los colombianos gastaron menos.

Cuando finalmente se volvió a la normalidad y pudieron gastar de nuevo, incrementaron la demanda, pero la oferta de productos y servicios no estaba preparada para atender ese cambio (de desaceleración a aceleración en la demanda). Esa circunstancia, también tiene que ver con el aumento de los precios que estamos viendo ahora, pues al haber menor disponibilidad de productos, se sube el precio en los que hay.

Esos son los remos que debe mantener en equilibrio el Banco de la República.