Los bancos no suelen estar en las instituciones en las que las personas depositan su confianza. Estudios como “The Edelman Trust Barometer 2015” demuestran que realmente el sector financiero es una de las industrias que inspira menos confianza en el mundo, situación que se ha mantenido casi sin variaciones desde la crisis de 2008. La imagen mental que las entidades financieras han dejado en las personas es difícil de borrar. Sin embargo, publicaciones del Harvard Business Review creen que una de las mejores maneras en las que los bancos pueden cambiar estos paradigmas negativos es la generosidad. La generosidad vista como compartir valores e intereses con sus clientes. Aunque, los estudios anteriores lo confirman, este proceso puede tomar una cantidad considerable de tiempo. Observar a los nuevos consumidores verdes En los tiempos modernos, hay una tendencia que puede utilizar la industria financiera para recuperar la confianza de los clientes. Cada vez es más común las prácticas comerciales sostenibles y la protección del medio ambiente ocupa un lugar cada vez más importante en las prioridades de los consumidores. Esta nueva generación de consumidores a quienes les preocupa mucho más el medio ambiente tiene en sus manos la última decisión del consumo financiero. ¿Pero cómo pueden los bancos ser más sostenibles para este tipo de clientes? La jefa de la División de Efectividad en el Desarrollo, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Angela Miller, explica que existe un consenso internacional sobre una serie de criterios sociales y ambientales para fortalecer la sostenibilidad de sus negocios. Una de ellas es establecer una lista de actividades excluidas a las que no financiarán. “Si los consumidores de la banca formal conocen que las entidades se abstienen de otorgar créditos para actividades que supongan formas de trabajo forzoso, tala indiscriminada o juegos de azar y trata de personas, pueden confiar un poco más” explica Miller. Haciendo sostenibles a los bancos “Cuando los bancos asumen el compromiso ambiental y social, se aseguran que su dinero se utiliza no solamente de manera rentable, sino también concienzudamente” afirma Miller. Clasificar y mitigar los riesgos ambientales solo se puede lograr fortaleciendo la cultura interna mediante capacitación integral de todo el personal. Más allá de reducir los costos del banco, el consumidor se sentirá identificado con la institución. Aunque estas prácticas pueden resultar innovadoras y eficientes, la gran mayoría de los bancos comerciales en América Latina expresan que el problema no es saber si hacerlo o no, es cómo hacerlo. Un buen ejemplo para despejar las dudas se encuentra en Paraguay. Desde 2012 un grupo de 7 bancos comerciales formo la Mesa de Finanzas Sostenibles de ese país. Como explica Jorge Sienkawiec, director del grupo, además de ampliar sus propios recursos, podían ayudar a otros sectores del país a abrirse a los mercados internacionales. Inclusive, desde la aplicación de prácticas sostenibles, estas entidades han logrado reducir sus riesgos crediticios y sus gastos operativos y de capital. La Corporación Interamericana de Inversiones (CII) puede ayudar a los bancos a mejorar sus actividades proporcionando capacitación sobre sostenibilidad. En definitiva, el sector financiero puede hacer que el mundo sea un lugar mejor, generar oportunidades de desarrollo en sus países y ganar la confianza de sus clientes con una nueva imagen de negocio. Lea también: Triodos Bank, un modelo de entidad financiera con responsabilidad social