El pasado 2 de marzo, el Banco de la República anunció la entrada en circulación de la denominación más alta de un billete en la historia del país: el de 100.000 pesos. Se trató, también, de un homenaje al expresidente Carlos Lleras Restrepo, cuya imagen comparte esa pieza numismática con el Valle de Cocora (Quindío), con la palma de cera, el pájaro barranquero y la flor del sietecueros.La fecha elegida para que llegara a las calles fue el jueves 31 de marzo. Ese día el acto de lanzamiento incluyó la presencia cien invitados, entre ellos el vicepresidente Germán Vargas Lleras, quien fue uno de los primeros en adquirir dos de los billetes -de predominante verde- con la efigie de su abuelo.El gerente del Banco de la República, José Darío Uribe, manifestó entonces que ese esperaba imprimir 59 millones de billetes de la nueva denominación, que justificó en función del PIB per cápita y el monto del salario mínimo. “A medida que crecen estas variables, aumenta el valor de las transacciones y el uso de los billetes de mayor denominación”, dijo.Lo cierto es que a poco más de mes y medio de la entrada en circulación del billete de 100.000 pesos, pocos lo han usado. Un sondeo de Semana.com en Twitter, con corte a las 11:00 p. m. de este jueves, encontró que de los 2.682 votos registrados, 98 % de los que respondieron dijeron no haber empleado la nueva denominación, al contrario del 2 % restante.El abrumador resultado de este ejercicio concuerda con la visión de las entidades financieras que, si bien afirman que el ‘Lleras’ -como comienza a ser conocido popularmente- se está dispensando en las diferente sucursales bancarias, no son muchos los personas que lo solicitan.Santiago Perdomo, presidente de Banco Colpatria, señaló a Semana.com que si bien respeta las justificaciones y la decisión del Emisor de emitir este nuevo papel moneda, considera que “no estará pronto en las calles, ni habrá una gran demanda, por lo menos, hasta que el público los conozca y se acostumbre”.Reveló que, en su entidad, la gente no los está pidiendo en las cajas y si lo hacen, en su mayoría, se trata de coleccionistas o de curiosos. “Solo hemos tenido el caso de un cliente que pidió 40 millones de pesos en esa denominación”, contó.El presidente de la Asociación Bancaria, Santiago Castro, confirmó a este portal que si bien el gremio comprende las razones que tuvo el Banco de la República para poner a circular este instrumento de pago, en las ventanillas de los bancos sí lo están entregando.“Falta, eso sí que se dispensen en los cajeros automáticos, pero ello va a tomar algún tiempo. Muchos bancos van a esperar a que el Emisor termine de lanzar la nueva serie de billetes, lo que significaría que estaría disponible en esos aparatos hacia el 2017”, expresó.A lo que hacía referencia el dirigente gremial era a que el de 100.000 pesos es apenas el primero de una nueva familia de billetes. El Emisor anunció que, en el segundo trimestre del 2016 sacará a las calles el de 20.000 pesos y en el tercer trimestre el de 50.000 pesos.En la última parte del año hará circular los nuevos papeles de 10.000, 5.000 y 2.000 pesos. Los de 1.000 pesos están siendo paulatinamente reemplazados por las monedas del mismo valor, puesto que el papel con efigie de Jorge Eliécer Gaitán ya dejó de imprimirse.Este nuevo papel moneda, que rendirá homenaje a destacados personajes y exaltará la biodiversidad del país, será más largo y un poco más pesado que el que circula actualmente. Ello significará que los cajeros electrónicos deberán ser adecuados y eso es un proceso “que tomará tiempo”, según señaló Perdomo.El banquero señaló que los aparatos “deben ser adecuados tecnológicamente y se deben adelantar pruebas de seguridad que se deben cumplir rigurosamente para que no vayan a falsificar los billetes. De hecho, hay que calibrar los cajeros con billetes nuevos, a medio usar y viejos”.Mejor electrónicoOtro asunto son las tendencias. Para el presidente de la Asobancaria, los usuarios deberían ir abandonando la costumbre de llevar mucho efectivo consigo y “que se vaya acercando cada vez más a los medios electrónicos”.En ello coincide Perdomo, para quien “hay demasiado efectivo para el tamaño de la economía colombiana: 50 billones de pesos. Es hora de reducir esto e ir hacia el uso de canales electrónicos y el uso de tarjetas. Colpatria, por ejemplo, tomó la decisión de eliminar las comisiones pensando en esa gente que prefiere moverse con efectivo”, aclarando que históricamente el mero hecho de pagar con tarjeta nunca ha costado más al usuario colombiano.El banquero recordó que, incluso, las altas denominaciones están en desuso en otras partes del mundo, puesto que la Zona Euro advirtió ya hace algún tiempo que dejará de imprimir el billete de 500 euros, mientras que en Estados Unidos ya inició un debate similar frente a la denominación de 100 dólares.“En el mundo ya se da un alto nivel de pago de bienes y de servicios sin necesidad de usar el dinero físico. En ese intercambio el papel moneda ya cumplió su ciclo y ahora hay varias opciones, como el dinero plástico (tarjetas de débito y de crédito) o las transacciones electrónicas a través de teléfono, internet, aplicaciones, etc.”, expuso el presidente de Colpatria, que también invocó razones medioambientales (“los billetes se hacen de papel”) y hasta sanitarias (“los papeles pasan de mano en mano”).Cosas distintas argumenta el Emisor. “La economía requerirá utilizar un menor número de billetes para realizar las mismas transacciones, lo que generará mayor eficiencia y menores costos de producción, transporte y almacenamiento para los agentes económicos y para el Banco de la República”, expresó en su momento el Banco de la República.En el lanzamiento de la nueva divisa, el gerente Uribe dijo que desde el año 2000, cuando se emitió por primera vez el billete de 50.000 pesos la remuneración mínima se ha más que duplicado. “Si el salario mínimo del 2000 podía cancelarse con 5,2 billetes de 50.000 pesos, la más alta denominación del momento, actualmente se necesitan 6,9 billetes de 100.000 pesos para cubrirlo”. Hoy, el billete de 50.000 pesos es el más solicitado.Como resultado de ese crecimiento, entre otras variables (el indicador la producción de la economía del país dividida entre el número de habitantes se ha triplicado, por ejemplo) “el monto y el volumen de las transacciones de la economía se han incrementado durante los últimos 15 años, mientras que las denominaciones de billetes en circulación permanecieron inalteradas”, explicó el banquero central.El valor de este billete equivale a casi a 30 dólares, inferior al valor del billete más grande en un gran número de países -incluyendo a economías similares a la colombiana-. También se encuentra en niveles similares a las denominaciones de otros países de la región y está muy por debajo si se compara con países desarrollados. Por ejemplo, la denominación de mayor valor en el mundo es la de 1.000 francos suizos, que en febrero correspondía a 1.002 dólares.Entre tanto, al parecer, las personas en las calles siguen sin ver el ‘Lleras’. En las respuestas al sondeo de Semana.com, el tuitero Juan Pablo Cubillos (@Juampiqbillos) reparó con humor acerca del uso de los billetes de 100.000 pesos, en medio de la crisis de la economía, que “¿Si no me emplean a mí, cómo voy a emplearlos yo?”. Lo que ni él ni muchos se imaginarían es la confesión del presidente de Colpatria: “No conozco todavía el primer billete de esa denominación”.