SEMANA: Pasando la página de 2017, ¿qué espera el sector empresarial del nuevo año que muchos ven con incertidumbre, pero también con esperanza?BRUCE MAC MASTER: Sin duda es un año de incertidumbre. En parte, por el proceso electoral que genera preocupación en la gente, por dos razones. Una, que es obvia, es la expectativa por saber quién será el nuevo presidente de Colombia. Si será alguien proempresa, que crea en el crecimiento, en el libre mercado y en la propiedad privada. Eso genera incertidumbre. La otra razón es que tener dos gobiernos en un mismo año introduce un elemento muy extraño a la economía. Uno estará siete meses en sus últimas jugadas, con recursos muy escasos y con una gobernabilidad no muy alta y el otro que entra puede llegar incluso con buenas intenciones, pero en todo caso le toca ver cómo organizar la casa y establecer sus nuevos derroteros, lo cual le toma su tiempo y para eso va a tener poco más de cuatro meses del año. Ese es un factor de incertidumbre grande. SEMANA: ¿Y qué elementos ve que puedan levantar el ánimo a los colombianos?B.M.M.: Para el 2018 esperamos que los consumidores hayan asimilado el golpe que produjo la reforma tributaria y por otro lado que se transfiera al consumo y a los hogares la reducción de las tasas de interés del Banco de la República. Con esto, diría yo que podríamos esperar que la economía crezca entre 2,5 y 2,7 por ciento como se está planeando. Habrá estimulo al consumo de electrodomésticos con la aplicación de la reforma tributaria que permite el reemplazo de neveras y lavadoras. Si se materializan los incentivos a las exportaciones tendremos también buenas noticias, pues Colombia abandonó los programas de incentivo a las exportaciones, lo que fue un error. En este sentido, la creación de un Cert para las exportaciones, diseñado de forma correcta que se puede utilizar según la OMC, será un instrumento muy importante. Hemos presentado una propuesta al Gobierno y ese instrumento podría incentivar las exportaciones de todos los productos, los que ya exportamos y los nuevos.Tenemos que volver a concientizarnos de la conveniencia de exportar, producir y llegar a otros mercados. Ahí tendremos una oportunidad. Por otro lado, si podemos dinamizar el programa de infraestructura y carreteras tendremos razones adicionales para imaginar un buen 2018. Esto será importante no solo porque mejora la logística del país, sino porque dinamiza la economía en el corto plazo. Igualmente, como dije antes se espera que el efecto de la reducción de la tasa del Banco de la República llegue a los hogares, lo que hará que tengan mayor capacidad de compra. Y no hay que olvidar que la inflación ya está controlada, aunque sigo pensando que la reducción fue muy ruda, ahora tenemos que usufructuar la inflación baja.Puede leer: 25 preguntas que se resolverán en 2018SEMANA: ¿A qué subsectores de la industria los ve mejor este año?B.M.M.: Podría ser todo lo relacionado con la cadena minero-energética, con lo cual vamos a seguir creciendo en refinación y en transformación de minerales. También deberían crecer los 32 subsectores relacionados con la construcción que suministran materias primas y esperamos una recuperación en motos y vehículos. Ahora, si podemos mejorar los resultados en la lucha contra el contrabando también habrá mejores noticias para textiles y confecciones que han sido tan golpeados. Y tenemos muy pendientes todo lo relacionado con agroindustria, pero se necesitan decisiones de índole legal que dé certeza a los colombianos que quieran trabajar la tierra. Si se aclara eso, allí habría oportunidades.SEMANA: Ustedes en la Andi están preguntándole a los aspirantes a la Presidencia sobre sus propuestas económicas. ¿Qué conclusiones tienen hasta el momento?B.M.M.: Lo primero es que queremos que haya un proceso informado, donde todo el mundo sepa lo que están proponiendo los candidatos y también buscamos que ellos piensen en temas, que por ahora no vemos dentro de sus programas, tal vez porque no son populares, pero sobre los cuales el país merece una respuesta. En este orden ideas seguiremos avanzando con este ejercicio de la Andi. Dentro de los temas que esperamos escuchar de los candidatos está el cierre fiscal. Cómo acompañarán las promesas tributarias que tienen que ver con baja de impuestos -lo que vemos necesario- con un principio de responsabilidad fiscal que al final va a llevar a que haya un recorte en el gasto o un ejercicio más juicioso de reducir la evasión y la elusión.En lo económico, el cierre fiscal es lo que uno quiere ver en este momento y lo que producirá tranquilidad sobre la profundidad de los programas económicos. También estamos atentos a temas como la reforma pensional que es muy poco popular pero que sin duda tenemos que mirar hacia adelante. Y también los temas de la comisión del gasto.SEMANA: ¿A propósito del tema fiscal, ve algún riesgo en cuanto a la calificación del país, por la revisión que hizo Standard & Poor´s?B.M.M.: Yo lo que primero diría es que el Estado colombiano tiene que ser del tamaño que soporta la economía. No puede ser diferente. Si tenemos un nivel de gasto o de inversión superior al que podamos pagar los colombianos, vamos a tener un desbalance. Y debo decir que el llamado de atención de la calificadora de riesgo no es realmente a que haya o no propuestas de reducir impuestos a las empresas. El llamado es a que tengamos en cuenta cómo vamos a producir el cierre fiscal que está planteado en el Marco Fiscal de Mediano Plazo. No veo a las calificadoras ni llamándole la atención a los candidatos, ni sobre sus propuestas.Pero debo añadir que siempre hemos creído que Colombia se ha equivocado cuando mantiene unos niveles de tributación tan grandes, no tanto por las utilidades de las compañías, si no porque tenemos que ser un sitio atractivo para la inversión. Si no lo somos, no vamos a tener desarrollo y empleo y tampoco tendremos impuestos en el largo plazo. Creo que hemos sido muy cortoplacistas queriendo financiar año a año lo que el Estado quiere gastar y realmente lo que debemos hacer es definir qué es lo que podemos hacer como Estado y cómo ser atractivo para la inversión. Ese es el equilibrio que debe buscar la autoridad económica.Recomendamos: Humo blanco: salario mínimo aumentará 5,9% para el 2018SEMANA: Según los resultados tan negativos de la industria el año pasado, ¿se podría hablar de que ese sector se comportó como si estuviera en recesión?B.M.M.: Más que recesión lo que sucedió es que se desnudaron todas las debilidades de un país que no ha tenido política industrial por décadas. Mire que el país venía montado en el boom de la producción petrolera y minera, teníamos todos los síntomas de la famosa enfermedad holandesa, pasó ese auge y no fuimos capaces de ser competitivos para producir y vender en el exterior. Eso puso de presente la falta de política industrial. El 2017 fue un año muy malo. Ha habido indicios de recesión en algunos sectores industriales, no en todos. Por ejemplo, automóviles, motocicletas, subsectores del acero, de bebidas, textiles y confecciones tuvieron un año muy complejo, con datos similares a los que se presentarían en una recesión.Ahora bien, no hubo una recesión en el sentido de que la economía como un todo creció pues a algunas actividades les fue bien, como la financiera y la construcción, pero para los industriales, sin ninguna duda, fue un año difícil, donde el sector con cifras globales sí tuvo todas las mediciones que harían concluir que estuvo en recesión.