SEMANA: ¿Cómo cierra la economía colombiana en 2019 y qué destaca de las cifras que se registran? José Antonio Ocampo: Este año el país tuvo cierto margen de reactivación de su economía, convirtiéndose en una de las más fuertes de América Latina entre las economías medianas y grandes. Sin embargo, hubo algunos vacíos sectoriales, particularmente en la vivienda, pero a mi juicio también en los sectores manufacturero y agrícola. En el caso de la vivienda, el estancamiento en las de estratos alto y medio, así como un inventario muy grande que no ha sido absorbido por la economía, fueron los factores predominantes. Pero también hay que destacar algunos aspectos positivos como el comportamiento de la inflación dentro del rango que había previsto el Banco de la República. Ya este indicador lleva varios meses en 3,8 y los modelos y análisis de los técnicos del Banco indican que debería comenzar a bajar el próximo año.
SEMANA: ¿Cuáles son sus principales preocupaciones en materia económica? J.A.O.: El aumento del desempleo es el mayor problema para la economía del país. Pero también me preocupa la falta de dinamismo de las exportaciones, sobre todo de las no petroleras. Aunque el último dato que se conoce del Dane fue positivo, el crecimiento va muy lento. Esto se explica en parte porque las ventas externas se han visto afectadas por la desaceleración del mercado latinoamericano, que no está creciendo, sino que se está contrayendo. Pero también porque algunos productos agrícolas están afectados por la caída de los precios internacionales. "Todos los beneficios otorgados en materia tributaria deberían ser evaluados con cierta frecuencia para definir si se justifican". SEMANA: ¿Cómo abordar el problema del desempleo, que genera tanta inconformidad social? J.A.O.: Un tema que siempre hemos visto es que la dinámica del empleo va rezagada frente a la actividad económica. Por ejemplo, el deterioro en el empleo se dio doce meses después de que la actividad productiva cayera. Y ahora vamos a ver una reactivación más rezagada, posiblemente acompañada de algunas mejoras en el empleo. El segundo tema es que este año el empleo ha estado mejor en el sector urbano que en el rural, básicamente porque este último no ha crecido lo suficiente. Y aunque el impacto de la migración venezolana no es el elemento dominante, sí puede estar contribuyendo en unas 4 o 5 décimas al desempleo, pero no es más. El problema central está por el lado de la creación de empleo, donde todavía no se ven grandes resultados.
SEMANA: ¿Qué tanto margen tiene la política monetaria del Banco de la República para estimular el crecimiento y el empleo? J.A.O.: La política monetaria, de acuerdo con los reiterados anuncios del Banco, es moderadamente expansiva. Su efecto comienza a verse ya, aunque con cierto rezago, en el aumento del crédito comercial, que era uno de los que no mostraba reactivación clara. Por varios meses ya hemos visto esta reactivación. Si me pregunta si podría hacer el Banco más, le respondo que eso es discutible porque estamos dentro del rango alto de la meta de inflación y de todas maneras el entorno externo es muy complejo. En ese contexto, reducir tasas de interés no suena como una cosa muy coherente. No hay margen. SEMANA: ¿Qué debería hacerse entonces para impulsar el crecimiento? J.A.O.: En materia de desarrollo productivo se pueden hacer cosas como implementar políticas de fomento a la innovación, a cargo del Ministerio de Comercio, o ampliar la oferta exportable por parte de este mismo ministerio o el de Agricultura. SEMANA: ¿Le preocupa la volatilidad del dólar? ¿Cree que es hora de intervenir? J.A.O.: La política es dejar flotar la tasa de cambio. Eso lo hemos discutido en la junta del Banco y la respuesta es que no hay razón para cambiar la política.
SEMANA: ¿Hasta qué punto la prolongada protesta social podría afectar el crecimiento del país? J.A.O.: Francamente no lo creo. Hay unos reclamos que deben ser objeto de atención dedicada del Gobierno; eso significa que requiere diálogo entre las partes. Pero no creo que se convierta en un problema. Aunque es cierto que las protestas chilenas fueron muy destructivas, espero que aquí haya buen diálogo entre el Gobierno y los organizadores del paro con el fin de buscar soluciones. SEMANA: ¿Cómo ve el próximo año para la economía colombiana? J.A.O.: Creo que podemos esperar que continúe la reactivación, quizás con unas décimas más para ubicarse en 3,5 por ciento o algo así. Pero no hay ninguna señal en el contexto internacional que sea favorable y que nos lleve a pensar que se pueda subir más.
SEMANA: ¿Cuáles son los temas que más le preocupan de la economía en 2020? J.A.O.: En el contexto interno hay que ver las normas aprobadas en la reforma tributaria y qué impacto van a tener. También cuál es la política de gasto público, incluyendo la respuesta a algunas demandas sociales que han hecho los promotores del paro. De hecho, algunas ya están incluidas en la tributaria y tienen un costo importante en gasto público. Uno puede decir que si hay racionalización de subsidios, eso ayuda a manejar racionalmente el gasto. Por otra parte, cualquier medida en pensiones orientada a ampliar el acceso va a tener un impacto sobre el gasto. Hay que esperar el efecto neto de impuestos y gasto. SEMANA: Y en el frente externo, ¿cuáles son sus proyecciones? J.A.O.: En el contexto internacional el panorama está calmado en lo financiero, y si sigue así, tendrá un efecto positivo. Pero el comercio global no pinta como un elemento positivo. Es más, seguirá negativo por el escaso dinamismo del comercio intrarregional, importante para nuestras manufacturas. El gran desafío será acelerar el crecimiento de las exportaciones no mineras, pues si en este frente se logra una reactivación, esto tendría un impacto económico más fuerte para el país. Optimismo moderado en lo económico para 2020 SEMANA: ¿Qué sectores deberían trabajarse desde el Gobierno y el sector privado para dinamizar la economía? J.A.O.: Yo resaltaría mucho el tema de las exportaciones. De la capacidad que tenga el país para generar un dinamismo en las exportaciones no petroleras dependerá la fuerza y la sostenibilidad de la reactivación. Ahí reside el problema principal. Y en términos sociales, la principal apuesta debe ser por la reactivación del empleo, que a mi juicio empezará el año entrante. "Los efectos gasto de los nuevos compromisos sociales y cómo los financiará el gobierno, son los temas más importantes en lo fiscal". SEMANA: ¿Cómo reducir las brechas de desigualdad y pobreza, que están en el centro de la protesta social? J.A.O.: Hay dos elementos importantes para avanzar en este campo. El primero, que se necesita que la política social tenga efectos redistributivos más fuertes. Y segundo, que tengamos un sistema tributario más progresivo. Pero este tema desafortunadamente no saldrá de esta reforma tributaria que se está aprobando, como no salió de las reformas anteriores. Ese es un problema estructural, y el país debe plantearse cómo hacer una reforma tributaria más estructural, que solucione estos temas. Creo que en términos generales no debe haber ningún incentivo tributario permanente. Todos los beneficios que se otorguen en materia tributaria deberían ser evaluados con cierta frecuencia para ver si se justifican y suspender aquellos que no tengan los resultados esperados.
SEMANA: Recientemente se han lanzado algunas alertas sobre la situación fiscal del país. ¿Comparte esta preocupación? J.A.O.: Este año ha habido noticias relativamente positivas. Por un lado, los recaudos tributarios de la Dian van mas allá de lo que se esperaba. Ahí hay un efecto de la administración tributaria y de la reforma tributaria anterior que repercute positivamente sobre los recaudos. Eso ha sido positivo. Por otro lado, vamos a tener dos regalos de navidad: las utilidades de Ecopetrol y las del Banco de la República. Pero considero que la preocupación tiene que ver con los gastos adicionales para concretar unos acuerdos con los agentes del paro. SEMANA: ¿Teme que por responder a la protesta social el país termine arriesgando los resultados en el frente fiscal? J.A.O.: Habrá gastos adicionales. De hecho, ya algunos se han anunciado, como el aumento en el presupuesto para la educación, que se incluyó en los acuerdos del año pasado. Pero al final quiero saber cuáles son esos efectos de los nuevos compromisos que se harán y cómo los va a financiar el Gobierno. En materia fiscal eso es lo más importante. No solo la magnitud del déficit que pueda tener hoy el Gobierno.