¿Qué le pasó a Colombia? En los años sesenta, el ingreso promedio de un colombiano era de dos mil dólares y pasó a siete mil dólares. Pese a tener el crecimiento económico más estable, no ha aumentado lo suficiente.
Esas realidades fueron las que puso en el debate el economista de la Universidad de California, Javier Birchenall, en el Gran Foro Colombiano 2024, realizado por SEMANA.
El experto advirtió que el crecimiento económico en este país, desafortunadamente, va de la mano con la desigualdad, en parte, “porque somos capaces de tolerar esas diferencias”, que se pueden expresar en hondas brechas en ingresos, pero también en inequidad en materia de oportunidades.
La clave para salir de ese remolino que no permite ver la luz del desarrollo fue uno de los planteamientos que hizo el experto. La distribución de la riqueza es uno de los puntos que más sobresale en el discurso del economista, pues, a su juicio, si fuera equitativa, el 10 % debería recibir el 10 % (de la riqueza) y la ecuación está al revés.
No obstante, tanto en Colombia, como en América Latina en general, ha habido mejoras en temas de desigualdad, si se compara con otras naciones como Estados Unidos, donde hay crecimiento y también desigualdad.
Los desafíos, mensaje al Gobierno
Para el experto de la Universidad de California, el país tiene tres desafíos, sobre los cuales enfatizó, y son un mensaje para el Gobierno: “Primero, crecer; segundo, crecer, y tercero, crecer”.
A juicio de Birchenall, es importante crecer. Más aún, en una nación como Colombia, que tiene grandes y viejos problemas sociales y económicos por resolver. En ese punto, dijo que no citaría a Churchil, sino a Pambelé (boxeador, campeón mundial), cuando dijo: “Es mejor ser rico que pobre”.
Las debilidades del país
En la exposición de Birchenall también salieron a relucir las grandes debilidades que tiene el país, entre las cuales, el experto mencionó el hecho de la enorme participación de la micro y pequeña empresa en el tejido empresarial, de lo que dijo que no lo anota por estar en contra de ellas, sino justamente por la necesidad de crecimiento.
Lo cierto es que el país debe poner el foco en el hecho de lo que hay hoy, y es la imposibilidad de que la gente cambie de estrato socioeconómico de otra manera que no sea con el Baloto. Preocupante, mientras naciones como Chile, que, sin embargo, tiene un crecimiento similar al de Colombia, tenga un ingreso por habitante del doble de Colombia.
El caso argentino, entre tanto, tiene otro panorama que vale la pena revisar, pues es un país que crece, pero es altamente desigual.
La conclusión es que los países de América Latina están regenerando su contrato social, por diversas razones, como las expuestas para los casos de Chile y Argentina. ¿Y Colombia?