No han sido tiempos fáciles para nadie en el mundo. Colombia no ha estado al margen y por eso el país está ansioso de escuchar buenas noticias. Esta semana por fin ocurrió una: el informe ‘Microscopio global de 2020’, realizado por la Unidad de Inteligencia de The Economist, señaló que Colombia es líder en la región en materia de inclusión financiera.

Este logro pone en evidencia los esfuerzos y resultados por ofrecer las condiciones para que la gente acceda a servicios financieros. Avanzar en este frente es clave para toda la población, en especial para las personas de menores ingresos, que han estado por fuera del radar de las políticas públicas.

Se destaca lo logrado con las transferencias monetarias directas de programas como Ingreso Solidario y Familias en Acción. Según el informe, en la pandemia esta clase de iniciativas alcanzaron a 2,6 millones de hogares y abrieron un millón de nuevas cuentas de billetera digital y servicio de pago de teléfonos móviles para distribuir los fondos. Además, el Gobierno notificó a cerca de 3 millones de colombianos que los fondos de asistencia estaban disponibles a través de SMS, mientras el país estaba en confinamiento.

Es claro que el incremento en la inclusión financiera demuestra un impacto importante de estos programas y es un indicador para medir el éxito de las políticas. El informe destaca que cobijó a 10,5 millones de trabajadores del sector informal, lo que corresponde al 21 por ciento de la población.

También destacó la reacción del Estado colombiano, porque no solo fue necesario estructurar los programas, sino adaptar el marco regulatorio a la nueva realidad. Es el caso de las Sociedades Especializadas en Depósitos y Pagos Electrónicos (Sedpes), que a comienzos de este año fueron autorizadas para abrir cuentas de bajos montos de manera remota.

Pero no solo hay avances gracias a la política social. La consultora BCG reveló en su estudio ‘Global Payment 2020: salto hacia el futuro’ las tendencias en temas de pagos. Según Xavier Genis, managing director & partner de BCG, los mercados de pago están creciendo en Latinoamérica debido, sobre todo, a la digitalización, y “las herramientas digitales tanto desde la perspectiva del usuario como del comercio han ganado una fuerza considerable”. Iniciativas bancarias, como Daviplata y Nequi, o de nuevos jugadores digitales, como Rappipay, Mercado Pago, Tpaga o Movii, abrieron nuevas oportunidades en el mercado colombiano y mayor competencia, lo que permitirá impulsar más la inclusión financiera.

La pandemia ha sido demoledora para Colombia. En términos humanos ya son más de 34.000 personas fallecidas, y en términos económicos provocó una profunda recesión que llevó al desempleo a millones de personas y a la quiebra de miles de empresas.

Pero una faceta positiva fue la reacción del Estado en materia social, con el diseño de programas nuevos y el fortalecimiento de los ya existentes. Como efecto colateral, ocurrió un fortalecimiento de la inclusión financiera, que abre las puertas a tendencias interesantes.

Sin embargo, todavía hay muchos desafíos: falta generar una cultura más sólida de uso de servicios. Más usuarios no necesariamente significa que todos tengan acceso a todas las posibilidades, como el ahorro, advirtió hace poco un estudio del CAF. Tampoco es claro que quienes accedieron a productos financieros los conserven después de que el Gobierno deje de girarles los subsidios.

El país dio un salto en materia de inclusión financiera durante la pandemia y eso nadie lo puede negar. Gran noticia.