China es la gran fábrica del mundo y el principal proveedor global de todo tipo de productos de consumo, ropa, bisutería, cosméticos, accesorios y tecnología. Y además se ha convertido en la gran bodega para el comercio electrónico, que crece en el planeta a un ritmo vertiginoso y en Colombia vive un capítulo estelar. En efecto, las compras de artículos chinos por medio de portales de internet, a bajo costo y con envío gratis, se han convertido en un fenómeno. Sobre todo para los jóvenes de estratos medio y alto, cada vez más digitales, que sucumben ante la tentación de unas ofertas que lucen irresistibles. Detrás de estas ofertas están portales como AliExpress (de Alibaba), Wish, Zaful, Vova, Shein, GearBest, PandaWill y BangGood. Estos forman parte de una larguísima lista de sitios web que bombardean a sus potenciales compradores por las redes sociales.
Estos portales tienen en común que ofrecen una variada lista de productos que llegan a la puerta de su casa a muy bajos precios. En promedio, un pedido tarda en llegar entre un mes y medio y dos meses, debido a que transita por la Unión Postal Universal, integrada por los correos nacionales de 192 países, que en Colombia tiene como corresponsal a 4-72.
Algunas cifras permiten apreciar la dimensión del fenómeno, que ha crecido a un ritmo más acelerado desde el año pasado. El presidente de la empresa postal nacional 4-72, Luis Humberto Jiménez, explica que mientras en 2014 llegaron del exterior 10,1 millones de paquetes, el año pasado recibieron 14,9 millones, y este año proyectan superar los 16 millones. Un crecimiento del 60 por ciento. La suma se parece mucho a la que registran otros países de América Latina. Pero su verdadera relevancia tiene que ver con su procedencia: el 85 por ciento viene de Asia, y China responde por el 64 por ciento del total de envíos.
En la Unión Postal Universal existe un acuerdo para compensar el esfuerzo que hace cada correo nacional para entregar los paquetes a su destinatario final, conocido como “última milla”. Y como llegan muchos más envíos de China a Colombia que al revés, el balance es positivo para el país. Esto permitió que en 2017 el correo postal de China compensara al colombiano en 24.000 millones de pesos. Y el año pasado, la compensación subió a 35.000 millones. Un verdadero boom. Esta cifra corresponde a la compensación al correo postal, pero no con el valor de los envíos, por eso no se sabe el tamaño de estas ventas. Eso sí, los portales chinos prometen sorprender a sus usuarios con productos muy baratos, con mercancías que tienen un valor promedio de 5 dólares. Muy poco frente al valor de las que llegan a los casilleros virtuales que traen productos de Estados Unidos y otros países mediante portales como Amazon. Estas, en promedio, valen 55 dólares.
A pesar de la diferencia, muchas compañías chinas han encontrado un gran negocio en el mercado colombiano, con un público cautivo compuesto en un 75 por ciento por personas entre 18 y 45 años, según los expertos. Por ciudades, Bogotá recibe el mayor porcentaje de estos envíos, seguida de Medellín, Cali y Bucaramanga.
En el caso de la capital, los funcionarios de 4-72 han identificado que los destinatarios de estos productos viven en el corredor de la autopista Norte hacia abajo, entre las calles 116 y 170. Allí entregan cerca del 50 por ciento de los envíos de la ciudad. Curiosamente, en las zonas de la costa Caribe, que en la última década se convirtió en una de las regiones de mayor crecimiento económico en términos generales, no aparece una tendencia por el comercio electrónico. Quizá la desconfianza o la baja bancarización expliquen este fenómeno.
La nueva frontera En todo caso, el comercio electrónico está generando todo un revolcón en la forma en que hacen sus compras los colombianos, especialmente los jóvenes. La Encuesta de Calidad de Vida del Dane muestra claramente esta transformación. En 2012, solo el 2,2 por ciento de los colombianos compraba en sitios de internet. Pero el año pasado el 7,9 por ciento de la población del país ya usaba este canal.
En una reciente presentación en Andicom, Jaime Ramírez, gerente de Mercadolibre para Colombia, uno de los portales líderes en la región en comercio electrónico, aseguró que el valor de las compras por internet de los colombianos pasó de 3.100 millones de dólares en 2015 a 5.800 millones el año pasado. Es decir, casi se duplicó. De la cifra total de colombianos que compraron el año pasado en internet, un estudio del Observatorio de Comercio Electrónico y el Ministerio de las TIC encontró que un 14 por ciento lo hace en el exterior, y la mitad de ellos, en China.
Pero, ¿cómo hace un país a 15.507 kilómetros de distancia para vender por internet sus productos como pan caliente, a bajo precio y que lleguen a todos los rincones de Colombia?
Para empezar, China es el mayor productor de manufacturas del mundo y aloja a los más grandes fabricantes en muchas categorías de productos. En segundo lugar, envía estos productos de bajo precio por el operador oficial de correo, cuyo transporte resulta muy barato frente a empresas comerciales, aunque es mucho más lento. El tercer tema es que por tratarse mayoritariamente de mercancías de menos de 200 dólares y 2 kilos de peso, no pagan IVA ni aranceles y solo tienen vigente una tarifa plana del 10 por ciento. 4-72 Hace en Bogotá la mayoría de las entregas de mercancías provenientes de china Sin embargo, no todo lo que brilla es oro al comprar en portales chinos. También en algunos casos aparece la piratería, los incumplimientos, las conductas anticompetitivas y los consumidores afectados.
María Fernanda Quiñones, presidenta de la Cámara de Comercio Electrónico, señala que algunos consumidores han tenido sorpresas desagradables porque al momento de recibir el pedido, han debido pagar aranceles que no conocieron durante la transacción. Así mismo, en algunos casos no resulta claro el tema de las garantías y devoluciones. O incluso los usuarios no han leído la letra menuda de las condiciones y luego terminan con un dolor de cabeza.
El superintendente de Industria y Comercio, Andrés Barreto, explica que el Estatuto del Consumidor impone una serie de obligaciones a los vendedores de bienes y servicios por medios electrónicos domiciliados en Colombia. Sin embargo, ninguno de estos portales chinos tiene presencia en Colombia y esto limita la acción de la entidad. Por eso, recomienda al consumidor verificar, al momento de hacer sus transacciones, qué está comprando, a quién le está comprando y qué mecanismos ofrece para solucionar las controversias.
El superintendente Andrés Barreto recomienda verificar bien las condiciones de los sitios y revisar mecanismos de solución de controversias. El comercio chino llegó para quedarse tanto en establecimientos físicos como en internet. Por esa razón, además de aprovechar las oportunidades, los consumidores deben verificar los riesgos que corren. Para que no terminen con un cuento chino.