Estados Unidos y China fumaron la pipa de la paz esta semana, después de casi dos años de tensiones y de guerra comercial, lo que supone un alivio para la economía mundial. Incluso explica, con otros factores, el bajonazo en el precio del dólar en Colombia de las últimas semanas. Pero quizás la dicha dure poco, pues una vez conocido el alcance del acuerdo, la incertidumbre global regresó. En efecto, todavía se requiere uno más estructural, que fije reglas claras y estables de largo plazo, en beneficio del comercio y la economía global. En este escenario el dólar sufrirá las consecuencias. A finales del año pasado y en el arranque de 2020 el peso se revaluó fuertemente y el dólar cayó a niveles por debajo de los 3.300 pesos, con su registro más bajo desde julio. Eso significó una caída de unos 250 pesos, desde los 3.500 que alcanzó a principios de diciembre.
A nivel global, el dólar se debilitó no solo por la expectativa generada por el acuerdo de los gigantes, sino por los avances del brexit tras la victoria de Boris Johnson y por los anuncios de la FED de mantener estables las tasas de interés. A esto se sumó que las protestas sociales en la región perdieron fuerza durante la época decembrina y el anuncio de un referendo en Chile, que también contribuyó a fortalecer el peso colombiano dada la alta correlación de estas monedas. Algunos analistas consideran que el dividendo extraordinario que decretó Ecopetrol también sumó para que la tasa de cambio cerrara en 3.277,14 pesos. El dólar no cayó más por la escalada en las tensiones geopolíticas en Medio Oriente, tras el asesinato del líder militar iraní Qasem Soleimani y el alza del petróleo.
La gran pregunta es si este comportamiento del dólar a la baja en las últimas semanas presagia un año más tranquilo para el peso o es solo algo pasajero. En otras palabras, si se mantendrá el optimismo con que comenzó el año por las expectativas de la tregua comercial. Muchos analistas piensan que no y el sesgo de la tasa de cambio seguirá al alza, pues todavía persiste la incertidumbre en varios frentes. “El escenario más factible para el dólar es seguir con la dinámica del segundo semestre. Esto es, con un piso entre 3.250 y 3.300 pesos y un techo entre 3.500 y 3.600, aunque hay analistas que hablan de 3.700. Esto sería un 2020 muy similar al segundo semestre de 2019”, afirma Felipe Campos, analista de Alianza Valores.
Múltiples razones explicarían este comportamiento. La principal es que la firma del acuerdo significa un desescalamiento pero no el fin de la guerra comercial. El acuerdo inicial Fase 1 contempla que Estados Unidos bajará a 7,5 por ciento los aranceles a productos chinos por cerca de 120.000 millones de dólares, a cambio de que China compre al menos 200.000 millones de dólares en bienes y servicios de Estados Unidos en los próximos dos años, y se comprometa a no manipular su moneda. Desde comienzos de 2018 y hasta el tercer trimestre de 2019 el yuan perdió alrededor de 10 por ciento frente al dólar. Desde que comenzaron a reducirse las tensiones, ha recuperado 4 por ciento de su valor. El acuerdo, sin embargo, mantiene los aranceles sobre la mayoría de los productos chinos con una tasa general del 21 por ciento, cuando antes de comenzar la guerra comercial pagaban una tasa cercana al 3 por ciento. Además, no aborda los temas que generan las mayores tensiones entre las dos potencias. Estas van desde la lucha por el 5G y los subsidios industriales que entrega Beijing a sus empresas, hasta los controles tecnológicos de exportación y la protección a los derechos de propiedad intelectual que impulsa Estados Unidos. Eso implica que lo más difícil queda para la fase 2. Y esta podría enredarse en medio de la campaña electoral en Estados Unidos. Por esto, resulta probable que su firma tenga que esperar hasta después de las elecciones de noviembre.
Muchos analistas consideran que Trump aceptó firmar el acuerdo con miras a mejorar sus posibilidades de ganar la reelección en noviembre. Pero todo indica que en su segundo mandato endurecería más su postura respecto a los acuerdos comerciales. Esto hace prever que la relación bilateral seguirá enmarcada por la tensión y la lucha por la supremacía global.
Más incendios No solo la controversia con China preocupa a Estados Unidos. La crisis con Irán es otro frente abierto y aunque se ha moderado, sigue latente y podría reactivarse en cualquier momento. Esto le imprimiría más volatilidad a los mercados. También hay factores del mercado financiero como el ingreso de China al índice GBI Emerging Markets. Eso, según Morgan Stanley, implicará que países como Colombia pierdan participación en este indicador, referente para los grandes inversionistas internacionales. Este debut de China podría implicar que los inversionistas extranjeros sigan bajando su exposición al mercado colombiano –al vender TES y sacar dólares– en un escenario de poca liquidez. De hecho, la acelerada recuperación del peso durante la navidad estuvo acompañada de volúmenes discretos de negociación. Esto hizo, por ejemplo, que el precio del dólar oficial se acercara al de la casa de cambio. A nivel regional y local se reactivarán las protestas sociales y los paros, que ya han mostrado tener una incidencia sobre la divisa. Este 21 de enero está convocado el primer cacerolazo del año y el próximo retorno de los universitarios a clases reviven la incertidumbre por la protesta.
Es claro que mientras la incertidumbre global, regional y local se mantenga, el dólar seguirá al alza y muy volátil. Esto a pesar de que los analistas estiman con base en las diferentes métricas de tasa de cambio real que al nivel actual de 3.300 pesos la moneda se encuentra casi alineada con su nivel de largo plazo. Un informe del Grupo Bancolombia asegura que el nivel de la tasa de cambio actual, cercana a los 3.300 pesos es consistente con los fundamentales de la economía local. Y que el abultado déficit en cuenta corriente que exhibe Colombia –para este año bordeará el 4,5 por ciento del PIB– representa una barrera fundamental que impedirá una recuperación adicional de la divisa local. Por eso reafirma su perspectiva de que en 2020 el peso se cotizará en promedio en 3.310 pesos. La tasa de cambio promedio de 2019 alcanzó 3.280 pesos. Este pronóstico es similar al promedio del mercado, que recomienda comprar por debajo de este nivel. Esto significa que durante el primer mes del año fue el momento para comprar.
Tradicionalmente en algunos meses del primer semestre el dólar baja porque comienzan las monetizaciones para el pago de impuestos de grandes contribuyentes. Esto podría generar oportunidades para comprar dólares en meses como abril y mayo. El año empezó tranquilo y con buenas noticias globales. Pero los riesgos que hicieron de 2019 un año difícil siguen latentes. Hasta que la incertidumbre cese y se sepa la intensidad de la desaceleración mundial, resulta recomendable tener un buen porcentaje de dólares dentro de los portafolios para manejar la volatilidad, que por ahora sigue siendo la constante.