El conflicto entre Rusia y Ucrania, que viene ocupando los titulares de los grandes medios durante las últimas semanas, se trata de un problema clásico geopolítico, en el que las grandes potencias tratan de dominar el área inmediata de su ubicación geográfica para proyectar poder más allá de las fronteras, asegura Víctor Mijares, profesor de Ciencia Política y coordinador de la Maestría en Estudios Internacionales en la Universidad de los Andes. Para entender mejor esta tensión que tiene en vilo al mundo, el profesor Mijares da una mirada y cinco puntos clave para comprender no solo lo que está ocurriendo al otro lado, sino cómo este conflicto también empieza a afectar la realidad colombiana.
1. Ucrania perdió Crimea
Aunque la tensión entre los dos países viene de tiempo atrás. Un antecedente reciente se dio en 2014, cuando fuerzas no identificadas, presuntamente rusas, entraron al territorio ucraniano. Además, se dio la secesión de una parte de este país, la península de Crimea que se sumó al territorio de la Federación Rusa.
2. La presión rusa
Todo esto tiene que ver con el proyecto ruso de la construcción de un espacio económico liderado por Moscú. Esta comunidad económica euroasiática tiene como punto fundamental a Ucrania, siendo una de las economías más importantes del antiguo espacio soviético. Así Rusia intenta convencer a los europeos, norteamericanos y a la OTAN que Ucrania forma parte de su área de influencia natural y que, si eso no se respeta, habrá un conflicto.
3. La OTAN y la Unión Europea
Ambos organismos vienen extendiéndose y teniendo fronteras directas con Rusia. Si Ucrania se suma a la OTAN, Rusia estaría rodeada en sus fronteras occidentales, lo que representa un problema de seguridad para ellos. Porque a pesar de que Rusia es una potencia con enorme poderío militar y con gran prestigio diplomático, no es tan fuerte económicamente y está inmersa en un período de decadencia. Rusia ante esta situación ha generado una relación más estrecha con países latinoamericanos como Cuba, Nicaragua y Venezuela, con lo cual el mensaje es que ellos seguirán en estos países, mientras la Unión Europea, Estados Unidos y la OTAN sigan interviniendo en el área periférica y los alrededores rusos.
4. Ucrania está dividida
La polarización parece un síntoma mundial y Ucrania no es la excepción. En este país las últimas dinámicas electorales han mostrado que más de la mitad del país es proeuropeo y sus intereses van hacia ser parte de la Unión Europea y la OTAN. Sin embargo, otra parte del país, por razones históricas, étnicas y lingüísticas, se sienten más cerca del lado ruso. Una división que dificulta aún más la situación.
5. Afecta el bolsillo de los colombianos
Las tensiones geopolíticas entre Rusia y Ucrania tienen un impacto directo en los precios del petróleo y este a su vez en el precio de los combustibles. Así, el impacto no solo está relacionado con el transporte, sino con los fertilizantes de los alimentos. Entonces lo que comemos todos los días está compuesto de petróleo y el aumento de la energía, de los combustibles fósiles, de las materias primas influencia directamente lo que se consume en Colombia. Esto que parece un conflicto tan lejano, en realidad está trayendo consecuencias en las plazas de mercado y, en definitiva, en la dieta de los colombianos.
La relación estrecha entre Rusia y Venezuela también traerá un impacto directo en la seguridad colombiana, teniendo en cuenta que el caso ucraniano podría repercutir en la política de Moscú con Venezuela y las viejas tensiones colombo-venezolanas. Aunque se trate de un problema geopolítico en otro continente, esta tensión ya estaría afectando la realidad colombiana.
Texto cortesía de la Universidad de los Andes.