Trump llegó al poder con la promesa de generar más de 20 millones de empleos y darle un impulso a la economía que venía perdiendo protagonismo en los últimos años. Para este fin, tomó decisiones arriesgadas: recortó los impuestos, principalmente para las empresas, y aumentó de manera importante el gasto público, lo que automáticamente aumentó el déficit fiscal ¿le funcionó la estrategia? Esto dicen los expertos.
Para la publicación inglesa The Economist, si bien los resultados de esta política llevarán a reflejarse algún tiempo, ya se puede evaluar si a Estados Unidos le fue mejor o peor con el magnate, y para esto, recopiló una gran cantidad de cifras macroeconómicas desde el 2017 hasta finales del 2019, para así no incluir las devastadoras cifras de la pandemia que, evidentemente, no han sido de la entera responsabilidad de Trump, pues las economías de todos los países se fueron abajo.
Al analizar el producto interno bruto (PIB), concluyeron que este tuvo un crecimiento más rápido que en los tres primeros años de la administración de Obama y que, en comparación con otros países en el 2018, mientras la mayoría de economías se desaceleraron, la estadounidense prendió motores. Además superó las proyecciones del FMI.
Gracias a los recortes de los impuestos a las empresas, según los análisis previos a la temporada de campaña política a la reelección, se hablaba de que las compañías aumentaron de manera importante sus ganancias, lo que favoreció el comportamiento del mercado de valores. Por otro lado, estos beneficios también se tradujeron en mayor inversión extranjera directa, no obstante aclaran que “hay poca evidencia del prometido auge de la inversión empresarial”.
El pleno empleo
En materia de empleo, quizá uno de los aspectos que más tendrán en cuenta los votantes y que más afecta al ciudadano de a pie, hay varios puntos para analizar. Aunque Trump se jactó del crecimiento en las cifras mensuales, el aumento del empleo fue más lento que en el segundo periodo de Obama. Sin embargo, reconocen que “el desempleo cayó al nivel más bajo desde la década de 1960”, pero explican que esto sucedió en todo el planeta.
En el segmento de la clase trabajadora si se presentó una mejora importante entre el 2017 y el 2019, indicaron los analistas de The Economist.
“Aunque existe cierta controversia sobre la confiabilidad de los datos recopilados en 2020, donde la pandemia dificultó a los investigadores la realización de encuestas, hay una clara evidencia de una aceleración en el crecimiento del ingreso familiar promedio de Estados Unidos a partir de 2017”, dice el artículo.
En materia salarial, también se evidenció un crecimiento en el salario de los estadounidenses peor pagados, algo que no sucedía desde el mandato del demócrata Bill Clinton.
Después de analizar todas estas cifras, The Economist afirmó que Trump logró que la economía de su país tuviera un comportamiento “ligeramente mejor de lo esperado”.
¿Cuáles son sus propuestas para recomponer la economía afectada por la pandemia?
La llegada de la covid-19 cambió todo el panorama económico de Estados Unidos, al igual que sucedió en todo el mundo. Aunque en el tercer trimestre el aparato productivo de ese país registró un crecimiento del PIB de 33,1 por ciento, aún hay mucho camino por recorrer y la incertidumbre continúa.
Uno de los principales objetivos, tal como sucedió en la primera campaña de Trump, está relacionado con la recuperación del mercado laboral, en este sentido se propone expandir los programas de aprendizaje haciendo un puente entre las empresas y la educación para mejorar la empleabilidad. Se calcula que en los primeros tres años de su primer periodo, se crearon más de 6 millones de empleos.
Asimismo, se propone crear puestos de trabajo por medio de estímulos fiscales e inversión en infraestructura pública. Para esto destinará cerca de dos billones de dólares. Por otro lado, para proteger el empleo nacional de sus nacionales se prevé que siga tomando medidas migratorias que afectarían a los trabajadores foráneos.
En materia fiscal, quiere mantener la misma línea de recortes en impuestos para las corporaciones. La mezcla entre bajar impuestos y aumentar la inversión pública sin duda supondrá un gran golpe en materia fiscal y se estima que el endeudamiento público en los próximos 10 años aumentará 1,5 billones de dólares.
Finalmente, en lo que respecta al comercio internacional, su permanencia en el mandato supondría la continuación de la guerra comercial con China y, por supuesto, seguirá con el propósito de favorecer la industria nacional y castigar a las empresas extranjeras bajo su lema “Estados Unidos primero”.