Alicia Barcena, directora ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, aseguró sin matices que la crisis que está avanzando en el mundo no tiene antecedentes y podría extenderse hasta el tercer trimestre de este año incluso.Para la jefa de la entidad regional, que hace parte de la estructura de la Organización de las Naciones Unidas, el problema es que en este caso el impacto proviene tanto del lado de la oferta como de la demanda mundial, pues afecta al factor más importante para cualquier economía: el recursos humano en su faceta central, que es la salud."Estimamos que tendrá efectos devastadores a nivel global y, desde luego, a nivel regional. Será muy distinta a la crisis financiera (de 2008), porque esta es una crisis de personas y apunta a uno de los bienes públicos globales más preciados: la salud humana. No sabemos qué tan rápido se puede lograr una recuperación. No va a ser la clásica, ­como sucedió en 2008 y 2009, cuando hubo una caída y luego una recuperación gracias a los estímulos fiscales o monetarios. En este caso, es una crisis que impacta en la oferta y la demanda, con severos efectos en ambos sentidos", dijo la funcionaria en entrevista con el diario español El País.

Bárcena hizo énfasis en que el problema de ahora es que muchos factores se sumaron a la carga negativa que ya traía la economía mundial. Recordó que antes de que el coronavirus apareciera, China se venía desacelerando y los países desarrollados empezaban a resentir el golpe originado por la guerra comercial que inició Estados Unidos. "Vamos hacia una recesión global de doble dígito que puede durar hasta el tercer trimestre. Será una recesión cuyo único referente sería la depresión de los años 30 del siglo pasado", dijo Bárcena sin ninguna clase de matiz o eufemismo propio de estas entidades multilaterales.Bárcena reiteró que, además de la desaceleración china, ahora es necesario lidiar con la caída de los precios de las materias primas, lo cual afecta especialmente a países en vías de desarrollo como los de Latinoamérica, donde una buena parte de la población es muy vulnerable a choques de ingreso.

Cabe recordar que una de las primeras decisiones de muchos empresarios fue eliminar puestos de trabajo o congelar nóminas, lo que golpea sobre todo a las clases bajas y medias que están siempre al borde de caer en la pobreza."En nuestra región va a afectar a dos países muy fuertemente: México y Brasil - dijo-. Al área automotriz y a la parte electrónica, que también es muy importante. Incluso al sector farmacéutico. Pero existe un cuarto canal: la intensificación de la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales. Con una menor demanda de activos financieros de América Latina y el Caribe se produce una fuerte depreciación de las monedas".Hasta el momento, esto último es lo que se ha evidenciado: las monedas latinoamericanas han sufrido una pérdida de valor a niveles históricos. Solo el dólar en el mercado colombiano ya superó la barrera de los $4.000, nivel no visto antes en el mercado de divisas local.También mostró mucha preocupación por lo que podría ser la caída del turismo, sector clave para economías como las del Caribe. Según sus cuentas, si los ingresos del turismo caen 10%, el choque para el PIB sería del "0,8% en el Caribe, 0,3% en México, 0,1% en Centro América y un 0,1% en América del Sur. Pero si la caída fuera de un 30%, en el Caribe, por ejemplo, caería un 2,5% del PIB. En el Caribe, el turismo emplea a alrededor de 2,4 millones de personas y representa el 15,5% del PIB. Es un golpe muy fuerte a las pequeñas y medianas empresas, a los hoteleros, a los restaurantes".

El otro panorama crítico es el del empleo, pues en un escenario de impacto moderado, con una caída de 1,8% en el PIB, el índice de desocupación aumentaría 10%. Pero si va más allá, el golpe al mercado laboral llevaría a la pobreza a 35 millones de personas y de ellas, 13,3 millones de personas irían directo a la pobreza extrema.Barcena cerró su conversación con el diario español señalando la profunda preocupación por cuenta de los niveles altos de informalidad que hay en la región. El 53% de las personas trabajan por cuenta propia, recordó. "Es un tema muy de fondo, porque esa gran población enfrentará muchas dificultades por las restricciones por las cuarentenas y la bajada de la actividad económica  -dijo-. Segundo: solamente hay seis países de la región que tienen un seguro de desempleo (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Uruguay). Además, el 43% de la población no tiene un seguro de salud". Un aspecto relevante, para Bárcena, tiene relación con las desigualdades de género entre hombres y mujeres. "Son las mujeres las que llevan una carga mayor ahora que los niños han dejado de ir a la escuela (70 millones de alumnos, desde el nivel preescolar hasta el terciario) y no pueden tener la misma competitividad en el teletrabajo", explicó.Por tratarse de la representante de una entidad multilateral, el mensaje que envía resulta crudo pero realista. Sin lugar a dudas, el mundo entró en un terreno completamente nuevo y hostil, en el cual las herramientas tradicionales para enfrentar las crisis pueden resultar ineficaces. De ahí que muchos estén viendo este panorama tan desolador.