La inflación es uno de los indicadores económicos más importantes para cualquier país. Un nivel alto en el incremento de los precios al consumidor puede ser catastrófico para una economía, pero si el indicador es negativo durante varios periodos de tiempo, sus consecuencias también podrían ser negativas. “Algunos meses de inflaciones negativas son hasta para que la gente celebre. La experiencia de otros países nos ha mostrado que las deflaciones continuas en el tiempo empiezan a tener unos impactos complejísimos en la actividad económica real”, dijo Munir Jalil, economista jefe para la Región Andina de BTG Pactual. Lea también: Inflación de Colombia en agosto fue de -0,01% Japón es el ejemplo perfecto de los efectos negativos de la deflación, pues lleva varios años con el indicador negativo, lo que ha impedido que se dé un crecimiento económico sostenible.  “Los precios son un reflejo de la actividad económica. Cuando esta va por buen camino, se genera un aumento de precios, pero cuando la economía está débil, sucede lo contrario”, dijo Camilo Pérez, gerente de investigaciones económicas del Banco de Bogotá. La baja inflación también afecta el comportamiento del consumo, sobre todo, de bienes durables o semidurables como vehículos o viviendas.  “Uno no compra cosas en la vida para que valgan menos. Si voy a comprar hoy un carro, pero mañana vale menos, pues me espero a que valga menos y si el precio sigue bajando, pues más voy a seguir esperando. Por ese lado le pegaría al consumo: la gente buscaría tener un consumo mínimo y guardar la plata solo para cuando le toque”, dijo Munir Jalil. El dato de inflación mensual de Colombia en agosto (-0,01%) sorprendió al mercado, que esperaba que el indicador fuera positivo y reflejara la recuperación que ha intentado implementar el país. Sin embargo, pese a que el indicador ha sido bajo durante los últimos meses, no es un motivo para preocuparse en Colombia. “El efecto de reversa de muchos de los subsidios públicos continuará introduciendo algo de ruido en los pronósticos, incluyendo la dificultad de rezagos en ajustes de precios. Al cierre del año, la mencionada debilidad en la demanda agregada implicará que inflación estará en el rango 1,5% y 1,8% anual”, dijo Nelson Vera, exvicepresidente de Anif. Si se logra evidenciar que la caída de la inflación en Colombia está más relacionada con la baja demanda y no con algunos alivios que ha dado el Gobierno nacional, los analistas creen que puede haber espacio para una nueva reducción en las tasas.  Lea también: Banco de la República cambiará su manera de medir la inflación en Colombia “Como la inflación es el reflejo de la demanda, eso es lo que va a ver hacia adelante el Banco de la República. Si la inflación es baja y la demanda débil, eso es un indicador para que siga bajando las tasas de interés, pero si el efecto de la baja inflación es por temas regulatorios y temporales, ahí no hay acción para tomar”, dijo Camilo Pérez. El consenso entre los analistas es que la inflación de Colombia terminará el 2020 por debajo de la meta de largo plazo del Banco de la República del 3%, pero no caerá lo suficiente como para llegar a ser negativa. A agosto de este año, la inflación anual se Colombia se ubicó en 1,88%, cuando un año atrás era de 3,75%.