“Todos los países de América Latina y el Caribe sin importar el tamaño tienen una capacidad enorme de resiliencia y han demostrado en el tiempo la capacidad de construir historias poderosas de transformación”, dijo Sergio Díaz-Granados, presidente de la CAF en la instalación del VII Congreso de CEAPI, que se reúne en Cartagena.
Reconoció que, aunque en los últimos 30 años la región ha corregido muchos de sus problemas, “nos faltan corregir otras. Tenemos un déficit de crecimiento, de confianza y de esperanza y hay que corregirlos”, dijo.
Díaz-Granados advirtió que la región tiene un serio problema de productividad, pues, según sus cálculos, América Latina produce apenas un tercio lo que produce Estados Unidos.
A su juicio, se observa un retroceso en la confianza en las democráticas y está un factor que está afectando la región: la seguridad. “Los bancos de desarrollo estamos trabajando para hacer un paquete conjunto y atender el problema de la inseguridad desde México hasta Argentina”.
Además, en materia de esperanza el reto es gigantesco. Se trata de darle esperanza a los jóvenes: “Tenemos 30 millones de jóvenes en América Latina que ni estudian ni trabajan, pero al mismo tiempo es un gran recurso humano y un gran talento que tiene la región que pudiéramos aprovecharlo al máximo. Tres millones de esos jóvenes están en Colombia y necesitamos rápidamente tomarlos y traerlos al mercado, ponerlos a producir, bien sea porque inicien sus empresas o para que se vinculen a emprendimientos existentes”, dijo el presidente de la CAF.
Agregó que una de las llaves para activar con las universidades en Colombia es el tema de la pertinencia en la formación técnico-profesional. “Casi el 30% de los jóvenes que se gradúan en Colombia no encuentran trabajo. Es decir, si no hubieran ido a la universidad, hubieran hecho un mejor negocio. No se hubieran gastado 5 años de su vida, ni se hubieran endeudado sus padres, porque al final de la universidad no encuentran trabajo. Hay un problema de pertinencia que tenemos que corregir en el mercado”, agrega Díaz-Granados.
Frente a las dificultades que tienen los países en materia de deuda, Díaz-Granados explicó que la región ha pasado por tres crisis en los últimos años: la del 2008, que fue financiera; la del 2015, de materias primas, y la del covid. “Esas tres crisis que la hemos visto en esta generación han apilado la deuda pública y han generado un recalentamiento en las finanzas”.
“Entonces, la manera como tenemos que trabajar en América Latina es creando vínculos, creando instrumentos que movilicen a ciudadanos al sector privado, hacia esas inversiones, como en infraestructura”, aseguró.
Según él, es necesario movilizar más recursos hacia América Latina para el financiamiento de infraestructura. De acuerdo con los cálculos de la CAF, de México hasta Argentina se requieren aproximadamente un trillón de dólares en inversión en infraestructura. Solamente en carreteras necesitamos 732 mil millones de dólares para conectar bien América Latina y el Caribe”, dijo.
Manifestó que lo mismo que pasa con las carreteras o las autopistas, también se replica en infraestructura eléctrica. Aseguró que los países de la región tienen que compartir la matriz energética para tener un mejor cubrimiento y dar certidumbre y seguridad, que incluye también el gas natural, lo que llamó “la energía de la transición”.
“Esa transición energética no puede ser un salto al vacío. Y tiene que ser justa con América Latina y el Caribe. Que es la región que menos ha contaminado. Y que está pagando más las consecuencias del cambio climático”, dijo Díaz-Granados.
Otro de los grandes retos que describió Díaz-Granados es el migratorio. “Tenemos al menos unos 50 millones de personas que por condiciones económicas complejas han tenido que moverse. No importa las razones que sean, sanciones económicas o problemas de crecimiento económico. No importa. Pero lo cierto es que eso es empobrecimiento de la región”, puntualizó.