La Junta Directiva del Banco de la República, en su reunión del pasado 29 de septiembre, mantuvo estables las tasas de interés en 13,25 %, a pesar de los permanentes pedidos del Gobierno y de distintos gremios, como la Andi y Asobancaria, para que iniciara el proceso de reducción y sirviera para impulsar la economía que viene en un fuerte proceso de desaceleración.
En esta ocasión, la decisión no fue unánime: mientras que cinco directores de la Junta votaron a favor de mantener las tasas, dos optaron por un recorte de 25 puntos básicos. El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, hizo énfasis en esta discrepancia, y resaltó la preocupación del Gobierno nacional por priorizar la reactivación económica.
Sin embargo, así como la economía se está enfriando; la inflación, si bien viene reduciéndose, no lo hace a la velocidad que se requiere y, por el contrario, tiene presiones que generan incertidumbres hacia el futuro.
Como señaló en su comunicado la Junta Directiva del Banco de la República, la inflación total en agosto fue de 0,7%, por encima del 0,5% esperado por el equipo técnico y el mercado. En términos anuales, la inflación total se ubicó en 11,4%, descendiendo por quinto mes consecutivo y la inflación básica (sin alimentos ni regulados) se redujo por segundo mes, llegando a 9,9%.
“A pesar de la reducción de la inflación anual, su nivel se mantuvo alto y alejado de la meta. Las expectativas de inflación registraron ligeras variaciones. En el caso de los analistas, sus expectativas de inflación según la encuesta de agosto aumentaron a 5% para finales de 2024 en la mediana de la muestra”, señala el pronunciamiento.
Agrega el comunicado que, si bien la economía se ha continuado desacelerando, en el agregado la actividad económica se mantiene en niveles superiores a los que se observarían de haberse mantenido la tendencia de crecimiento previa a la pandemia. Estos elevados niveles de actividad han estado acompañados de dinamismo en el mercado laboral, el cual sigue registrando crecimientos de la ocupación y tasas de desempleo inferiores a las de los últimos cinco años.
“La mayoría de la Junta considera que con la información disponible no es prudente iniciar un proceso de reducción de las tasas de interés, cuya sostenibilidad en el tiempo enfrentaría riesgos importantes”, concluyó el comunicado.
Como señaló Anif, la mayoría de los directores consideraron aún prematuro un relajamiento de tasas, alineándose con las expectativas de la mayoría de las entidades encuestadas en la Encuesta ANIF Repo-Central y con la posición de ese centro de pensamiento, especialmente en un contexto donde la inflación mensual para el mes de agosto interrumpió su tendencia bajista y se ubicó por encima de las expectativas de los analistas.
Si bien en septiembre hubo consenso en que la junta del Emisor mantendría inalteradas las tasas de interés e, incluso, se preveía una votación dividida por la posición pública del ministro Bonilla pidiendo que se iniciara la reducción de las tasas, hacia el futuro no está claro el rumbo que tome la junta.
Las presiones sobre la inflación se mantienen tanto que el Gobierno sorprendió el pasado lunes 2 de octubre con una decisión: determinó no aumentar los precios de la gasolina, como lo había venido haciendo cada mes desde octubre del año pasado, llevando el precio de 9.300 a 14.000 pesos.
De hecho, precisamente una de las presiones al índice de precios al consumidor viene de la gasolina y los aumentos que ha tenido. Según Anif, para agosto, la división de Transporte en materia de inflación tuvo un incremento mensual de 0,9% y una contribución de 12 puntos básicos. “Como ha venido ocurriendo en los últimos meses, el factor que más presiona al alza esta división es el incremento del precio de los combustibles para vehículos, que este mes presentó una variación de 3,5%”, dice el análisis.
El ministro Bonilla explicó que el descanso en los incrementos se decidió, teniendo en cuenta la coyuntura con los taxistas, pues no se inscribieron de forma masiva para que les devuelvan parte del incremento en el costo del galón.
Sin embargo, para otros, detrás de la decisión habría, además, una combinación de factores políticos y económicos. El político, que el país entra en la recta final de las elecciones regionales que serán el 29 de octubre, y el económico, la decisión de la junta directiva del Banco de la República de no iniciar la senda de reducción de las tasas de interés porque aún persisten tensiones sobre la inflación, como los precios de la gasolina. Esto podría quitarle un peso a la inflación y facilitar en el futuro cercano una decisión de la junta para poner en marcha la reducción de tasas.
La junta del banco tiene dos momentos en lo que resta del año, en octubre y en diciembre, para mover las tasas y hay división entre los analistas sobre en qué instante comenzará la reducción y de cuánto será el movimiento.
Según Anif, la propuesta de un relajamiento en la política monetaria implica que el efecto contractivo sobre la demanda interna ya ha sido suficiente, pero, “la persistencia de la inflación núcleo por encima de niveles históricos demuestra lo contrario. Esta canasta del IPC, que mide el comportamiento de los precios controlando la volatilidad de los alimentos y los energéticos, es un buen indicador de que aún hay excesos de demanda, por lo que la tarea de las autoridades monetarias por controlar los desequilibrios en la economía aún no ha terminado”, agregó Anif.
Dijo que las decisiones de política monetaria de Estados Unidos inciden directamente en la postura local. “En primer lugar, la devaluación del peso frente al dólar podrá restaurar las presiones inflacionarias locales vía el encarecimiento de la deuda y los bienes importados, lo que hará necesario una postura contractiva del Banco de la República por un tiempo más prolongado. Además, en tanto los altos tipos de interés mantengan al alza los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, se podrá generar una presión adicional para que el Banco de la República mantenga tasas altas que sean competitivas en el mercado de renta fija”, explicó Anif.
En un informe anterior a la decisión de la junta del banco, Corficolombiana señaló: “Esperamos que el Banco de la República mantenga estable la Tasa de Política Monetaria en su reunión de esta semana, postergando hasta octubre el inicio de un ciclo gradual de relajamiento monetario —más lento de lo que preveíamos hasta hace poco— con una reducción de 25 puntos básicos, seguida por otra de 50 puntos básicos en diciembre, de manera que la tasa de intervención cerraría 2023 en 12,5%. Estas decisiones se transmitirían plenamente sobre la economía colombiana dentro de 12 meses o más, es decir, hacia finales de 2024, dado el rezago con el que actúa la política monetaria”.
Y agregó que la evolución de las expectativas de inflación será clave para que el Banco de la República pueda iniciar el proceso de recorte de tasas en los próximos meses y continuarlo en 2024. Pero Corficolombiana lanzó una advertencia: “Un aumento del salario mínimo de 2024, muy superior a la inflación de este año, y un deterioro adicional de la prima de riesgo país asociado a la incertidumbre en torno a la disciplina fiscal, pueden presionar al alza las expectativas de inflación y dificultar el proceso de normalización monetaria”.
Por su parte, el BBVA Research señala que la decisión dividida de la pasada junta del banco se encuentra en línea con su expectativa y marca el inicio de la discusión sobre el tiempo oportuno para empezar lo que llamó “el ciclo bajista en tasas”.
“Consideramos que los datos del mercado laboral, la sorpresa reciente en la inflación y el incremento en las expectativas de inflación limitan la toma de esta decisión tanto en la actual reunión como en la de octubre, por lo que mantenemos nuestra expectativa de que el inicio del ciclo bajista de tasas se daría en diciembre de este año. Es posible que en la próxima reunión se mantenga la votación dividida con un balance más apretado, pero no suficiente para iniciar el ciclo de rebajas”, dijo Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research.
Para Scotiabank Colpatria, a pesar de la continua desaceleración de la inflación, no se espera que el Banco Central inicie una disminución de la tasa de interés de referencia, ya que la inflación sigue en dos dígitos y la actividad económica parece mantenerse sólida. “Por lo tanto, el mandato del Banco de la República de controlar la inflación seguirá siendo prioritario. Es posible que la reducción de tasas de interés se considere a partir de diciembre”, anticipó esta entidad financiera.