Las restricciones para los restaurantes del país en época de pandemia están generando un fuerte impacto en el empleo, en los ingresos de las empresas de la gastronomía, y en las arcas de los departamentos y municipios del país.En materia de empleo, el efecto de las medidas de aislamiento decretadas por el gobierno para evitar los contagios en sitios cerrados como las instalaciones de los restaurantes ha sido grande.Se estima que hasta mayo las decisiones laborales adoptadas por los dueños de restaurantes contribuyeron al 4,3 por ciento de las cifras totales de desempleo que registró el país, y han supuesto hasta ahora la pérdida de no menos de 200.000 puestos de trabajo.Estas cifras hacen parte de un estudio realizado por la Federación Nacional de Departamentos, FND, cuyo director ejecutivo Carlos Camargo Assís, propuso agilizar los planes piloto de reapertura para mitigar, por lo menos, las dramáticas consecuencias sociales del desempleo. Hasta el 30 de mayo último, había quedado cesantes 4 millones 694 mil personas.“Hay miles de familia sufriendo por esta causa y eso no deja de ser injusto con un sector como el de los restaurantes que ha tenido una amplia tradición de formalidad y de cumplimiento de sus obligaciones tributarias en los 32 departamentos y en el Distrito Capital”, explicó.El impacto también lo están sintiendo los fiscos regionales, pues a la menor actividad económica, a las fuertes restricciones en el consumo y a los altos niveles de desempleo se han sumado algunas medidas que estrangulan aún más las finanzas locales.

En el primer semestre, la caída del recaudo de impuestos regionales fue del 22 por ciento y supera 1 billón de pesos.Esto ocurre porque, mientras permanecen cerrados los establecimientos formales, que recaudan y transfieren estos impuestos, los que hacen ventas ilegales y no tributan siguen operando. De hecho, en el primer semestre las autoridades se han incautado de más de 21.000 botellas de licor y unas 69.000 de cerveza.

Carlos Camargo, presidente de la Federación de Departamentos, le propuso al Gobierno evaluar nuevos mecanismos de garantía por parte de la Nación que faciliten las operaciones de manejo de deuda. El vocero del gremio de los gobernadores alertó sobre los efectos perniciosos que, en su opinión, están provocando a los fiscos regionales la frecuente implantación de medidas excepcionales como la ley seca y el toque de queda. De acuerdo con su análisis, si bien es cierto que, en contravía de la cultura del autocuidado promovida por el Gobierno Nacional, algunas personas han realizado fiestas y reuniones clandestinas, también lo es que se trata de casos aislados que no ameritan que con frecuencia se esté apelando a medidas de corte marcial como las prohibiciones prolongadas y absolutas de la venta de licor.

Esas medidas que el directivo denomina “de corte marcial y absolutamente excepcional” se suman a otras causas que hacen que el consumo de licores, principal fuente de ingresos para los departamentos, impacte profundamente la estabilidad financiera y presupuestal de las entidades territoriales.Pero no son las únicas cifras de recaudo que caen. De acuerdo con cifras de la FND, en lo corrido del año el impuesto de registro cae 25 por ciento, el que se aplica sobre vehículos descendió un 22 por ciento, el de loterías un 19 por ciento y ante las restricciones de movilidad, la sobretasa a la gasolina ha caído 17 por ciento.

Las medidas de toque de queda y de ley seca deben tener  un mejor manejo dice la Federación de Departamentos. Imagen de Ibagué.En junio, 25 de los 32 departamentos del país presentaban una disminución mayor al promedio de -46 por ciento de sus ingresos tributarios, mientras que el promedio de la caída en el impuesto de licores ya supera el 50 por ciento, comparado con el del año pasado.Entre las afectaciones más grandes están las que provoca la caída del impuesto al consumo de las cervezas. En solo cervezas importadas, la variación del impuesto al consumo era hasta junio de -72 por ciento, una cifra preocupante para los departamentos, que tienen en este a uno de los impuestos que mayor recaudo les aporta. Esas cifras explican por qué los departamentos están jugando un papel cada vez más activo en la definición de medidas de emergencia para garantizar los gastos de funcionamiento, pues están entre los más afectados por la pandemia.

Una de sus más reciente propuestas fue la creación de mecanismos de compensación del Sistema General de Participaciones que garanticen la prestación de servicios esenciales. Igualmente, le pidieron al Gobierno Nacional evaluar nuevos mecanismos de garantía por parte de la Nación que faciliten las operaciones de manejo de deuda y contratación de nuevas operaciones de crédito público de los entes territoriales.Para los departamentos, las operaciones de manejo permiten bajar la presión de gasto en las vigencias de mayor afectación por la pandemia. Esas operaciones de crédito podrían ser fuente alternativa para iniciar también la ejecución de los planes de desarrollo, que se ha visto rezagada.