En 2019 Colombia volvió a sorprender en la región con el buen comportamiento de su economía. De acuerdo con el Dane, el producto interno bruto (PIB) creció 3,3 por ciento el año pasado. La cifra confirma que en 2019 la economía nacional continuó su proceso de recuperación y volvió a crecer por encima del 3 por ciento después de cinco años. Y tuvo ese repunte en medio de un escenario de desaceleración global y regional. En efecto, la economía mundial creció a su menor tasa desde la crisis financiera de 2008, mientras que 18 de las 20 economías de América Latina se frenaron.

En Colombia repuntaron casi todos los sectores productivos, y el consumo y la inversión privada lideraron el crecimiento. Incluso hubo una leve aceleración en el segundo semestre de 2019 y, pese a la protesta social y al paro nacional, en el cuarto trimestre no hubo una caída fuerte de la actividad económica. Pero aún es pronto para cantar victoria. Justamente ese descontento social manifestado en las calles puso en evidencia el deterioro del mercado laboral, de los principales indicadores sociales, el ingreso y equidad, así como una baja protección social, todo ello a pesar del repunte económico. Las cifras muestran que sectores tan importantes como la construcción de vivienda no despegan. Tampoco lo hacen otros sectores intensivos en empleo como industria y agricultura.

El director del Dane, Juan Daniel Oviedo, explica que la economía mejora pero el empleo no porque “estamos creciendo en actividades económicas que no tienen un alto encadenamiento productivo y, por lo tanto, no son multiplicadores de empleo”. Por eso resulta clave generar incentivos para seguir diversificando la economía y exportar más; así como reducir la dependencia de los ingresos petroleros y sectores con bajo valor agregado. Sin duda, el país no se puede conformar con bajos crecimientos y un potencial alrededor del 3,5 por ciento.  LO BUENO • Consumo, el gran impulsor. Los hogares empujaron el repunte de la economía con su consumo, que creció 4,6 por ciento ante las bajas tasas de interés, una inflación controlada, el incremento de la población migrante y el buen comportamiento de las remesas. Estos factores impulsaron sectores como servicios financieros, comercio y la administración pública. 11 de los 12 sectores crecieron, lo cual representa un repunte generalizado de la actividad. • La inversión se reactivó. Las importaciones de maquinaria y equipo de construcción –ante las expectativas que generó la Ley de Financiamiento– y la reactivación de las obras viales de cuarta generación (4G), lideraron el buen comportamiento de la inversión. Esta creció 4,6 por ciento, una cifra que no se observaba desde 2014. • La niña bonita de la región. Colombia tiene el mayor crecimiento entre las grandes economías de la región. Brasil creció apenas un 1 por ciento mientras que Chile lo hizo al 0,8 por ciento. México no creció y Argentina cayó el 3 por ciento. América Latina desaceleró hasta el 0,1 por ciento en 2019. LO REGULAR • Pasaron raspando. Varios sectores crecieron, pero desaceleraron frente a 2018. Es el caso de la industria manufacturera que pasó de crecer 1,8 a 1,6 por ciento; el agro creció 2 por ciento, luego de alcanzar 2,4 en 2018 y 5,6 en 2017. El grupo de información y comunicaciones también cayó de 2,9 a 1,7 por ciento. 5,15 por ciento cayó el PIB per cápita por efectos de la devaluación. Pasó de 6.910 a 6.555 dólares por habitante.  • Problemas minero-energéticos. El sector minero repuntó luego de un año muy malo, pero su crecimiento sigue siendo débil, con 2,1 por ciento en 2019. Esto se debe a unas condiciones globales inciertas y una industria del carbón aún débil.

• Más pobres. La economía colombiana llegó a 1.062 billones de pesos. No obstante, al comparar esta cifra con los 49,4 millones de habitantes en 2019 da un PIB per cápita de 1.792.233 pesos mensuales, 5,27 por ciento más que en 2018. Pero en dólares cayó 5,15 por ciento al pasar de 6.910 a 6.555 dólares por habitante.   Y LO MALO • Vivienda, el gran lunar. Con una bajada del 7,7 por ciento, la construcción de edificaciones siguió como el principal lastre para el crecimiento de la economía. Los altos inventarios de los segmentos medio y alto no han permitido un mayor dinamismo del sector. Reactivarla, una gran tarea pendiente. -0,8 por ciento cayó el número de ocupados en 2019. • Crecimiento sin empleo. A pesar del repunte de la economía el desempleo promedio se mantuvo en niveles de dos dígitos (10,5 por ciento nacional y 11 por ciento en 13 ciudades principales). Esto obedece a que sectores intensivos en empleo como la agricultura y la industria crecieron poco: alrededor del 2 por ciento. • Deterioro externo. Las importaciones crecieron 9,2 por ciento, pero las exportaciones cayeron 3,1 y siguen restándole al crecimiento del PIB ante la desaceleración de la economía global y la guerra comercial. Las exportaciones no tradicionales apenas si crecieron, lo cual muestra que el gran reto sigue siendo diversificar el aparato productivo y exportar más. ¿Y EN 2020 QUÉ? • Lo que piensa el gobierno. El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, espera en 2020 un crecimiento del 3,7 por ciento, tres puntos básicos menos que el 4 por ciento previsto hace un par de meses. Es un crecimiento similar al estimado por organismos internacionales como el FMI y la Ocde, que prevén entre 3,6 y 3,5 por ciento respectivamente. Esta cifra también supera la que calculan otros países grandes de la región.

• Lo que esperan los analistas. El mercado prevé un crecimiento alrededor del 3,2 por ciento. Esto significa un año muy parecido a 2019. El consumo se moderaría y la inversión lideraría el repunte de la economía de nuevo. La agricultura y la construcción acelerarán su ritmo, mientras la administración pública y la minería desacelerarán. 3,7 por ciento estima el Gobierno que crecerá la economía en 2020. El mercado apuesta por un 3,2 por ciento • La diferencia no es menor. Las diferentes proyecciones implican crecer o no por encima del nivel potencial de la economía –alrededor del 3,5 por ciento–, un rango que marca la diferencia entre generar más o menos empleo en el país.