Los colombianos tienen que pedalear mucho a lo largo de su vida para tener un ingreso proveniente del trabajo, el cual, al final del día, es irrisorio, pues el promedio es de 24,8 millones de pesos al año, lo que concuerda con el hecho de que la mayor parte de la población no gana más de un salario mínimo en el país.
En Colombia, históricamente los ingresos provenientes del trabajo no suben y suben menos para las mujeres. La explicación a esa circunstancia la halló el Dane, al destapar el informe sobre Cuentas de Transferencia, que mide una diversidad de variables, con el propósito de definir perfiles de ingreso, consumo y transferencias, de manera que se logre medir de forma más acertada el bono demográfico, es decir, el dato que permitirá enfocar la política pública social.
Los resultados
Entre los resultados que evidenció la directora del Dane, Piedad Urdinola, se destaca el hecho de que, a nivel nacional, los trabajadores alcanzan su máximo ingreso promedio anual a los 37 años, y la cifra es de $24.805.033.
Las diferencias entre mujeres y hombres son visibles. Para las mujeres, el nivel máximo de ingresos se registra a los 36 años, con un promedio de $21.197.216. En el caso de los hombres, el máximo ingreso llega a los 39 años, pero es más alto, de $29.200.658.
Es recurrente que en el país existe una amplia brecha entre el ingreso femenino y el masculino, como se evidencia también en estos resultados, donde la distancia entre ingresos máximos es de $8.003.442 a favor de los hombres.
Diferencias entre asalariados y cuenta propia
Para el análisis de las cuentas de transferencia del Dane, en términos de ingresos laborales, se establecen dos tipos de ingresos del trabajo: los que reciben los asalariados, que tienen un trabajo formal, y los que llegan por cuenta propia, que corresponde al perfil de ingreso per cápita de autoempleados o empleados independientes.
Los resultados encontrados ponen sobre la mesa otra realidad en Colombia y es la desigualdad que impone la precariedad de un trabajo informal.
Es así como, mientras que los empleados alcanzan el nivel máximo de ingresos a los 36 años, los autoempleados lo consiguen a los 42 años. La brecha en ingreso es evidente: “una brecha de ingresos de $12.734.166 a favor de los empleados”.
Según las explicaciones de Urdinola, lo que evidencia este resultado es la alta informalidad laboral y el efecto de los diferentes niveles educativos y habilidades.
Es así como, las personas con niveles educativos más bajos tienen menos probabilidades de conseguir empleos formales bien remunerados.
De nuevo, las mujeres son las más afectadas
En lo referente a las distancias en ingreso que tienen los asalariados y los trabajadores por cuenta propia, de nuevo aparecen las mujeres como las mayores afectadas.
“Mientras que para los hombres empleados el máximo de ingresos es de $20.991.322, para las mujeres es de $17.555708. Los hombres autoempleados, alcanza a los 42 años el máximo de ingreso, con solo $9.280.290, mientras que para las mujeres tardan más: el nivel máximo se presenta a los 45 años, con un ingreso per cápita anual de $3.992.510.