Aunque la economía mantiene una dinámica de recuperación frente al pálido resultado de 2023, de apenas 0,6 % de crecimiento y que tocó las puertas de la recesión, los resultados del tercer trimestre de este año no fueron los mejores.
El Dane reveló este lunes la cifra de crecimiento de ese período que fue del 2 %, frente al mismo lapso del año pasado. El dato estuvo por debajo de las expectativas del mercado, que lo situaban en 2,3 %, en promedio, o del 2,4 %, del Banco de la República. Incluso analistas como Corficolombiana lo proyectaban en 2,5 % y para otros, como Credicorp Capital, estaría bordeando el 3 %. Además, contrastó con buenas noticias, como la caída de la inflación o la reducción de las tasas de interés por parte del Banco de la República, que, si bien se esperaban más rápidas, la junta paulatinamente las ha venido disminuyendo y ya se encuentran en un dígito.
Varias preocupaciones quedaron tras los resultados del PIB del tercer trimestre. Por una parte, que el crecimiento es heterogéneo y apenas tres sectores se convirtieron en los más importantes motores de la economía. De acuerdo con el Dane, ellos fueron: agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, que creció 10,7 % y contribuyó con 1,1 puntos porcentuales a la variación anual; actividades artísticas, de entretenimiento y recreación y otras actividades de servicios con un crecimiento de 14,1 % y una participación de 0,5 puntos porcentuales a la variación, y administración pública y defensa, cuyo incremento fue del 2,1 % y un aporte de 0,3 puntos porcentuales a la variación. “En lo corrido del año 2024, respecto al mismo período del año anterior, el producto interno bruto presenta un crecimiento del 1,6 %”, señaló la entidad.
“No estamos encontrando una fuente potente que nos lleve a acelerar los ritmos de expansión. Este 2 % se parece un poco a los resultados que teníamos en el trimestre anterior y más aún cuando vamos al fondo encontramos que hay un comportamiento bastante heterogéneo dentro de los sectores de la economía. Son solo tres sectores los que más empujan a la economía colombiana, entre ellos la parte agrícola con una buena coyuntura para las cosechas de café, en la parte de sectores públicos algo de normalización en los gastos administrativos y en la parte de entretenimiento las apuestas por internet”, explicó Scotiabank Colpatria en su análisis.
Por otra, como advirtió el exministro José Manuel Restrepo, se esperaba un mejor comportamiento del PIB en este período, “mucho más teniendo en cuenta ya el efecto base del trimestre similar de 2023, que fue de -0,6 %”.
Para Restrepo, continúa el mal desempeño de industria y minería. “Aquí ayudarían mucho mensajes de certidumbre y una política de reactivación; el comercio y los servicios tienen un comportamiento mediocre y necesitan una política activa de recuperación. El sector de la construcción de vivienda sigue muy golpeado y no está mejorando con respecto al trimestre anterior. Está empeorando y la política activa de subsidios es urgente. En demanda, nada que reacciona el consumo ni las exportaciones con respecto al trimestre anterior. Es urgente recuperar esos motores”, señaló.
Otra preocupación la entregó el área de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá: al hacer el análisis de las series ajustadas por efecto estacional, “se evidencia que la economía ha ido de más a menos. En efecto, el avance trimestral de la economía pasó de +1,2 % en el primer trimestre a +0,5 % y +0,2 % en el segundo y tercero, respectivamente”.
Como señaló el área de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, la actividad sorprendió a la baja, mientras recuperación ha sido débil y dispar. Y lanzó una preocupante advertencia en un escenario en el que el sector público ha sido protagonista: el gasto público dejó de contribuir al crecimiento económico.
“El gasto público dejó de dar soporte a los registros de actividad. Por el lado de la demanda, el gasto público pasó de exhibir un avance anual de +4,8 % en el segundo trimestre, a una contracción de -4,3 % en el tercero, consolidándose como el segundo peor registro desde el inicio de la serie en 2005. Con un menor aporte del gasto gubernamental, las cifras hacen evidente lo frágil y dispar que ha sido la fase de recuperación económica en 2024. Entre las ramas con peor desempeño se destacan el petróleo, la minería y manufactura”, aseguró el informe del Banco de Bogotá.
Agregó que el gasto del Gobierno pasó de aportar +0,8 puntos porcentuales al dato del crecimiento del segundo trimestre, a restar -0,7 puntos porcentuales en el tercero. “Para el cierre de año, el impacto en actividad sería mayor, pues se requiere de una corrección más acentuada del gasto de la nación para honrar la regla fiscal”, advirtió el Banco de Bogotá.
Desde las ramas con peor desempeño, el sector de petróleo y minería, que en el pasado fue uno de los motores de la actividad del país, se adentró en terreno negativo al evidenciar una contracción de su actividad de -7,1 %, la más alta desde la pandemia. Acá, tanto la producción de carbón como la de petróleo se vieron afectadas por las protestas y cierres que se dieron en el trimestre, además de la incertidumbre vigente que generan algunos anuncios del Gobierno. De hecho, los resultados del tercer trimestre de Ecopetrol, con caída en sus ventas y utilidades, son el claro ejemplo de la contracción del sector.
La segunda área con peor dinamismo fue la manufactura que completó un año y medio de caídas anuales en su producción. “Además de los efectos negativos en la refinación y coquización de petróleo, por el mantenimiento en algunas centrales, el resultado muestra también una débil mejora del consumo de los hogares por bienes durables producidos en el país. En general, esto último ha sido un fenómeno visto a nivel global donde los consumidores han dado mayor peso al consumo servicios que al de bienes, y Colombia no ha sido ajeno a esta tendencia. En lo corrido del año, los datos de PMI global muestran una persistencia de dicho fenómeno que, en el caso local, se vio aún más acentuado por la apreciación del peso del primer semestre. En particular, si bien los hogares aumentaron su disposición de compra por este segmento, el menor costo de los importados los hizo preferir dichos productos”, dijo el Banco de Bogotá en su análisis.
Finalmente, el suministro de servicios públicos evidenció una disminución en su crecimiento, confirmando la dilución del choque transitorio de las altas temperaturas sobre la demanda (y generación) de energía eléctrica y gas. “Entre finales de 2023 y el primer semestre del año, señaló el Banco de Bogotá, el avance de la rama fue del +3,3 % con lo que aportó cerca de +0,1 puntos porcentuales al dato global de crecimiento. En el tercer trimestre, con la llegada de lluvias, la contribución positiva quedó atrás y el avance de la rama fue de apenas +1 %, generando un impacto nulo en el PIB”.
Por su parte, Scotiabank Colpatria asegura que se siguen viendo profundas contracciones en el sector de industria y este es uno de los más intensivos de manos de obra, “por lo cual nos preocupa que todavía no hayamos encontrado una fuente de repunte más consistente. Mientras que del otro lado también vemos sectores mineros afectados, por ejemplo, por la baja producción de carbón, pero hay otros que también son muy importantes en la estructura de Colombia, particularmente el comercio, el alojamiento, que, si bien no están apuntando a contracciones fuertes, tampoco se están expandiendo de una manera tan escalada o significativa”.
Para Banco de Bogotá, un aspecto positivo fue la inversión que consolidó dos trimestres de aumentos anuales. Además del segmento de infraestructura, la inversión también se favoreció por la mayor adquisición de maquinaria y equipo. En este punto, los registros de importaciones dieron a conocer que el aumento lo llevaron a cabo empresarios de la manufactura, construcción y transporte. En la construcción y el transporte, se guarda relación con la elaboración de carreteras y vías, donde la infraestructura en Bogotá ha aportado de forma positiva.
El dato de crecimiento del tercer trimestre podría empezar a moderar los cálculos que se traían desde principio de año, cuando las expectativas arrancaron apenas por encima de 1% de crecimiento. Alcanzaron a llegar al 2 %, pero con este dato y las expectativas de corto plazo, en materia de riesgos fiscales, menor inversión pública, poca tracción en la industria y la inversión, y a la espera del cierre en materia comercial del año, seguramente las cifras van a estar por debajo del 2 %.
Para la presidenta de la Cámara Colombo Americana, AmCham Colombia, María Claudia Lacouture, la economía colombiana creció un 2 % en el último trimestre, pero sin un avance significativo frente al anterior, evidenciando una caída de un punto porcentual. Además, el tercer trimestre de 2024 mostró una caída estacional constante, y sectores clave pasaron de crecimientos importantes a moderados. Este desempeño económico sigue siendo débil ante las necesidades sociales y fiscales del país.
“Desde AmCham Colombia consideramos que, ante un PIB debilitado, inflación cediendo lentamente, desempleo estancado, comercio internacional decreciendo, altas tasas de interés y un poder adquisitivo frágil, las próximas discusiones sobre el salario mínimo deben ser acordes a los desafíos actuales para fomentar un crecimiento sostenido. Es crucial fortalecer la capacidad de las empresas para generar empleo formal, invertir en el largo plazo y operar con confianza”, aseguró Lacouture.
Se espera que, ante la cifra de crecimiento del tercer trimestre, haya más presión sobre la junta directiva del Banco de la República para acelerar el proceso de reducción de las tasas. Sin embargo, no será una tarea fácil, pues, como dice Scotiabank Colpatria, lo que impide que se acelere más la reducción es la discusión fiscal y la incertidumbre alrededor de cómo las finanzas de Colombia pueden ser sostenibles en el mediano plazo.