Aunque una de las promesas del actual Gobierno en campaña fue no elevar los impuestos para afectar a las clases populares y la clase media y solo hacerlo a los 4.000 más ricos del país. Lo cierto es que esa idea se ha ido diluyendo poco a poco.
Pocos días después de posesionado, el mandatario presentó su primera reforma tributaria, que sin duda alguna implicó un impacto negativo a las finanzas de los colombianos. Entre los impuestos que creó con ese proyecto se encuentra el de los ultraprocesados y las bebidas azucaradas, que restó poder adquisitivo entre las familias más pobres.
Hace algunos días, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, encendió una nueva polémica en redes, debido a un comentario en el que aseguró que se debía realizar una nueva reforma tributaria para que los empresarios costearan la reforma a la Salud. Esta declaración fue similar a lo dicho por el mismo mandatario semanas atrás, asegurando que se debía realizar una reforma tributaria aumentando los impuestos a personas naturales. Dos ideas contrarias en el mismo Gobierno.
La iniciativa ha causado un rechazo generalizado en varios sectores políticos del país y también en los consumidores, pues esto implicaría un aumento en el pago de impuestos y con ello, que tengan menores ganancias para cubrir sus necesidades. Una de las voces fue al del expresidente Álvaro Uribe Vélez.
El mandatario aseguró a través de su cuenta de X que Colombia es uno de los países con los impuestos más altos. Uribe aseguró que con más impuestos hay menos inversión, más burocracia, menos política social y más pobreza. Además, apuntó a que la desaceleración de la ampliación del aparato productivo del país ya indica el desánimo y el temor de la inversión privada.
“Los impuestos son muy altos para quienes los pagan, tanto en renta de empresas con tasa del 35% como en renta de personas naturales con tasa máxima del 39%”, comentó, agregando además una gráfica en la que muestra cómo los tributos del país son elevados frente a los países de la OCDE.
Los datos que expone el mandatario muestran que en Estados Unidos, por ejemplo, las empresas pagan el 21% de impuestos y las personas el 37%. En Canadá, por ejemplo, las compañías asumen el 15% y las personas el 33%. “En Alemania el 15,8% y el 45%. En México el 30% y el 35%. En España el 25% y el 28%. Chile el 27% y el 35.5%”, indicó.
El exmandatario además aseguró que la elevación de los avalúos catastrales también agravan la competitividad colombiana, pues también están creciendo el número de predios con avalúos superiores al avalúo comercial.
“Este último con pretensiones irreales en muchos lugares. No hay quien los compre o los pueda pagar. También con cálculos de rentabilidades rurales por encima de cualquier posibilidad en este trópico de inundaciones, sequías y heladas”, comentó.
Apuntó a que esa situación con los avalúos prediales también hará difícilmente pagable el impuesto al patrimonio, además haciendo referencia al aumento de la burocracia.
“Mucho mejor un peso en salarios al trabajador que un peso en impuestos al Estado. Mucho mejor un peso en inversión del empresario que en impuestos al Estado”, indicó el mandatario, agregando que en Colombia se necesita un Estado sin politiquería, con un mínimo de funcionarios y un emprendimiento privado vigoroso.
Finalmente, el exmandatario aseguró que si el comportamiento del país continua, seguramente habrá más recaudo de tributos durante un tiempo, lo que decaerá a consecuencia del debilitamiento de la economía. Aseguró que la política social será insostenible.
“La pobreza se supera y la equidad se construye con iniciativa privada, no con un Estado gigante y depredador”, concluyó.